La Leyenda de las Gárgolas de Notre dame en Paris

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Desde las alturas, las gárgolas de piedra que decoran los muros decatedral de Notre Dame, en París, Francia, observa impávidas el día a día en la bulliciosa urbe. Para la gente que suele deambular por ahí, los cientos de esculturas que sobreviven adheridas al edificio constituyen una legión de grotescos espectadores que con su mirada fija demandan atención, aunque no necesitan pedirla. A diario cientos de turistas visitan la llamada “Galería”, en el tejado de la catedral, a casi 50 metros de altura, donde están apostadas las 54 gárgolas de Notre Dame , las más famosas del mundo, que desde su privilegiada morada custodian la Ciudad Luz. Guardianes cuyo horrible aspecto es capaz de alejar a los propios demonios y seres malignos.

LAS GÁRGOLAS: VESTIGIOS MEDIEVALES

Al ver estas imponentes moles es fácil pensar que son tan longevas como la catedral misma. Pero no es así. Mientras que el edificio de estilo gótico fue construido durante la restauración de Nuestra Señora a mediados del sigloXIX. En aquella época la arquitectura atravesaba por un regreso al arte medieval, de ahí que los arquitectos Eugène Violletle-Duc (1814-1879) y Jean-Baptise-Antoine Lassus (1807-1857), encargados de la obra, decidieran implementarlas durante la rehabilitación de 1844. Dada su ‘juventud’, es poco probable que, como dicen las leyendas, estas criaturas adquieran vida durante las noches y vaguen por las calles de la Cité castigando a los infieles y desterrando a los seres inferanales. Sin embargo, no por ellos dejan de resultar misteriosas y fascinantes. A un nivel tal, que es fácil de suponer que están dotadas de vida que admitir que se trata de simple roca moldeada.Desde su privilegiada morada custodian la Ciudad Luz.

Un origen desconocido

No se sabe con exactitud el origen de esta leyenda, pero hay una historia la cual cuenta que en Francia, en el siglo VII, vivía undragón, Gargouille , que habitaba cerca del Sena causando muerte y miseria a su paso. Un sacerdote católico, San Romanus, fue el único que logró acabar con ella tras hacer la señal de la cruz. Llevó su cuerpo a la ciudad de Rouen, donde logró quemarlo todo excepto la cabeza, la cual fue colocada en el Ayuntamiento.

LIBROS ARQUITECTÓNICOS

Cierto es que técnicamente las esculturas apostadas en la balaustrada de Notre Dame no son gárgolas. Aunque sin duda capturan la esencia del Medievo (época en la que tuvieron su mayor esplendor), la principal función de las gárgolas no fue entrar en las pesadillas de quienes las contemplaban; su verdadero propósito era mucho más práctico: arquitectónicamente hablando sirven para desaguar la lluvia que se acumula en los techos de los edificios. Su mismo nombre hace alusión a este trabajo: “gárgola” deriva del francés gargouille (o gargouiller , onomatopeya del sonido que hace un líquido al atravesar por un tubo), el cual a su vez viene del latín gargula , garganta. En realidad aquellas figuras monstruosas y grotescas apostadas en las fachadas, pero que sólo funcionan como elementos decorativos, son conocidas como ‘quimeras’ o ‘falsas gárgolas’.

  • El uso de esculturas en desagües ya lo hacían en la antigüedad los persas (550-331 a. C.).
  • También en el Imperio bizantino (395-1453) era común utilizarlas en las fachadas, por lo general inspiradas en formas de animales.

Criaturas fantásticas

Existen algunas teorías sobre cómo fue que de ser un simple elemento de la arquitectura se convirtieron, debido a la imaginería popular, en criaturas fantásticas. De acuerdo con la historiadora de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, Nora M. Gómez, forman parte del vasto repertorio de demonios y seres que la Iglesia católica empleó para representar las penas y tormentos infernales.

  • Su función, al ser expuestas en la decoración de iglesias y catedrales, era la de fungir como instrumento pedagógico para la gran masa de fervientes que durante la Edad Media no sabía leer ni escribir.
    Se ponía especial énfasis en ciertas lecciones que podrían servir a los fieles: principalmente los castigos que aguardaban a los pecadores. Las gárgolas colocadas en las almenas y fachadas de las iglesias y templos (aunque también solían decorar edificios privados) eran un mensaje directo y duradero de lo que aguardaba a los impíos.Imagen: Alejandro Díaz-Caro

CRIATURAS SIN SIMILITUDES

Pero surge la duda sobre su apariencia. No existen dos gárgolas iguales. Basta con ver unas cuantas para apreciar la gran cantidad de fuentes de las que los artistas se inspiraron para crearlas: en ellas encontramos diablos, demonios, animales de todo tipo e incluso humanos, elementos que muchas veces se alejan de la iconografía sagrada tradicional o que a simple vista no tienen un mensaje evangelizador. La licenciada en Artes y Humanidades por la Pontificia Universidad Católica de Chile, Paz Vásquez Gibson, afirma que:

“AL IGUAL QUE EN LOS MANUSCRITOS GÓTICOS, DONDE EN GENERAL ENCONTRAMOS ESCENAS CANÓNICAMENTE REPRESENTADAS EN EL CENTRO, PERO EN LOS BORDES –QUE NO ESTABAN REGLAMENTADOS– LOS ARTISTAS SE PODÍAN DAR EL LUJO DE ILUSTRAR LO QUE QUISIERAN, SIN LA NECESIDAD DE RESPONDER A UN MENSAJE ESPECÍFICO, LO MISMO OCURRE EN EL CASO DE LAS GÁRGOLAS, QUE TAMBIÉN FORMAN PARTE DE ESA MARGINALIA”.

ALUD DE SIGNIFICADOS

Otras teorías que explican el uso de gárgolas en las iglesias las ha recopilado el doctor Javier Ayala Calderón en su artículo “Espíritus puros y bestias: lo alto y lo bajo en las gárgolas del convento agustino de Cuitzeo, Michoacán”, publicado en la revista Relaciones (2015), especializada en estudios de historia y sociedad. Por un lado podrían ser “elementos escultóricos apotropaicos para ahuyentar a losespíritus malignos”; resaltaban, mediante su fealdad, los dones de la belleza de Dios; representaban a los pecadores que estaban condenados a sólo visualizar sin poder alcanzar nunca el paraíso; o por el contrario, “eran expresión de los temores aprendidos de cuentos narrados al calor de los hogares”. No obstante, explica el investigador del Departamento de Historia de laUniversidad de Guanajuato, “estas interpretaciones pecan de generalizadoras”. Además los lugares en los que se colocaban también pudieron tener una función, y cita al convento agustino de Cuitzeo, fundado en el siglo XVI, uno de los mejores ejemplos de los primeros años de la arquitectura del virreinato enMéxico. En él destacan diversas gárgolas, en especial las apostadas en su fachada:

“PODRÍAN REPRESENTAR EL PASO ENTRE NIVELES ESPIRITUALES POR MEDIO DE UN IMAGINARIO RELIGIOSO CONOCIDO A PARTIR DE LA BIBLIA Y LOS BESTIARIOS MEDIEVALES”.

La popularidad de las gárgolas

A pesar de que su auge estuvo respaldado por la religión, estas criaturas regresaron a ocupar su lugar en lo alto de los edificios en Francia, y en otras varias ciudades. La razón de que la influencia y popularidad de estos seres pétreos no haya desaparecido se debe a la misma atracción que tenemos por las películas de terror, comenta Janetta Rebold Benton, historiadora y autora de libro Saintes terreurs. Les gargouilles dans l’architecture médiévale : es la fascinación que naturalmente sentimos por lo terrorífico y macabro.

“COMO LA GÁRGOLA MEDIEVAL, QUE PRETENDE AMENAZARNOS, PERO NO HACERNOS DAÑO.”

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