La mujer del cabello azul

Dedicada a aquella mujer, de la cúal me enamore
Nunca tuve una relación seria, es más, no podía mantenerme estable con una sola chica, lo cuál, obviamente me causaba problemas.
En mi vida, tan solo he tenido 5 relaciones, de la cuál solo una ha sido “seria”, por así decirlo, ya que con esa duramos más tiempo: 1 mes y 2 semanas.
Resulta que, hace una semana, decidí salir a dar un “paseo” por la ciudad, lo cuál siempre hago cuando estoy aburrido o de buen humor.
Era un día lluvioso y nublado, perfecto para mi, ya que nadie circulaba por aquellas frías y oscuras calles.
Como siempre, me dirigía camino a la plaza que se encontraba en la zona central de la ciudad, un lugar de aspecto tétrico si lo veías por la noche en un día con lluvia. Habían bancos alrededor del césped, gastados por el paso de los años, con colores apagados.
Sentada en un banco, se encontraba una mujer de cabello azul, observando de izquierda a derecha, aparentemente sin nada que hacer. Supuse que esperaba a alguien.
Por alguna razón, la chica no se movió hasta cuando yo estaba a punto de irme. Tan solo se levanto, me miro, y se fue.
Quede intrigado, no sabía quién era, pero lo quería saber. Por alguna razón, sentí atracción hacía ella.
Paso una semana, y no encontraba rastro de ella, apenas la recordaba. Decidí preguntarle a un amigo mío, el cual estaba socializado con la mayoría de personas en la ciudad. Me dijo que nadie conocía a una chica de cabello azul.
Sucede que, al otro día, fuimos a visitar otra escuela, y, a sorpresa mía, estaba ella: Tenía un “Piercing” en su labio inferior, sus ojos eran de un color marrón claro, y caminaba un poco encorvada. Estaba sentada en una esquina, dibujando una especie de “monstruo”, por así decirlo.
En un instante, se levanto, me miro y yo la mire. Nos miramos por alrededor de 1 minuto, hasta que la “mejor alumna” de mi clase nos interrumpió.
Luego de que se haya ido, me acerque a la chica, y le hable: Tan solo le dije hola.
No respondió. Tan solo me miro y pude notar que mostraba una ligera sonrisa.
Debíamos irnos, así que un amigo mío me tomo del brazo y me llevo corriendo hasta donde se encontraban mis otros compañeros de curso.
Pude ver que salía del salón y me miraba.
A lo lejos, le pregunte su nombre.
Dijo algo, pero no pude escucharlo.
— Via Creepypastas