Boca cosida
Yo estaba en camino hacia el funeral de mi amigo, Rodrigo, quien para muchos murió de una manera espantosa…
Le sacaron sus ojos y cosieron su boca.
El lugar estaba repleto de rosas blancas. El ambiente se veía normal, aunque la tristeza se sentía muy presente. Varios compañeros le dedicaron unas palabras, y luego de unos minutos; mi turno había llegado. En ese preciso momento, se escucharon gritos provenientes de la puerta principal.
Los gritos eran de un chico.
Los gritos eran de Rodrigo.
Todo fue muy confuso. Habíamos visto su cuerpo, y vimos su boca, las marcas de la atrocidad vivida eran visibles.
Daba la sensación de que nos observaba en esos inexistentes ojos.
Hizo una mueca muy retorcida en esa boca horripilante, en sus ojos los cuales solo había unos inmensos hoyos negros en los cuales se vislumbraba la falta de alma de aquel cruel ser
Aquella cosa ya no es el Rodrigo que en alguna vez conocí.
Inesperadamente, comenzó a quitarle la vida a todo individuo presente. El tomo un cuchillo acercándose a mí. En la deformidad de su rostro, se dibujaba una enfermiza sonrisa. Retrocedí lo más que pude, pero fue en vano. Coloco el cuchillo en mi garganta, mientras que lentamente bajaba hasta llegar a mi estomago. Lo empuje alejándolo de mí. Tan solo deseaba no encontrarme allí.
Con las pocas fuerzas que tenía, me aleje de ahí y corrí hacia un hospital, al más cercano de esa zona. Decidí voltearme, para asegurarme que él no se encontraba atrás mío, y para mi tranquilidad, no estaba allí.
Ya ha pasado un mes desde aquel incidente.
Hoy desperté en mi cama, sin poder recordar algo de lo que había pasado, tan solo desperté sin más. Al revisar mi celular, me encontré con esta frase escrita:
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