Una llamada inesperada

Asesinos del Zodiaco
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Una llamada inesperada surgió esa noche, una llamada la cual no debí contestar. Estaba ya durmiendo, eran casi las 3 AM… Mi celular comenzó a sonar, yo nunca suelo contestar cuando estoy descansando, pero era de madrugada… Supuse que sería mi madre o algún familiar… Pero me equivoqué.

Mi celular continuó sonando y sonando, a decir verdad sonaba como alguien desesperado porque yo contestara, así que lo hice.

Miré la pantalla de mi celular, el número que estaba llamando era el de mi propia línea, mi propio número, no me lo creí. No podía y estaba en contra de toda lógica alcanzable: dejé que la llamada se cortara, la verdad no me atreví a contestar.

Pasó más de 1 hora y mi celular comenzó a sonar igual o peor que hace un rato, volví a ver el número y era el mismo, extrañada contesté, pero del otro lado de la llamada lo único que escuché fue una fuerte y agitada respiración, como si estuviesen corriendo mientras hacen la llamada, yo al escuchar esto inmediatamente corté, apagué mi celular y retiré el chip, estaba realmente asustada.

Intente dormir de nuevo, pero las dudas del número de la llamada y la llamada en sí, mantenían mi mente ocupada, intentando procesar lo que estaba pasando. Y en tan poco y rápido tiempo se comenzó a hacer de día, me levante como todos los días me di un baño y fui a trabajar, todo el día fue normal a excepción de lo que pensaba en cada momento. Al llegar la hora de dormir, todo comenzó de nuevo.

Otra vez la misma llamada, contesté con valor y pregunte quien era y que quería a lo que escuche, un hombre con voz grave riendo del otro lado de la línea. Me quedé en shock, su risa era escalofriante, tiré mi celular al suelo y me senté sobre mi cama, de verdad jamás había presenciado algo similar, pensé que sería algún asesino en serie pero… ¿Llamando desde mi propio celular? No. Mi celular lo tenía yo. Era imposible.

Observé mi celular por varios minutos mientras sonaba.

Llegó un momento de la noche en que su sonido me parecía aturdidor, no pude dormir, ni siquiera podía tener paz. Estaba más que confundida.

Ya harta de ver el celular sonar sobre el suelo, lo tomé. Recuerdo que estaba a punto de amanecer, contesté y escuché atenta al sonido del otro lado.

_ -¿Hola? _

_ -¡No salgas! ¡Por lo que más quieras, no lo hagas! _

Sin dudas, era la voz. Mi voz.

Estaba llegando al borde de la locura, lo sabía. Estaba pasando.

_ -¿Por qué yo? ¡No! _

Recuero que solté el celular y como no me sentía segura recorrí toda la casa, me senté sobre el sofá de la sala y no sé por qué, pero me llamó la atención una sombra en la ventana que daba a la calle.

La observé por minutos o quizás horas hasta que se fue. No me atreví a salir, de hecho. Ese día no salí.

Llego de nuevo la noche. Sonó el teléfono de la sala, acudí de inmediato a contestarla, pero me detuve antes, he de decir que estaba bastante asustada por lo acontecido la noche antes. Por la insistencia del constante sonido del teléfono contesté.

Lo único que pude escuchar era esa respiración. Lenta y desagradable.

Los platos de la cocina se cayeron estrepitosamente.

Pensé que alguien había entrado por la puerta trasera de mi casa, comenzó a retroceder lentamente hacia la puerta de la salida, la abrí y salí de la casa.

Sobre la calle no se podía ver ni siquiera un alma, quizás lo único que me acompañaba esa noche fría era la Luna y su luz entre la oscuridad.

Tenía esperanzas de ver a alguien pasar, un carro, una persona. Pero nada venia en mi auxilio.

Entonces… Lo escuché. Escuché sus pasos aproximarse.

No sabía quién era, pero solo sabía una cosa, quería matarme. Corrí por la calle, Corrí como nunca, como jamás pensé correr de algo. Y sí. Me perseguía y sentía sus pasos tan cerca.

Tomé mi celular de mi bolsillo e intenté llamar a alguien, a la policía. A quien fuera. Logré marcar, no sé a dónde, pero lo logré. El teléfono sonaba, pero nadie quería contestar.

Lo volví a intentar, cuando contestaron intente pedir ayuda, pero solo volvieron a cortar.

Vi una casa, estaba abandonada. Quizás esa era mi salvación.

Entre dentro y me escondí en una habitación y de ahí no quería salir, sentía su presencia detrás de la puerta…

Bitácora/03/04: La paciente ha salido de la consulta con buenos resultados, a pesar de que sufre de paranoia y esquizofrenia severa; hoy se vio muy tranquila, ha decidido contarnos los hechos por los cuales aún está encerrada en la habitación (O por lo menos lo que ella cree) Aun no queremos aumentar su tratamiento, pero será mejor que lo hagamos pronto. Antes que su enfermedad empeore.

— Via Creepypastas

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