Las ruinas de Nataly Hernández

Asesinos del Zodiaco
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Nataly Hernández era una chica de 18 años de edad, piel blanquita, ojos azules, cabello negro, alta y delgada, ella iba a una preparatoria, ella no era la estudiante que sacaba las mejores calificaciones, desde la Primaria que sacaba 7, 8 y 6. Pero con suerte conseguía un 9.
Nataly no era muy sociable, tenía una mejor amiga en otra escuela, pero las dos se dejaron de hablar.
Ya un día normal en la preparatoria, Nataly fue a su salón de clase y dejó su mochila en su butaca, la chica que se sentaba a su lado se llamaba “Martina González”, ella era una chica de pelo negro, ojos cafés, piel blanca, alta y delgada, era una odiosa, envidiosa y ella y Nataly no se llevaban bien, por que de pequeñas Nataly era la consentida de los profesores, a pesar de sus calificaciones.

Nataly─ Mejor no me molesto en hablarle, no vaya a ser que me tire la comida en la cabeza como ayer…-pensó-
Martina─ ¿Qué pasa, Nataly? ¿Creíste que ayer te salvarías solo por que el director llamó a mis padres? ¡Jajá! -ríe- No te salvarás de esta.
Nataly─ -retrocede- Mira Martina, no quiero problemas…
Martina─ Pero yo sí.

Martina golpeó a Nataly en el estómago 2 veces, la tiró al suelo y la empezó a patearle la espalda dejándole marcas a Nataly de su tenis, Nataly gritaba de dolor y llegó una maestra.

Maestra─ ¿Qué pasa aquí…? ¿Qué le estás haciendo a Nataly, Marina?

La maestra tomó del brazo a Marina y la llevó a la dirección, volvió y ayudó a Nataly a levantarse, la llevó a la enfermería y la dejaron reposar en su casa, la mamá de Nataly le agradeció a la maestra por traerla.

Madre─ Gracias por traerla, maestra.
Maestra─ Oh, no hay problema. Por cierto, el doctor dijo que debe reposar, no puede ir a la escuela, las heridas en su espalda que le ocasionó su compañera puede que le dificulte el sentarse.
Madre─ Ok, ¿algo más que halla dicho el Doctor?
Maestra─ Sólo eso, ¡adiós!

La maestra se fue de la casa y regresó a la escuela.
4 días después, Nataly se levantó de su cama por la tarde para ir a alimentar a su mascota, el cual era un perrito y lo amaba mucho, pero apareció Marina detrás de ella.

Marina─ Vaya, vaya, vaya… ¿Qué pasa aquí? ¿Alimentando a tu hijo-perro? Con razón es igual de feo que tu. -ríe-
Nataly─ Ajá si, lo que tu digas…

El perro empezó a ladrarle a Marina, ella retrocedió un poco.

Marina─ Ejem… ¿Enserio crees que por que me suspendieron 3 días de la escuela por tu culpa, te salvará aun así de la paliza que te daré?
Nataly─ Los problemas te los buscas tú solita, Marina.
Marina─ -se le acerca- Te daré un golpe que te matará al instante…
Madre─ ¡Oye! ¿¡Qué haces en mi casa!? ¡Fuera, lárgate!

Marina se fue corriendo, Nataly por su parte se quedó nerviosa y perturbada.
Al día siguiente en la escuela, Nataly se dirigió lentamente a su salón, sus nervios se notaban con tan solo verle un brazo, estaba temblando; Nataly dejó su mochila en su butaca y fue al patio, tomó una moneda de su bolsillo y se acercó a un pozo de los deseos, se fijó dentro de ella y notó que era muy profunda, arrojó su moneda y deseó “Deseo que mi sufrimiento acabe. ¡No quiero más golpes! ¡Ya no más!” Para su sorpresa, Marina apareció detrás de ella para ayudarla a cumplir su deseo.

Marina─ Te dije que te mataría.

Marina empujó a Nataly haciéndola caer en el pozo profundo, Marina corrió y dijo que Nataly se había “tropezado”, la directora llegó con la Sub-Directora por detrás, creyeron que Nataly aún seguía con vida, y mandaron una soga para que ella la tomara, la jalaran hacia arriba y así sacarla, pero no se detectó ningún movimiento sobre esta.

La sub-directora con pena les tuvo que llamar a la madre de Nataly para contarle sobre la muerte de su única hija, al otro día, la escuela hizo un homenaje hacia la muchacha, el cuerpo de Nataly nunca fue encontrado, sólo se encontró uno de los pendientes que ella siempre llevaba en la escuela, el pendiente fue guardado por la madre de Nataly, hasta ahora, el pendiente es la cosa más preciada de la madre, pues no tiene otro recuerdo de su difunta hija. Marina quedó con la conciencia sucia, pero nunca confesó que ella había sido la que tumbó a Nataly al pozo.

5 años después, en la actualidad, la escuela cerró y al paso del tiempo se hizo ruinas, se construyó un orfanato encima, se dice que el cuerpo de Nataly Hernández está enterrado entre las cenizas, pero no lo han encontrado. Muchos niños dicen que mientras intentan dormir por la noche escuchan una voz de una muchacha que les dice “Quítense de encima” y que incluso tienen pesadillas donde ven a una chica alta, delgada, con ojos azules y pelo negro que les dice lo mismo, solo que pocos niños se han percatado de que la muchacha solo tiene 1 pendiente en el oído izquierdo.

— Via Creepypastas

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