Shhh, necesito silencio

El Puente Negro
El Puente Negro

Algunas personas que han estado de visita por mi casa, me han dicho que en el momento que los dejo solos en mi habitación, pueden escuchar claramente como alguien le dice –Shhh- de manera muy enérgica, lo cual a mi me pareció muy raro al principio, ese ha sido mi cuarto por más de 15 años y jamás me había pasado algo parecido.

La primera persona que me lo dijo lo hizo hace más de diez años, yo tenía 19 él era mi vecino que aprovechando la manera en que mi cuarto está construido podía saltar desde su casa y tocar la puerta de mi habitación sin necesidad de pasar ante mis padres, venía a visita muy a menudo, en una de esas ocasiones planeaba asustarme, con toda la intención de rascar la ventana con una mano de plástico que traía se paró junto a la puerta y en el momento en que iba a hacer su broma, alguien le dijo –Shhh- muy decepcionado me dijo –Ya me descubriste- y al escucharlo abrí la puerta, platicando de lo sucedido nos dimos cuenta de que yo no había dicho nada, ni estaba alrededor alguien que pudiera haberlo hecho. Lo dejamos pasar como cosa sin importancia.

Pero de ese día hasta hoy, cualquier persona que entra en mi habitación recibe un –Shhh- como bienvenida, últimamente lo he escuchado también, la que se llevó la peor parte fue mi sobrina de 15 años, la dejé sola en mi cuarto mientras yo iba a la parte de abajo por un par de cobijas pues se quedaría a dormir conmigo, después de unos segundos, ella estaba muy asustada, abrazada a mi madre, perdida en llanto, sin poder decirnos lo que pasaba.

No podíamos calmarla, saltaba y gritaba como loca, después de mucho intentar nos dijo que mientras estaba sentada en la cama, escuchó alguien que le dijo –Shhh- , brincó hacia enfrente y al voltear vio un señor alto parado en la cama, vestía un traje elegante, de corte largo, como el de los “pachucos”, también sombrero y un bastón, con el rostro todo quemado, derritiéndose, pequeñas llamas caían de su cuerpo encendiendo la habitación en segundos… se agachó diciendo –Shhh, necesito silencio- después de eso desapareció.

Eso bastó para que mi sobrina no quisiera pararse en mi habitación nunca más, me imagino que la experiencia debió haber sido horrenda, hasta el momento jamás lo he visto, solo he podido escucharlo, pero por lógica, siendo yo quien pasa más tiempo en este lugar imagino algún día será mi turno.

Fuente: cuentosdeterror.mx

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