Sneckdraw

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Sneckdraw se crió en Washington D.C. junto a su madre, padre y hermano. Su padre era un hombre militar severo y siempre le ensañaba a sus hijos la importancia de servir a la patria. Esa actitud sólo empeoró cuando su padre regresó de la primera guerra mundial; debido a los largos periodos que su padre estuvo fuera de casa terminó idolatrando cada palabra que decía. La mente de Sneckdraw tuvo la creencia de que los héroes iban a la guerra, que todo era un ejemplo brillante de cómo conquistar al villano.

Pasó el tiempo y la mayor parte de su vida era simple, aparte de las consecuencias ocasionales de sus firmes creencias políticas. Finalmente se trasladó a Nueva York para la escuela con las aspiraciones de convertirse en médico. Fue durante ese tiempo que conoció a la que sería su esposa. Se casaron en marzo de 1921 y tuvieron dos niños sanos. Tenía un buen trabajo, una casa, una familia, todo lo que alguna vez deseó. A continuación, la historia del conflicto comenzó a extenderse: La segunda guerra mundial. No había ninguna pregunta, en el momento del golpe la prensa se alistó.

Subestimó todo, no fue hasta que se vio obligado a amputar la pierna de un hombre en medio de la calle. Él nunca volvería a ver a ese hombre de nuevo, no se sabe lo que le pasó o en donde terminó; era só lo otra parte de la vida. Todo a su alrededor se estaba agrietando, en su dolor y el malestar de que siempre contaban con él. A Sneckdraw no le permitieron estar seguro, hasta un momento de pánico podía poner a todo el mundo en el terror absoluto. Cada noche amarga y fría soñaba que estaba devuelta con su familia. Aunque en el fondo sabía que él ya no era el mismo, en cada carta que les escribía cubría su horror para proteger la imagen de héroe con la que había sido criado.

La vergüenza se filtraba con cada toque de la pluma, como él mintió acerca de lo que estaba pasando y lo que enfrentaba; trajo el miedo, miedo que después de todo eso él nunca podría volverlos a ver igual. Empezó a tomar más riesgos, jugando cada vez más con el papel de héroe incluso en contra a la realidad en la que se encontraba. Sneckdraw agrietado dejó de pensar en otra cosa más que salvar a los heridos. En el fondo de su mente esa era la manera de ser el héroe que el pueblo quería que fuera, evitando que había una vida después de esta. Era débil, pero las mentiras hicieron todo soportable. Él se evitó la inevitable depresión y trauma desconectándose y concentrándose en el camino del juego.

Era conocido por sus habilidades y dedicación, incluso ante el peligro. Eso fue hasta que fue herido en el muslo por una bala perdida mientras asistía a un hombre. Él terminó su trabajo, yendo tan lejos como quería incluso seguía trabajando con su uniforme lleno de sangre. Sus últimos recuerdos fueron un desenfoque de cómo fue arrastrado lejos del campo de batalla.

Más tarde despertó en una habitación con un hombre bien vestido que se cernía sobre él. El hombre le ofreció la oportunidad de hacer más para ser algo más que una pequeña pieza en la máquina de guerra. Una oportunidad para ser uno de los verdaderos héroes. Él estaba buscando hombres leales, provenientes de familias militares, hombres que fueran de confianza. Así que Sneckdraw fue invitado a un programa de enriquecimiento mental con el objetivo de crear a un espía con la lealtad probada y la capacidad de leer la mente.El programa se acercaba a un gran avance y sólo necesitaba hombres de calidad para completar el trabajo. Tendría tiempo para sanar,tiempo para ordenar su mente y que requeriría sólo el dolor momentáneo. Sólo le tomó tres días antes para que estuviera de acuerdo de participar en el programa.

Pasó 6 meses obteniendo una mezcla de agujas con medicina con muy poco o ningún efecto. Él tenía poco que hacer durante todo ese tiempo, pero leer y mantener su condición física era una de las cosas que podía hacer. Fue su interés medico que hizo soportable que fuera uno de los pocos pacientes que tenían los médicos para hablar de lo que estaban haciendo realmente. Él sabía el horario y lo que iba a suceder a continuación. Siguió escribiéndole a su esposa y le afirmó que había conseguido un trabajo más seguro. Aparte las pesadillas eran soportables, aunque de vez en cuando tenía que volver a releer las novelas que le dieron.

Fue alrededor del primer año que su estado de animo cambió, se sentía como si no hubiera presión para terminar con el trabajo hecho aquí. De vez en cuando escuchaba susurrar a los trabajadores sobre los rusos y su trabajo en un proyecto similar. Fue después de ese punto en que otras personas involucradas empezaron a morir. Los sujetos decían que oían voces y veían cosas. Sneckdraw no sentía ninguno de esos efectos, al menos no inmediatamente. No fue hasta que la mayoría habían muerto que comenzó a ser alcanzado por los efectos secundarios. Comenzó justo antes de que los quistes rápidamente cubrieran cada centímetro de su cuerpo. Fue otro fracaso, las agujas finales sólo se convirtieron en otra empresa sin esperanza. Escribió su ultima carta, empapando el papel con sus lagrimas y siendo honesto por primera vez en más de un año.

Cuando todo parecía que había terminado, se despertó al otro día. Allí estaba un hombre con un arma dirigida a él y un médico a su lado. Dio un vistazo al cuarto que extendía, los libros que había recogido estaban flotando. No podía leer la mente y nunca lo haría, pero sí fue capaz de mover objetos con su mente. Se hizo evidente que entre más usaba ese poder su piel se ponía peor. Parecía ser que su cuerpo reaccionaba negativamente a sus poderes. No amenazaban su vida, pero era doloroso. Siguió empujando para ver cuánto podía levantar con su mente y su fuerza creció.

Él podría haber descubierto simplemente si el dolor eran las voces que lo rompieron, susurros y gritos o voces profanas que hablaban verdades imposibles. Nunca pararon, lo empujaron lejos y más lejos hasta que intentó tomar su propia vida. Se rieron y rieron mientras arañaba sus propias muñecas. Los hombres que lo observaban no lo dejarían morir, era demasiado valioso. Se despertó, él no debería hacerlo, pero lo hizo. Quedó retenido a la cama mientras lo dejaban solo buscando alguna clase de solución.

Sneckdraw rogó a cualquier persona y cualquier cosas para que detuviera los gritos, para que pueda tener su propia mente de nuevo, incluso sólo por un día más. Fue entonces cuando la oyó, su amor sin nombre. Una voz como una diosa le ofreció consuelo y guía. Ella sólo quería ayudarle y todo lo que tenía que hacer era aceptar. Lo hizo sin dudar, y todo se detuvo, era libre. Él juró a si mismo su palabra, teniendo en cuenta su voz de Dios.

No todo el mundo aceptaba una intervención divina como respuesta al por qué él estaba bien otra vez. Sneckdraw pasó meses aislado, sin nada más que libros y la voz de su salvadora. Todavía sentía el dolor de su piel, pero se encontró con una calma gracias a ella. De alguna manera parecía estar mejor que nunca. Tardó tanto tiempo para que confiaran en él, pero fue entrenado para servir al gobierno. Su formación siempre fue frenada por los quistes que infectaron su rostro; lo que condujo a la creación de su máscara, que necesitaba una forma de inyectar suministros constantes de medicamentos contra la infección hecho especialmente en su piel. La máscara era la respuesta a eso. Era un horror al principio estar encerrado en una trampa de metal. Tardó años en superar el pánico que lo atacaba encerrado.

Pero llevó a la delantera su enfoque, y a lo largo de los años fue enviado a trabajos inexplicables y ocasionalmente una carga política fuera del alcance. Se convirtió en un maestro de lo oculto y parecía sobresalir mágicamente en la escritura cargada de símbolos. Fue todo gracias a la voz que siempre se mantuvo con él. Ella sabía más de lo que pudiera acerca de las bestias que estaban creciendo más y más. Lo incitó para que matara monstruos por el bien de los que estaban alrededor de él. Fue debido a esto que se convirtió en un miembro importante de los salvadores de Abel. Un grupo basado en la idea de la lucha contra la creciente amenaza inhumana. Se había convertido en la colaboración de los principales proyectos de guerra y sus poderes sirvieron para salvar a la humanidad.

Nunca envejeció después de que su poder apareció y esa voz habló con él. Y todavía hay una cosa que se desgastó en él: la memoria de aquellos que había dejado hace demasiados años. Comenzó a efectuarse con su trabajo tanto que utilizó sus contactos en los salvadores para hablar con un hombre que podría obligarlo a olvidar: el alemán, el único hombre que tenía el poder para destruir cualquier memoria y la manera para cambiar a una persona era quitando esos momentos que cambiaron sus vidas. Se quitó la vieja vida y se dio un nuevo nombre.Irving Richter era un ser humano, él tuvo que convertirse en un monstruo a los que le precedieron y sin remordimientos…Sneckdraw era lo que él había elegido.

autorX:myhatisblue

— Via Creepypastas

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