Ángel caído
Un día te despiertas y te das cuenta de que nada es igual, que el lugar donde estás no es el mismo, miras a ambos lados y ves un lugar tétrico, abandonado, y, -¿por qué no?- siniestro. Ese lugar, amigo mío, es la entrada hacia el tenebroso infierno, todo oscuro, con apenas gente la cual parece que hayan sido sacados de la peor película de horror de todos los tiempos.
Decides levantarte de un suelo sucio, mugriento y lleno de sangre. Empiezas a caminar y ves algo, parece una persona normal, ¡estás salvado! pero te das cuenta de que es algo peor que el mismísimo Satán, un ángel caído.
Y tú te preguntarás: “Un ángel caído, ¿Eso no representa algo bueno?” Eso creen todos, te explicaré. Un ángel caído es un ángel repudiado por el cielo, que decide bajar al infierno en busca de cobijo y agua, Satán se lo da. Todo esto, obviamente, a un precio: tienes que subir a la tierra y robarle el corazón a un humano vivo, literalmente. Una vez hecho esto tienen que entregárselo a Satán, en ese momento empieza a brotar un color oscuro en las alas del ángel, empiezan a caer plumas de las alas y se vuelven huesudas e inertes. En ese momento el ángel se desmaya y al despertar se encuentra tumbado en el suelo de una habitación con las paredes tintadas de negro, la habitación no tiene mucho misterio, solo tiene sangre fría y seca en el suelo, acto seguido, no podrás evitar palpar tu cuerpo y justo en la zona del corazón vas a notar algo extraño, una sensación como de estar tocando al mismísimo diablo, calor y frío a la vez, después, notarás una enorme presión en tu cabeza, como si alguien más fuerte que tú te empezara a aplastar la cabeza, caerás arrodillado al suelo y en ese momento deberás gritar a los cuatro viento tres veces seguidas: “¡El diablo es mi pastor!” , “¡El diablo es mi pastor!”, “¡El diablo es mi pastor!”.
Una vez hecho eso, se abrirá una pared, en forma de puerta de cristal automática y verás cómo es el mismísimo infierno, verás cosas desagradables que te harán arrugar varias partes de tu cuerpo, no voy a describirte el infierno, quiero que lo descubras tú mismo si decides seguir mis pasos. Cuando llegues a ese sitio, notarás un leve dolor en tus alas, te las mirarás y con sorpresa verás que ya no son las de antes, ahora, más que alas, son huesos, negros y podridos. Podrás volar, obviamente, pero al hacerlo el dolor se agrandará un montón y cesarás de volar, deberás encaminarte, a pie, hacia una pequeña cabaña de piedra, llamarás a la puerta y te aparecerá una criatura, de la cual no podrás evitar sentir respeto hacia ella.
Te dará la bienvenida con una macabra sonrisa, tú solo asiente y espera a que acabe de hablar, te empezará a explicar quién es y te darás cuenta de que él es Satanás, tú, al percatarte de esto, intentarás huir y resonarán en tu cabeza las palabras dichas por Satán: “No intentes huir, ahora formas parte de mí”. Notarás un dolor en tu pecho, como si te arrancasen el corazón de una manera lenta y despiadada. Te desmayarás de nuevo y despertarás en la misma cabaña, pero Satán no estará contigo, sólo encontrarás en la pared, escrito con sangre: “YO SOY TU PASTOR, HARÁS LO QUE YO TE DIGA A PARTIR DE AHORA, NO INTENTES NEUTRALIZARME, PORQUE AHORA YO SOY TU CORAZÓN…”
Dicho todo esto pensarás que los ángeles son idiotas por aceptar este trato, pero cuando alguien necesita agua y cobijo, hace lo que sea para conseguirlo, aunque tenga que sufrir por ello. Después de leer esto, seguramente, te estés preguntando quién soy yo y cómo sé todo eso, bueno, puede que sea una chico normal, el cual se ha informado sobre estos temas y lo ha escrito para informar a la gente, pero, también puede ser que yo sea alguien con cuernos y cascos, esperando detrás tuyo, a que te gires para darte la bienvenida a mi hogar, tú decides…
— Via Creepypastas
