Los ojos de Julia

Hola, mi nombre es Dereck y estoy por contarles una experiencia paranormal que tuve hace poco con una chica cuyos ojos eran hermosos, pero descubrir que esa hermosura se destroza poco a poco es lo peor.
Todo empezó un día en el nuevo vecindario al que me mudé, todos lo vecinos eran amigables y respetuosos, pero había una vecina que era realmente hermosa, tenía piel clara, era rubia, alta y tenía los ojos azules más bellos que había visto. No dudé en acercarme y presentarme:
—Hola, mi nombre es Dereck, soy nuevo en el vecindario y estoy conociendo a los vecinos del lugar y, bueno, pues quería saber ¿Cuál es tu nombre? —Le dije sonriendo.
Ella con una sonrisa y con sus bellos ojos, me contestó:
—Mucho gusto, Dereck, mi nombre es Julia y esta es mi casa, puedes pedir lo que necesites cuando quieras.
Yo asentí con la cabeza y me dirigí a mi casa, pasé el día viendo televisión y me quedé dormido. Al día siguiente me dirigía a casa de Julia para saludarla y algo me extrañó mucho: la puerta de su casa estaba abierta, no dudé en pasar a ver si Julia estaba bien. Antes que nada, tienen que saber que no dudé en entrar a casa de Julia porque sentía algo sentimentalmente por ella, sus hermosos ojos me enamoraron al instante. Una vez dentro de la casa gritaba llamando a Julia una y otra vez, hasta que ella contestó y me dijo:
—Estoy por aquí.
Yo me dirigí hacia donde escuché la voz de Julia, tal parece que era su habitación, entré y vi a Julia cerca de su ventana y tal parece estaba llorando, me preocupé y la tomé de un hombro dándole la vuelta para verla a la cara, una vez que se volteó noté que estaba llorando sangre. Sus hermosos ojos azules estaban en ese momento rojos y sangraban. Julia me volteó a ver y me dijo:
—Puedo ver tu miedo y tu sufrimiento, lo único que te puedo asegurar es que no volverás a ver el azul de mis ojos o de otros ojos nunca más.
Esa es la única imagen que recuerdo después de que Julia me sacara los ojos a la fuerza, ahora estoy en un instituto donde estoy viviendo, pero ya me harté de no poder ver, no quiero saber nada de mi familia, del mundo o de Julia, es más, no quiero seguir en este mundo, no sin ver en qué se convirtió y se convertirá.
El azul más hermoso del mundo era el de sus ojos, me alegro de haberlos visto antes de irme, ya que nunca olvidaré “Los ojos de Julia”. Adiós.
— Via Creepypastas