Mi perro endemoniado

Yo tengo un perro que se llama Chop, él es una dulzura, es muy inteligente. Lame tu mano y tu cabeza y juega sin parar a la pelota, pero llegó un día en que, antes de dormir, lo saqué a la calle. Cuando me desperté en la mañana, lo noté muy mal y enfermo.
Noté que en la boca tenía un tipo de espuma, me preocupé y fui a veterinario. Este me dijo que el origen de la espuma era desconocida. Como yo tengo cámaras en la afuera de mi casa me fijé en ellas. Se notaba a una persona pequeña, con alas y aspecto de demonio de color gris que escupía un líquido raro; mi perro se lo tragaba y caía desmayado.
Busqué y busqué una solución, pero no la encontré. En la noche me acosté porqué me sentía mal, de repente un escalofrío recorrió mi cuerpo. Mi perro estaba allí, como mi guardaespaldas.
Todos los días cuando dormía, cuando desayunaba, cuando limpiaba, mi perro me espiaba. En un momento por la noche, cerré mi puerta.
Escuché gritos agónicos. Fui a fijarme… Un demonio estaba intentando entrar al cuerpo de mi perro. Intenté ayudarlo, pero fue en vano. El demonio entró, y a través del cuerpo de mi perro, se tiró sobre mí y empezó a morderme de manera brutal.
Yo le gritaba: “CHOP NOOOOO”. Pero este sin control seguía mordiéndome. A duras penas me zafé de él, corrí y cerré la puerta con llave.
Miré mis manos. Tenía agujeros y rasguños. Mi perro rompió la puerta y saltó ante mi cuerpo, golpeándome la cabeza en el calefactor, quemando mi cabeza que sangraba demasiado. Le golpeé con el pie en la panza y el demonio salió. Mi perro estaba muerto.
— Via Creepypastas