Así nació "e;El grito"e;

Hace exactamente 20 años atrás, Sofía estaba dando a luz a sus mellizos; tras dos arduas horas de parto, al fin los tuvo, era una hermosa niña y un niño, pero el pequeño no era normal, sino deforme, largo y flaco. El padre, horrorizado, le mintió a su esposa con que el niño había muerto. A escondidas de ella, lo abandonó a orillas de un río a esperar que alguna fiera lo devorara, pero el azar bendijo a la criatura: una señora, testigo de la cruel escena, se acercó a recoger al niño y, a pesar de su temor por la cara del bebé, lo llevó a su hogar.
Pasaron los años y Henry, como lo llamaba su madre, había cambiado un poco. Aún tenía esa temible cara deforme, pero también causaba una ternura inigualable. Henry, como acostumbraba, fue a ver a su amor, Olivia. Desde los 12 años estaba enamorado de ella y aún pasados 7 años sentía el mismo amor por ella.
Ese día no la encontraba por ningún lado y, ya desesperado, le preguntaba a todos si sabían algo de ella, pero la gente se alejaba gritando. Henry no se rendía. Cayó la noche y, aún más desesperado, entró a la casa de su amor, pero lo único que halló fue una nota de los padres de Olivia:
“Te hemos visto espiar a nuestra hija. ¿Cómo crees que permitiríamos que tú, ser fofo e inerte, esté con nuestra niña? Te lo advertimos, no nos busques, de lo contrario conocerás la real humillación”.
Henry, lleno de ira y de locura, corrió hasta el puente, gritó el nombre de su amada y se suicidó. Se dice que allí ronda el espíritu de Henry que busca a su amada, pero al no encontrarla, comienza a gritar mientras se desvanece. También se cree que Edvard Munch, en uno de sus viajes, vio al espíritu hacer su rutina diaria y en él se inspiró para pintar uno de los cuadros más famosos de la historia: “El grito.”
— Via Creepypastas