Shorty, el payaso asesino

Shorty era un payaso considerado el más popular de su barrio, cuando un día, de repente, empezó todo.
Les contaré lo que sé. Todos esperaban, en una fiesta, la actuación de Shorty. Los padres se empezaban a preocupar debido a que este no venía, pero los niños seguían corriendo y saltando por todas partes. El padre, entonces, decidió salir a buscarlo. Fue grande la sorpresa que se llevó al sentir su garganta partirse en dos debido al tajo que le produjo el payaso.
La madre comenzó a notar la ausencia de su esposo, pero no podía dejar a los niños solos. Dudó unos momentos y, entonces, entró a la casa. Shorty la estaba esperando y, de un golpe firme con una sartén, logró dejarla inconsciente. Ahora podía masacrar a los niños.
La masacre fue corta, en realidad. Se perdieron ojos, dedos y algunas narices. Nadie gritaba debido a la velocidad con la que éste payaso rebanaba sus gargantas ¿Cómo un payaso podía causar todo esto? Nadie lo entendía.
¿Qué sucedió luego? Se dice que el cumpleañero se escondió, pero, cuando Shorty lo encontró, su regalo de cumpleaños fueron varios tajos en los brazos y piernas. Pero no, no lo había matado. Fue trasladado al hospital, donde, se dice, contó todo. Nadie sabe qué fue de aquel joven, ni tampoco de Shorty, quien fue bautizado con el -cliché- nombre de El Payaso Asesino.
— Via Creepypastas