Lorena

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Yo alguna vez pude ser feliz, disfrutaba de la vida, pensando que nada cambiaría.

Caminando por uno de los pasillos de mi casa, en el cual se hallaba un espejo, no pude contenerme a contemplarme en él.

No obstante, mi reflejo era… distinto; mostraba una sonrisa junto con una mirada llena de maldad y desasosiego.

Voces salían del espejo, al prestar mas atención, pude escuchar:

—Hola, Keyla.

—¿Qué…? ¿Dónde…? ¿Quién eres?

El espejo me reflejaba y, sin embargo, los ojos de mi réplica eran rojos

—Soy Lorena.

—¿Qué quieres?

—Quiero hacer un trato contigo.

—¿Qué…? ¿Qué trato?

—Toca el espejo y lo sabrás — Me dijo con una voz macabra.

Toqué el espejo, fue un gran error, al darme cuenta, ya no había vuelta. Estaba atrapada en el espejo.

—¡¿Qué me has hecho?!

—Oh, cálmate. Yo estuve más tiempo que tú. Te he encerrado, ya que no te quiero en mis planes.

—¿Qué…? ¿Qué planes?

—Pues… tú sabes, acabar con tu familia y amigos.

Jamás imaginé una expresión tan morbosa como la que vi en su rostro.

—¡Sácame de aquí!

—Ja, ja, ja. Lo siento, pero no lo haré.

Tan pronto se dirigió afuera de la habitación, escuché el sonido de la puerta de la calle y vi que una sombra que se acercaba.

Al verla, grité; mi mamá había llegado. Ella se quedó congelada al verme, como si su vida en ese momento.

—Keyla, ¡¿qué te pasó?!— Preguntó desesperada.

—No tengo tiempo de explicar. Rompe el espejo.

—¿Y qué pasará contigo?

—Creo que es la única forma de salir, ¡rómpelo!

Ella reaccionó dudosa y tomó un pote de crema facial lleno, los cuales eran bastante duros. Retrocedió con su brazo y, acto seguido, embistió al espejo con el pote. Éste se rompió en pedazos, permitiendo que yo pudiera salir de allí. Al salir, mi madre cayó desmayada al suelo, pensé en despertarla, pero no tenía tiempo que perder.

Salí corriendo de mi casa para buscar a la cosa que salió del espejo. Al vivir en un terreno abandonado de la ciudad, logré encontrarla antes de que hiciera alguna maldad.

Me abalancé sobre ella y la estrangulé, asegurándome de que su corazón no volviera a latir nunca mas.

—¡Muere! —le dije.

Cuando observe su frió cuerpo sin latir, solté una carcajada. Algo raro me ocurría, sentía que no era yo.

—¿Así de fácil crees que yo moriré? Siempre seré parte de ti— dijo Lorena desde mi cuerpo.

Simplemente no lo creía, sólo quería desaparecer, hasta que me di cuenta del gran poder que había adquirido.

De repente de mí brotaron unas patas de araña que salían de mi espalda. Sin darme cuenta obtuve el poder de leer la mente, controlar personas con la mente, abrir portales a donde fuer, incluso ser invisible y también podía volar.

Estaba triste y enojada al tiempo empece a llorar, pero no lagrimas cualquiera, yo lloraba sangre espesa y al enfadarme me convertí en un monstruo con dientes afilados escupiendo sangre y horribles garras saliendo de mis manos.

Y fue así que mis días de felicidad desaparecieron, para ya nunca mas volver.

Sabes, me arrepiento de haberme visto en aquel espejo, me arrepiento de un millón de cosas.

Pero este cuerpo ya no es mio, ni de Lorena, es de ambas.

Ambas somos una, y eso me duele aun mas.

Pero ahora cuídate, cada vez que vayas a un bosque porque te vigilaré, te atraparé y te mataré.

Por que yo… TE ODIO.

— Via Creepypastas

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