Lamidas

Como todas las mañanas, el hombre se despertó ante las insistentes lamidas del perro. Pero luego recordó: lo había matado la noche anterior.
Abrió los ojos. Su mujer estaba encima de él, y le lamía la cara.
El hombre se incorporó a medias.
- Amor, ¿qué rayos…?
Entonces se dio cuenta: a ella también la había matado.
— Via Creepypastas