Leyenda de las voces de la facultad

Allá afuera
Allá afuera

La Facultad de Bellas Artes de Sevilla, se encuentra ubicada en la Calle Laraña desde 1970, en el mismo edificio que de 1550 hasta abril de 1767 fue la sede General de la Compañía de los Jesuitas en Sevilla, de cuyo edificio, solo queda la actual Iglesia de la Anunciación, que alberga en sus sótanos el Panteón de Sevillanos Ilustres.

Hasta hace muy pocos años, el personal de limpieza, solía desempeñar labores nocturnas en el recinto, turno que desapareció, tras una serie de sucesos extraños, que según opinión de los propios trabajadores se atribuyen a Santiago, un antiguo encargado de mantenimiento fallecido. El hombre murió en su casa , de un ataque cardiaco, pero desde ese día, los hechos insólitos empezaron; su habitación estaba revuelta, como si alguien hubiese estado buscando algo, y toda la vegetación que había plantado en el exterior del edificio de la Facultad, apareció arrancada desde raíz.

Tal es el convencimiento de que el fantasma del antiguo trabajador habita en los muros, que han prescindido hasta de los guardias de seguridad; y la vigilancia se realiza a través de alarmas conectadas a una central, después de que el inmueble cierra sus puertas a las 10 de la noche.

El personal que labora en las instalaciones, reporta haber escuchado fuertes golpes, ruidos, susurros, suspiros e incluso una voz cavernosa que los llama por su nombre. También aseguran haber visto a Santiago realizando aun sus jornadas. Se habla de luces que se encienden y apagan solas, de ascensores con voluntad propia que funcionan aun cuando no tienen corriente eléctrica, misteriosas sombras que deambulan por los pasillos , hileras de taquillas que se abren y cierran en el segundo sótano, risas macabras en los servicios de las plantas altas, secadores de manos que funcionan sin estar enchufados, voces y espectros… pero más inquietante aun, son los sonidos de arañazos, como si alguien enterrado estuviera intentando salir de un cajón, o los espeluznantes gritos que salen de la nada.

Pero no sólo es el espectro de Santiago, el que se manifiesta en este lugar, en el Panteón de Sevillanos Ilustres, la traslucida y tenebrosa figura de Cecilia Bölh de Faber, conocida por el seudónimo literario de Fernán Caballero, transporta su gaseoso cuerpo en un macabro paseo por la facultad.

En otra zona hay una serie de pisadas sobresalen en el techo de una entreplanta, situación que los aparejadores consultados, no pudieron explicar.

Un grupo de investigadores, encabezados por José M. García Bautista, Guillermo León y Jesús Conejero, recibieron autorización para investigar estos fenómenos paranormales en el edificio. Durante su estancia pudieron experimentar todas las situaciones relatadas anteriormente, grabando también una serie de videos con infrarrojos y un par de aterradoras psicofonías; la más clara de ellas dice: —Iros de aquí.

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