Todas las princesas tienen algo en común
En el mundo de Disney no todo es tan maravilloso como parece.
Las princesas son uno de los personajes que nos han estado acompañando desde pequeños. Seguramente recordarán a Blancanieves y los siete enanitos, Cenicienta y su zapato de cristal o a Rapunzel y su largo cabello. Pequeñas historias que nos fascinaron gracias a la magia y a los finales felices.
Pero detrás de todo esto se esconde un oscuro secreto, algo que probablemente no hayas notado; y es que la verdad, no todo es color rosa.
Todas las princesas tienen un problema mental:
Bella tiene el síndrome de Estocolmo por enamorarse de quien la capturó.
Jazmín tiene doble personalidad por perdonar a Aladdín,aun asícuando le mintióa ella y a su padre sobre su vida.
Pocahontas tiene sinestesia y esquizofrenia por escuchar voces creyendo que son sus ancestros.
Rapunzel tiene bipolaridad debido a sus cambios de humor.
Ariel tiene el síndrome de Diógenes por conservar objetos de los humanos a los que considera que son tesoros y además tiene el trastorno negativista desafiante por no obedecer y estar dispuesta a perder cosas importantes para ella con tal de salirse con la suya.
El príncipe de la Cenicienta tiene prosopagnosia por no reconocer el rostro de la chica con la que había bailado la noche anterior la cual sufre el síndrome de personalidad por dependencia. La bella durmiente tiene el síndrome de Kalvin-Klein y Elsa tiene estrés post-traumático.
— Via Creepypastas
