Épiphanie

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

epifanía

nombre femenino

  1. Manifestación de una cosa

2.Festividad religiosa que se celebra el día 6 de enero, en que los cristianos conmemoran la adoración de Jesús por los Reyes Magos y su aparición y manifestación al mundo.

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A mi amigo Ángelo.

Te traté poco y te fuiste de una manera terrible, ésto lo escribo para exorcizar esa tragedia.

Donde quiera que estés que esto también te consiga alivio.

Hace mucho tiempo, recuerdo que la programación matutina del TVMás Veracruz era algo errática. Contaba con programas infantiles de toda gama de calidad, de hecho, escuché una vez que llegaron a transmitir uno que otro capítulo de The Simpsons.

Muchos no se acuerdan pero dentro de algunas pruebas de señal empezaron a televisar videojuegos. Me explico: alguien, desde la central donde la señal del canal era transmitida, se ponía jugar videojuegos y su progreso en éstos llegaba hasta cada televisor que sintonizara el canal.

Fue algo realmente loco; sucedió en temporada de vacaciones. Mi hermano y yo nos llamaba la atención aquél desfiguro pues lo más chistoso es que el sujeto jugaba uno de esos cartuchos piratas de “40 juegos en uno”.

Después de esas pruebas extrañas empezaron a transmitir una serie de marionetas llamada Épiphanie. Era una producción cristiana y mediocre en todo aspecto, los muñecos parecía como si los hubieran hecho a la carrera, de mal humor o drogados (o todo eso a la vez). La serie estaba subtitulada al inglés y los actores de doblaje hablaban en francés.

En esos días yo era un chaval pero me defendía bien leyendo y hablando el idioma de Trump. Épiphanie duraba una hora por lo que transmitían como 2 o 3 episodios.

Mi hermano y yo nos divertía ver Épiphanie porque nos burlábamos cruelmente de la serie jugando a que hacíamos el doblaje de la misma y ya se imaginarán, sin saberlo fuimos precursores del doblaje de Deadpool. Todavía recuerdo que en Épiphanie salía un cura llamado Abbé Phillipe al cuál mi hermano le dedicaba chistes realmente guarros: te reías tanto que te dolía el estómago.

Resulta que mañana me quedé solo pues mi hermano tuvo que acompañar a papá al Seguro Social en Xalapa y mamá tuvo que ir a ver algo relacionado con un error en el impuesto predial (que al final lo cobraron al monto original). No sé porqué diablos, pero al darme cuenta de ello me surgió la idea de grabar la transmisión de Épiphanie de esa ocasión y tenía un buen video-casete con capítulos grabados de Nintendomanía, Animaniacs y Batman: The Animated Series… y una versión sin censura de Robocop.

Recuerdo que en esa ocasión el capítulo se llamaba_Un Día en el Vaticano Parte 1_.

Trataba de que Épiphanie y sus amigos (un perrito de nombre Toto, un niño llamado Pierre, la Sra. Babette y el mencionado Abbé Phillipe) recibían una carta del Papa quien les había concedido una audiencia y recuerdo que hubo un insoportable número musical llamado_Iremos a ver al Papa_pues duraba más de 4 minutos o al menos eso pareció

… pero eso no fue lo raro.

La canción terminaba con una imagen de San Pedro crucificado y la música de programa infantil se mezclaba con una especie de canto fúnebre religioso. No era algo del estilo gregoriano pero sí muy gutural y hasta feo y la cámara se acercaba poco a poco al rostro de San Pedro, poco a poco… no sé de qué modo pero los cantos y, no sé si le añadieron un efecto extraño al rostro de Pedro, pero era algo incómodo de ver o más bien te creaba un malestar extraño. Fue un poco difícil de describir.

Ya terminada la canción, Épiphanie y sus amigos viajaban en una carroza (más bien, una diligencia) que los llevaría hasta el Vaticano. Cosa sumamente inverosímil pues se supone que la acción de la serie era en un pueblecito francés y no puedes ir a Roma en un simple viaje de carroza pero, en fin: les conté que no era una serie de amplios recursos.

En ésta escena, la Sra. Babette se impresionaba por algo que veía por la ventana y el Abbé Phillipe le preguntaba el porqué de su sorpresa.

La Sra. Babette respondía que había visto un mirlo de color negro pasar volando cerca de la ventana y que eso indicaba que el viaje sería desventurado de algún modo.

El perrito Toto empezaba a emitir gimoteos como si no entendiera y Pierre preguntaba que cómo se podía saber eso con el simple vuelo de un ave a lo que la Sra. Babette le respondía que se puede adivinar el futuro mediante ciertos signos tal cuál puedes saber que va a llover al ver las nubes grises cargadas de agua (fue una buena metáfora, debo decir) y Épiphanie preguntaba si aquello era como cuando los gitanos leen las cartas.

Pierre preguntaba si aquello no era algo malo pero el Abbé Phillipe contestaba que no siempre y que el mismo Papa leía las cartas adivinatorias referidas por Épiphanie (en ésta parte pensé: “¿pero qué demonios…?”).

Permítanme hacer aquí un paréntesis.

Hace poco que recordé todo esto e investigué en la Wikipedia y resulta que en Francia hubo escándalo precisamente por ésta parte del capítulo y eso le valió para que jamás fuera televisada y de hecho creo que ganó fama de maldita pues el artículo de Wikipedia no lo he vuelto a ver y ésto es extraño porque siempre que hay algo en contra del cristianismo que se hace famoso suena a nivel mundial pero en éste caso hay poquísima información al respecto de lo que pasó con Épiphanie.

Y tengo un dato curioso que aportar al respecto de lo del Papa pero será más adelante

… bueno, bueno. Sigo.

Épiphanie entonces le preguntaba a la Sra. Babette si acaso podía ver el futuro en ese preciso momento a lo que ella se negaba pero ante la insistencia de los niños y de los ladridos emocionados de Toto la Señora le preguntaba al cura si no estaría mal y éste contestaba que no importaba ya que sería algo para entretener a los niños.

La Sra. Babette accedía pues y la marioneta entraba como en un trance el cual me llamó la atención un detalle aparentemente superficial: que cerraba los párpados.

Sí, bien. Suena tonto pero les juro, les juro por lo más sagrado para ustedes (sea Fortnite o Billie Ellish) que hasta ese entonces jamás JAMÁS había visto tal efecto en la marioneta de la Sra. Babette y no me explico porqué demonios se esperaron hasta entonces para ello… quizás exagero y sencillamente le implementaron párpados a la marioneta para ese episodio, qué se yo.

La cámara enfocaba a la Sra. Babette y hagan de cuenta que los sonidos se apagaban de pronto y empezaba a hablar con una voz lenta y profunda y dijo algo más o menos (según recuerdo) así:

— Veo… al portador de la Lágrima… es moreno, le falta un ojo… bajo la lluvia y sobre suelo de nadie encuentra el cuerpo sin vida y la sombra pálida… la lluvia es cruel…

En ésta parte la marioneta se inclinaba un poco hacia atrás y empezaba a escucharse, en crescendo, un sonido extraño que me hacía pensar en mareas de energía vital o una especie de eco o vórtice espacial.

Era un sonido extraño y causaba algo de inquietud… ahora que lo recuerdo se escuchaba, aunque con menos intensidad, en la parte del acercamiento a la cara de San Pedro durante la canción de_Iremos a ver al Papa_.

La Sra. Babette seguía:

— Y el portador hace uso de la medalla del monje bufón… y la sombra pálida se estremece y del rostro del tuerto emerge el devorador terrible…

… ¡mirad como grita la sombra… ¡AY! —ese grito, les juro, me erizó la piel—… ¡mirad que era una niña!

El devorador queda satisfecho por la piel sin sustancia y su pecado de venganza

… era sólo una niña.

Y la marioneta empezaba a llorar: salían lágrimas de la marioneta.

Sin cambio de ángulo ni nada, veías las lagrimitas de la Sra. Babette como le bajaban por las mejillas de fieltro, claramente se escuchaba el llanto de la actriz que le hacía la voz: algo, les juro, bizarro. ¿Qué demonios fue todo eso? ¿En qué estaba pensando la producción?

Los personajes se quedaban absortos, impactados.

Épiphanie llamaba a la Sra. Babette y ésta, como si de un sueño se tratase, despertaba del trance y no sabía lo que había ocurrido y Pierre le decía que estaba diciendo cosas terribles pero la Sra. Babette no tenía ni maldita idea de lo qué había pasado ni qué había dicho por lo que Abbé Phillipe decía que seguro les había gastado una broma para que no siguieran preguntando nada del futuro por lo que todos empezaban a reír.

Curiosamente, hace un par de años supe que SÍ existe un monje bufón y es un tal Rahere, un tipo que desempeñaba dicho papel en la corte de un rey inglés. Según la tradición, Rahere enfermaba de malaria y tuvo una visión en la que Dios le ordenó que se hiciera monje y construyera una iglesia. Después de tomar los hábitos, Rahere supervisó las obras de la catedral de San Bartolomé y el Hospital dedicado a dicho santo en Londres.

Y eso se los comento porque entonces, aparentemente, parte del mensaje de la Sra. Babette parecía tener un sentido ¿pero lo demás? ¿Qué rayos quería decir con lo de la niña, la sombra pálida y el devorador y eso de la piel sin sustancia y la Lágrima? ¿Quién demonios era el tuerto?

Finalmente Épiphanie y sus amigos llegaban al Vaticano y en una escena ella encontraba a dos cardenales, uno gordo y otro flaco discutiendo algo acerca de (y no especificaban qué) “revelarlo al mundo”.

Uno decía: “eso no le gustará a La Señoray sabes que se enojará”; el otro respondía: “¡pero cada vez son más fuertes!”

Curiosa, Épiphanie les preguntaba a los Cardenales si hablaban de la Virgen María y quiénes “son más fuertes” cada vez.

El cardenal gordo, dándose cuenta de que había metido la pata discutiendo algo delicado con su colega, se aclaraba la garganta como quien se quiere tomar tiempo antes de contestar algo delicado.

Y respondía a Épiphanie que hablaban sobre unos “arreglos para la Santa Sede”.

Pero Épiphanie insistía en que quería saber quienes eran “cada vez más fuertes” por lo que los cardenales se miraban como esperando que uno le dijese a otro qué responder pero en ese momento llegaba Pierre junto con los demás personajes y llamaba a Épiphanie para ver al Papa.

Épiphanie entonces se apresuraba y se despedía de los cardenales quienes aún mantenían una actitud consternada como de quienes conspiran y algo se sale de control

… ¿porqué estas cosas en un programa para niños?

Ahora que lo pienso ¿los creadores de Épiphanie estaban al tanto de los escándalos sexuales que envolvían a sacerdotes y éste episodio los denunciaba veladamente?

¿Acaso los que “cada vez son más fuertes” eran los curas pedófilos? ¿La Señora era La Virgen o una alegoría del encubrimiento por parte de algunos jerarcas de la Iglesia por aquél entonces?

Se los juro: todo resultaba tan extraño, inquietante incluso.

Llegamos al momento en el que, por fin, Épiphanie y sus amigos conocen al Papa; aunque jamás se aclaraba cuál de todos era

… y ésta parte era no era tan bizarra como deprimente.

El Papa estaba en su en su silla y se encontraba muy enfermo, el muñeco que lo representaba tenía piel (de fieltro, claro) amarilla, con ojeras y tosía mucho. Su actitud denotaba que no sólo estaba enfermo sino desolado.

Épiphanie y sus amigos (el perrito Toto incluído) presentaban sus respetos al Papa y éste les agradecía su visita y lamentaba su estado de salud y anímico. Épiphanie le preguntaba qué le pasaba y porqué no se sentía feliz con la visita.

Después de un suspiro, el Papa les expresaba que estaba triste por haber hecho un descubrimiento terrible: unos papeles de sus anteriores predecesores que expresaban consternación acerca de visiones y profecías que daban a entender que el mundo sería azotado por catástrofes terribles, que estaría sumido en una era de locura y violencia alejada de Dios y no sólo eso sino que gente de la misma Iglesia tramaba la destrucción de la institución por dentro

… pero lo que realmente le preocupaba era el futuro de la Iglesia pues varias profecías referidas en esos escritos hablaban acerca de que un Papa tendría que abandonar la Santa Sede en circunstancias trágicas “en medio de un mar de muertos” y que éste pontífice sería el último del Vaticano

… y después de él, la Iglesia dejaría de existir.

— Ya nada tiene sentido —se lamentaba el Papa —. Muero de dolor.

_“Muero de dolor “_así lo expresaba una marioneta de un programa cristiano para niños: “muero de dolor.”

La música de fondo era triste, desoladora. Los personajes se miraban entre sí, consternados. Sin saber que decir.

Y esa escena tenía un detalle muy extraño: detrás del trono del Papa había un gran tapiz que estaba… digamos: fuera de lugar.

Era aparentemente una Virgen pero al examinarla sabías que no era ella.

Tenía un extraño tocado en la cabeza que le cubría los ojos y la parte superior de la cabeza e imitaba un halo con puntas sobresalientes y su vestido no era, para nada, el de la Virgen: era la mezcla entre uno de cortesana medieval y el de una mujer de la era victoriana con enaguas recargadas y anchas.

¿Quién o Qué era esa figura?

Al final Épiphanie se acercaba al Papa y le decía: — Pero Jesús dijo que las puertas del Infierno no prevalecerían contra la Iglesia.

¿No es así, Su Santidad?

Al final el Papa la miraba y sólo agachaba la cabeza.

Fundido en negro y los créditos empezaban a aparecer uno a uno frente a un fondo negro sin la tonta música de despedida del show.

Ahí acababa el episodio.

Justo en ese momento escuché a mi madre cuando llegó, poco después regresaron mi hermano y papá.

El día transcurrió con toda la normalidad del mundo y jamás le hablé a mi hermano que había grabado la transmisión de Épiphanie: se habría muerto de la risa burlándose de mí.

Pasó mucho tiempo para que volviese a ver la grabación pues la videocasetera se estropeó y, meses después, cuando papá compró un dvd con reproductor de VHS me encontré con la sorpresa de que la cinta estaba gastada por lo que todo lo que se veía en el monitor era la danza enloquecida de franjas de colores y sonidos que parecían ser emitidos bajo el agua.

Los años pasaron, dejé de ser un crío y empecé la universidad. En ese tiempo, recuerdo que se empezaron a responder algunas cosas relacionadas al misterio de Épiphanie y aunque fue de modo circunstancial, ciertos fragmentos oscuros del capítulo adquirieron algo de sentido.

En la universidad teníamos un amigo que era muy religioso el cuál, irónicamente terminó suicidándose, y su nombre era Ángelo Roncalli Peña.

Una vez, Ángelo tuvo una discusión con otro amigo que era (es, de hecho) actor y que sale en un comercial de cierta marca de cerveza (Indio). En medio de una discusión acalorada acerca del aborto, el actor le dijo a Ángelo que ni los Papas respetaban a la propia religión que representan pues uno de ellos leía la baraja española para adivinar el futuro

… ¿y saben una cosa? Era cierto: era el Papa Pío IX, de hecho, hay un artículo en un sitio católico llamado Aleteia donde informan de ésta rara afición del pontífice la cuál le granjeó problemas cuando se abrió la causa para su beatificación.

Ese mismo amigo actor era un lector asiduo de temas del misterio por lo que (y en esa misma discusión) dijo algo de que “aquella *** (se refería a la Iglesia) se iba a acabar, que estaba escrito en las Profecías de San Malaquías” y remató: “hasta tus propios Santos dicen que se va a acabar esa ***”.

Les juro que, por la expresión de Ángelo, no sabíamos si era momento de detenerlo pues estaba a nada de lanzarse a golpes contra el actor. Se quedó callado el resto de la noche, tenía mucho autocontrol pero creo que estalló definitivemente la noche en que se suicidó y esa vez fuer como dos o tres meses después de esa discusión.

Alguien me dijo que había tenido un desliz con una chica y que lo que pasó después le destruyó definitivamente. Si lo escribo aquí es para decirles que no creo dicha historia: la misma chica que señalaban me desmintió esa versión aunque algunos se aferran en creerla.

Por aquellos días, en TV Azteca se transmitía un programa llamado Difícil de Creer, conducido por Sergio Sepúlveda. En una emisión trataron precisamente el tema de San Malaquías, era un monje irlandés de la Edad Media y su Profecía era una especie de lista donde enumeraba unos extraños lemas.

Se dice que cada lema hace referencia a los Papas y Antipapas que se sucederían uno tras otro con el paso de los años. Según se cree, cada lema hace referencia a un rasgo especial de cada Papa. Hace un par de años, al visitar a mamá y papá durante vacaciones de Semana Santa vimos un programa donde el mediático Padre José de Jesús Aguilar afirmaba que dicha Profecía era un fraude

… no lo culpo por afirmarlo. Y es que dicha lista termina con la mención de un Papa llamado Pedro el Romano que, se supone, será el último pues ya no sigue otro lema.

Parece locura pero existe una superstición en las monarquías según la cuál no puedes ponerle a un sucesor el nombre de quien la inició pues hará que dicha línea real se acabe, de hecho, el último César Romano se llamaba Rómulo Augusto (recuerden que fue un Rómulo quien fundó Roma) y miren que jamás ha habido otro Rey Arturo de Inglaterra.

¿Coincidencias?

¿Recuerdan lo de mi amigo religioso y la parte del episodio de Épiphanie donde el Papa menciona que gente de la Iglesia que la quería destruir desde dentro?

Unos días antes de suicidarse, Ángelo me dijo algo acerca de un Papa que en una homilía mencionó que “De entre alguna fisura el humo de Satanás entró en la Iglesia” y me citó a un jesuita llamado, curiosamente, Malachi (Malaquías) Martin quien fue asesinado y que hablaba acerca de que había un sector de curas que no eran sino agentes infiltrados que llegaban incluso a practicar ceremonias satánicas.

Hoy día sé que el argumento de “los infiltrados” se usa mucho para que un colectivo violento se lave la cara después de que ocasionan un desastre y, si se vuelve a repetir otro pues ya se sabe: fueron infiltrados.

Pero pienso que quizás todo este delirio contribuyó de algún modo al suicidio de Ángelo. Jamás le hablé de Épiphanie pero he llegado a pensar que quizás el también pudo ver ese episodio.

Ya saben: la vida es misteriosa y toda esa mugre.

Pero… Dios hay algo más: cuando el Papa le dijo a Épiphanie acerca de que el un pontífice abandonaría Roma y no me deja de llamar la atención el hecho de que en el Vaticano están al borde de la locura por la maldita pandemia ¿eso causará el exilio del Papa? ¿Es Francisco el último Papa?

He querido buscar todo lo relacionado a Épiphanie en la red pero nada, ni siquiera en páginas francesas. Sólo hay sitios donde te hablan de la serie y, por alguna u otra maldita razón, ninguna cita el episodio de Un Día en el Vaticano.

Y más: en un foro hay un extraño debate: ¿recuerdan que aquél episodio era la primera parte? Pues bien, unos dicen que la segunda parte sí fue emitida mientras aunque muchos otros opinan que eso es pura leyenda urbana.

Igual que una maldita creepypasta de esas que nos asustaron en los primeros años del siglo XXI.

Es irónico que titulara éste relato con el nombre de aquella maldita serie de marionetas, ya saben: una Epifanía es una manifestación, una revelación, cuando algo adquiere sentido, un despertar

… pero, Dios, todo lo narrado aquí es tan oscuro. Tanto como lo es la noche, tanto como la vida misma.

— Via Creepypastas

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