Leyenda del Palacio de Linares

Allá afuera
Allá afuera

Si algo sobra en España son lugares de que hablar, aun cuando se trate de sitios encantados, uno de ellos es el Palacio del Marqués de Linares de Madrid ; ubicado en el centro de la ciudad. Se habla de una historia de amor prohibido que nunca se pudo comprobar, pero que hoy en día, busca ser esclarecida ante los visitantes del lugar a través del avistamiento de fantasmas, que llegaron hasta la televisión española en 1990, cuando se transmitieron estremecedoras psicofonías captadas en este edificio.

En las grabaciones ofrecidas por la doctora Carmen Sánchez de Castro, se apreciaba una nítida voz quejumbrosa de una niña diciendo: —Mamá, mamá… Yo no tengo mamá—. Una mujer se lamentaba: —Mi hija Raimunda… Nunca oí decir mamá—. Desde entonces, el Palacio de Linares fue blanco de especulaciones sobre una tragedia familiar, entre las que se barajaba la idea de que los marqueses eran hermanos, y procrearon una hija a la cual asesinaron y emparedaron , en dicho palacio.

Según cuenta la leyenda el Marqués José de Murga, se había casado sin saberlo con su propia hermana, Raimunda Osorio, la hija de una cigarrera con la que su padre sostuvo amores. Cuando el padre supo de tales relaciones envió lejos a su hijo, pero este regresó de su exilio con el firme propósito de contraer matrimonio con su enamorada. Ya había fallecido su padre y el matrimonio se celebró sin que supieran su parentesco.

El Marqués se enteró de la verdad al encontrar una carta que su padre en vida no llegó a enviarle, ahí se relataba la consanguinidad con su esposa. Tras conocer esta escandalosa situación, los cónyuges consiguieron una bula de casti connubi. La cual les permitía convivir bajo el mismo techo en castidad. Pero ya era tarde. Anteriormente, se habían entregado al amor que se profesaban y la marquesa estaba en cinta, dando a luz poco tiempo después a una niña… misma que sería asesinada y emparedada evitando así la anulación del bulo papal.

Hay quienes aseguran que el Marqués se suicidó después de tal atrocidad y que sus restos reposan en el jardín del palacio, razón por la cual, desde entonces su espectro deambula por el lúgubre palacio buscando el perdón.

Hoy existen cientos los testimonios que hablan de extrañas sombras en el interior del antiguo palacio. Sonidos que cambian de ubicación mientras los vigilantes los persigue.

Tal vez proe esta misma razón, todas las empresas de seguridad que se han encargado del palacio, han terminado por suprimir la guardia nocturna ante la negativa de los vigilantes de pisar el edificio cuando la noche ha caído.

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