Mi triste realidad
Recuerdo ese día como si hubiera sido ayer, ese momento en el que lo perdí todo, ese momento en el que dejé de ser el mismo, desde que ella se fue no he podido dormir tranquilo.
Todo comenzó en una mañana de primavera, mi novia Paulina y yo levantándonos como siempre, ella iba a la universidad y yo como siempre iba a mi trabajo, era aburrido y lo único que quería era volver a casa.
Cuando volví, ella no estaba, Paulina está ausente y me parecía extraño ya que siempre estaba ahí después de ir a la Universidad. Ese día no podía más, fui directo a mi cama y ahí vi algo que llamó mi atención, la puerta del armario parecía destrozada y adentro había huellas de unas botas, de inmediato pensé que Paulina me engañaba.
Fui a buscarla y a pedirle una explicación cuando en el patio, la vi a ella, colgada de un árbol, debajo de ella tenía una carta que decía “Nuestro destino es morir”. Justo en frente mío vi a un tipo con una máscara, de inmediato me asusté y lo traté de golpear, el tipo lo esquivó y me dijo -Nuestro destino es morir, pero tienes suerte de que hoy no es tu día-. Se fue corriendo sin darme explicación alguna.
Bajé a Paulina pero era demasiado tarde para ella, ya estaba muerta, de inmediato comencé a llorar, no podía creerlo, mi querida Paulina había muerto.
Hasta el día de hoy sigo pensando ¿por qué ese tipo enmascarado no me mató? ¿Por qué me dijo esas palabras? Pero sin duda, no dejo de pensar en ella, mi querida novia que el destino me quitó y hasta hoy espero que el mismo destino que se la llevó a ella, me llevé a mí para volvernos a ver.
— Via Creepypastas