Stanbulls

Había una vez un pueblo llamado Stanbulls. Ese pueblo se reconocía por ser alegre y colorido, pero todo eso cambió. En el pueblo había un hombre llamado Mateo Timbertown a quien le gustaba matar niños en la noche de Halloween, cada niño que se acercaba a su césped sufría una muerte dolorosa, por eso los padres prohibían a sus niños pasar por ahí, pero los niños más grandes y traviesos solían molestarle tocando su puerta y después echando a correr o tirando huevos y papel de baño a su techo y puerta, pero todos corrían el mismo destino tarde o temprano, él los noqueaba y los metía en un costal vacío y los llevaba a un campo de trigo abandonado donde clavaba una cruz con troncos de madera y los crucificaba poniéndoles un trapo en la cabeza con el dibujo de la cara de un espantapájaros.
Una vez, se dice, Dios vio esto y se enfureció con él, condenándole a llevar una máscara de espantapájaros y ropas sucias por la eternidad, decapitando y crucificando a cualquiera que estuviera despierto después de las 12:00 de la noche en Halloween aunque fuera su propia familia, desde ese día, Stanbulls no volvió a ser el alegre y pintoresco pueblo de antes.
— Via Creepypastas