El parque de los niños fantasmas
Son muchos los visitantes nocturnos (en particular aquellos que se quedan hasta poco después del alba visitando sus familiares) los que relatan historias… peculiares, por así decirlo, de este lugar. Desde columpios que comienzan a moverse (y chirriar) de manera aparentemente espontánea hasta ecos de risas en los resbaladeros, el parque parece convertirse en el hogar de presencias cuya naturaleza no está del todo clara. Los relatos son abundantes y afirman que la mayor parte de la actividad ocurre entre las 10 de la noche y las 3 de la mañana, y que suelen incluir (además de lo antes mencionado) súbitas columnas de polvo levantándose, como si alguien cayera al suelo, ecos distantes en los metales, cantos infantiles y en ocasiones voces de adultos. La aparición de orbes es común en las fotografías que se toman en esta área.
— Via Creepypastas