La noche de los muertos (relato de un anciano)

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Estoy convencido que las peores historias de terror son aquellas que cuentan con testigos que podrían poner sus manos en el fuego para asegurarte que todo es real. Una de las historias más terroríficas de mi país (Bolivia) es la llamada “Noche de los Muertos”.

Esta historia es contada por el señor Vladimir Vásquez, un anciano de aproximadamente setenta años. El apenas puede caminar e incluso le cuesta trabajo hablar. Vive con su familia y depende de ellos para poder subsistir. Es por eso que muy difícilmente podría escribir su historia. por esta razón me he prestado a transcribir palabra por palabra la historia que lleva en la memoria por casi medio siglo. Su recuerdos se remontan a los años 50 cuando el señor Vladimir tenía sus 14 años de edad y vivía en un apartado pueblo de la ciudad de La Paz. Sus palabras textuales son:

“Muchos pueden contar historias de terror y hacer que te de miedo, pero pocos pueden afirmarte lo que es realmente cierto y lo que es vivir el verdadero miedo. Lo sé porque yo estuve en aquel infierno.

Era una noche fría de diciembre de un año muy cargado de problemas por todo el país, estos problemas abarcaban en todos los campos desde lo político, social, hasta lo económico. Bolivia estaba pasando por uno de los momentos más críticos en su economía.

Sin embargo esa noche todo parecía tranquilo. Y los jóvenes del pueblo estábamos disfrutando de una fiesta en casa de unos amigos. Entonces sucedió.

-¡Ayúdenme…! ¡Alguien…!

Todos volteamos al unísono para mirar quien armaba tal escándalo. Era ni más ni menos que el ebrio del pueblo, el señor “x”.

-¿Qué ha pasado? –le pregunto alguien.

  • Los muertos–dijo.

  • ¿Los muertos? Parece que otra vez has estado bebiendo, ¿verdad? –le dijeron y se burlaron de él.

  • Esperen, yo nunca lo había visto así. –lo defendió otro-. Cuéntanos: ¿qué te ha pasado?

El señor “x” temblaba de miedo. Pero recobró un poco de aplomo para contar lo que vio.

  • Caminaba junto al cementerio entonces vi algo así como una sombra oscura. Me acerque para poder ver mejor ya que la figura estaba de rodillas frente al panteón de mi esposa. (su esposa había fallecido hace poco menos de un año).

  • ¿Y qué era?

  • No lo sé pero cuando se dio cuenta que la estaba mirando… Desapareció.

  • ¿Y qué paso después?

  • No podía creerlo… El panteón de mi esposa estaba abierto. Su cuerpo era solo ya huesos con descomposición. Pero lo más extraño de todo era que tenia los brazos y las piernas fuera de la tumba. Miré a mi alrededor y me di cuenta que las demás tumbas también habían sido abiertas.

  • Imposible –dijeron.

  • ¿Estás diciendo la verdad? –cuestionaron molestos.

  • Lo juro. Pueden ver ustedes mismos.

Muchos de las personas se dirigieron al cementerio. Siendo un joven yo también los seguí escéptico de lo contado.

Cuando llegamos nos quedamos atónitos. La escena era horrible. Parecería que hubiera habido una lluvia de cadáveres. Realmente las tumbas habían sido abiertas. Los muertos se encontraban en posiciones tan extrañas. Como si hubieran sido movidos. Algunos estaban en posición fetal. Otros muertos recientemente tenían los ojos abiertos, e incluso había cadáveres de niños que estaban a metros de su tumba en posición boca abajo, como si hubieran gateado por su propia cuenta.

La comunidad se espantó. Volvieron a enterrar a sus familiares y trajeron al sacerdote del pueblo para bendecir el cementerio. Pero a la noche siguiente volvieron a aparecer desenterrados. Esta vez la escena era mucho peor. Había muertos incluso en posición de sentados. Nadie podía explicarse si algún “loco” estaba haciendo aquellas cosas. Los días transcurrieron y todos estaban muy asustados, las madres de los niños no los dejaban salir a jugar en la calle por las noches, las parejas se recogían temprano de sus actividades, y todos los comerciantes cerraban temprano su negocio, dejando las calles del pueblo abandonadas.

Hartos de todo eso, el alcalde del pueblo ofreció una recompensa para aquel que pudieran dar una explicación y solución a lo que se estaba viviendo.

De entre todos los habitantes apareció un hombre apodado “Ron” era conocido por ofrecer sus servicios de brujería en el pueblo. Entonces el alcalde lo mandó a llamar.

  • ¿Puedes decirnos algo sobre lo que está pasando?

  • Sí. Pero no creo que les guste lo que voy a decirles.

  • Habla de una vez.

  • La vi.

  • ¿A quién? ¿Al responsable de esto? Dinos quién es y lo arrestaremos ahora mismo.

El hombre de sombría mirada se echó a reír como un psicópata.

  • No pueden.

  • ¿Por qué?

  • Porque no de es este mundo. No es alguien que conoces si no hasta el día que te mueres.

  • Habla más claro.

  • La muerte.

  • ¿La muerte es la causante de esto? ¿Pero quién es la muerte?

  • Ha vivido en este mundo desde siempre, se le encomendó el trabajo de arrebatar la vida de los seres humanos, y por alguna razón está molesta con este pueblo. Así que ha decidido desquitarse con sus muertos.

  • ¿Qué podemos hacer?

  • Tenemos que apaciguarla. Para eso debemos saber qué es lo que quiere.

  • ¿Tú puedes averiguarlo?

  • Sí. Mañana en la noche iremos al cementerio. Y le llevaremos lo que quiere.

  • Está bien. Pero si esto resulta ser un engaño, te juro que te vas a arrepentir.

Ron solo se limitó a dar la vuelta para irse.

Al día siguiente Ron volvió a la oficina de mi tío (el alcalde) mientras yo estaba con él. Así que puede escuchar todo lo que le contaba. Dijo que el culpable de todo era el señor “x”.

  • Su esposa estaba muy enferma y debía de morir. Pero este hombre hizo un pacto con la muerte. Si ella le extendía la vida un tiempo más, él haría un sacrificio para ella. Al parecer la muerte está aquí para reclamar ese sacrificio.

  • Y ahora qué haremos.

  • Darle lo que quiere.

  • ¿Cómo?

  • Vamos a embriagar al señor “x”, lo llevaremos al cementerio y la muerte se encargará de llevarse su alma.

  • Esto es una locura.

  • Si no lo hacemos, caerá una maldición sobre todo este pueblo. Entonces la muerte estará tan furiosa que no tendrá compasión de mujeres o niños, comenzará a llevarse la vida de todos.

Esas fueron las palabras del brujo del pueblo. La situación era difícil pero lo hicieron. Embriagaron al señor “x” y lo llevaron al cementerio…

Esta última parte yo jamás lo vi pero mi tío (el alcalde), ya muy de viejo, me confesó que pudo ver a aquella figura espectral vestida de negro llevándose a aquel hombre. También me confesó que todo lo que hizo fue por el bien del pueblo.

Una nota importante a destacar de este relato es que hasta el día de hoy se rinde culto a la muerte en aquel pueblo, y aunque los años han pasado y se ha vuelto una costumbre para ellos, los más ancianos del pueblo jamás podrán olvidar aquella experiencia.

— Via Creepypastas

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