Tonalidades de rojo
No es el mismo rojo que sale cuando dejas tu visión a merced del brillo de tu reflejo supermasivo a punto de explotar tal cual estrella incandescente. Cuando corre por sus venas abiertas exponiendo su interior se va oscureciendo poco a poco dejando un camino negro ramificado por su piel, donde el rojo se apiada de la persona y adquiere su mismo color de alma.
El que sale de trasnoche, atravesado de momentos en ese corset tirado en el suelo esperando el destino más probable. Un rojo pasión que mantiene firme su tono ante las ambivalencias de noche a noche, un trato distinto todos los días pero todo termina igual; la rutina se vuelve aburrida y ahora el rojo se va apagando. Se lo esperaba, es un color visionario que puede ver venir lo blanco y lo negro, sabiendo que de eso volverá a su tonalidad sobresaliente y llamativa para los flash de la cámara.
La fricción lo molesta un poco y se aclara, siempre volviéndose a sí mismo un color notorio, le gusta que lo vean y sabe lo que representa. Está en todos nosotros y le gusta salir, se siente libre pero no se puede mover, tiene vida pero de qué le sirve. Tarde o temprano secará y se ennegrecerá.
— Via Creepypastas