La muerte de Rui Torres

Asesinos del Zodiaco
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Yo trabajaba de camarógrafo en el programa Art Attack, en la época donde conducía Rui Torres y grabábamos en Londres. Era un tipo muy dedicado y le encantaba su trabajo, además se llevaba bien con la producción, cuando terminaba de grabar un episodio, platicaba con él y hacíamos comentarios del programa, sobre qué parte le gustaba más del programa. El tiempo volaba cuando tenía charlas con él, se podría decir que era su mejor amigo, sin presumir mucho. Me contaba sobre su familia, tenía una hija recién nacida; recuerdo cómo se le iluminaba la cara cada vez que hablaba de ella, hasta tenía fotos y me las mostraba. Pero lo entristecía el no saber nada de ella, yo le decía que no había nada de qué preocuparse si él les enviaba cartas para hacerles saber que estaba bien. Aceptó mi propuesta y empezó ese mismo día.

Cada día le enviaba una carta a su esposa, ella le enviaba fotos de su hija; lo que más quería en el mundo. ¿Cómo no apreciarlo? Un hijo es de lo más bello que un humano puede recibir. Rui me contaba que estudiaba Ingeniería de Telemática, pues su carrera como actor no era lo único con lo que podría tener éxito, me decía que solo estaría un tiempo trabajando para Disney Channel, después regresaría a México para terminar sus estudios. Lo admiraba por ello, por los sueños que tenía para darle lo mejor a su familia. Era muy feliz, hasta que los problemas comenzaron.

Mientras grabábamos un episodio, dimos la primera pausa para darle un descanso a Rui, en ese momento llamaron por teléfono y por el tono en el que Rui contestaba, no parecía algo bueno. Al finalizar la llamada, le pregunté qué había pasado, él solo contestó que no había pasado nada. La pausa terminó, el programa transcurrió con normalidad, cuando terminamos de grabar, mi amigo se dirigió a su camerino enfurecido, lo seguí para preguntarle una vez más qué había pasado. Tuvo una pelea con su esposa, ella le decía hasta cuándo iba a grabar el estúpido programa, él le respondió que tardaría un poco más de tiempo ya que había firmado para otra temporada, su esposa contestó que nunca tenía tiempo para hablarle, que solo le importaba su programa y no hablarle a ella, él intentó decir que constantemente mandaba cartas, pero ya habían colgado.

Rui estaba muy molesto. Desgraciadamente solo podía irme y dejarlo solo…

Desde ese momento empezó a tener más y más problemas con Elena, su esposa. Cosa que afectó el ánimo de Rui, ya no era simpático y energético como antes, ahora solo se encerraba en su camerino. Pero ese era solo uno de los tantos problemas,

En el 2002 habíamos empezado a grabar la segunda temporada. Todo había vuelto a la normalidad, Rui estaba más contento, y todo su coraje se había esfumado. Pero fue por solo un momento.

Un sábado por la tarde, estábamos Rui y yo en su departamento charlando, cuando su teléfono suena, él contestó y se quedó callado. Su mirada comenzó a cambiar hasta que emite un grito leve y cuelga el teléfono. Se alteró demasiado, daba muchas vueltas alrededor de la sala. Volví a preguntarle qué le pasaba y respondió con un nudo en la garganta.

— ¡Mi hija está muerta!— Me sorprendí, no lo podía creer.

— ¿Y si es una broma?

—No, me llamaron del hospital preguntando por mí…— Al parecer, su hija había sufrido una fuerte pulmonía, no pudieron actuar a tiempo. Culpaba a su esposa, era lo único que hacía. Tuvo que viajar a México para declarar el cuerpo de su hija, quizás se trataba de otra persona…

Pero no fue así, su hija estaba muerta.

Dos semanas después Rui volvió a Inglaterra, a los estudios de Disney Channel. Me alegraba que esté de nuevo aquí, pero su pirada era otra, después del funeral de su hija su esposa le pidió el divorcio, ella ya tenía una nueva vida con otro hombre, Rui estaba destrozado. Después de unos instantes su cara cambió, como si nunca hubiera pasado de nada.

— Bueno, hay que comenzar de nuevo— contestó.

—Haces bien en pensar así— en el fondo, su mirada no me daba buena espina, solo le seguí la corriente. Ahí fue donde cambió completamente.

Después que terminábamos de grabar un capítulo, Rui se iba su camerino entusiasmado, como si tuviera algún plan o tramara algo, lo seguí para saber qué hacía pero siempre se encerraba solo. Apenas podía pegar mi oído a la puerta de su camerino y escuchar, se oía que hablaba con alguien, murmuraba e incluso reía de una forma macabra. Un escalofrío recorría mi espalda cada vez que lo sentía. Así estuvo por meses mientras se grababa la segunda temporada, todos en el estudio notaban su cambio, agredía a productores y otros trabajadores, los amenazaba y les gritaba. Cuando la segunda temporada estaba por terminar, decidieron que Rui ya no podría seguir trabajando ahí por su conducta irremediable. Ese mismo día lo llamaron y le dieron la carta de renuncia, Rui estaba tan molesto que se lanzó contra el productor, lo estaba ahorcando. Llamaron a los guardias y lograron sacar a Rui, él gritaba.

— ¡Acaban de perder lo único bueno de su canal, imbéciles!— Gritó por todo el estudio, hasta que no se escuchó ni una palabra más, muchos trabajadores habían renunciado por la conducta de Rui, los que quedaban, temblaban de miedo y rezaban para que no les hiciera daño, yo solamente guardaba la calma y evitaba causarle problemas, nunca me imaginé que perdería un colega. Aunque seguía trabajando ahí.

Habían pasado cuatro meses desde la renuncia de Rui, empecé a investigar en donde se encontraba. Patty, una amiga del estudio, me contó que Rui se había trasladado a México, tenía que terminar su carrera de ingeniero en telemática, y quizás volvería a rehacer su vida. Me pareció extraño, ya que por la mentalidad de Rui, dudo que él tuviera capacidad como para seguir estudiando, mucho menos para tener una familia, pero decidí dejar a Rui, que hiciera lo que le dé la gana con su vida, yo aún tengo la mía.

Varios días después, cuando llegaba del trabajo, sonaba el teléfono. Cuando contestaba, no se escuchaba a nadie del otro lado, colgaba el teléfono y las llamadas continuaban, así por meses. Hasta que un día dejé de recibirlas, para dejar de molestarme por teléfono y ahora empezar a hacerlo por correo electrónico, recibía alrededor de 200 mensajes por día, solo decían “Ayúdame, estoy solo”. Pensé que era un virus o basura que la gente envía, así que solo eliminaba los mensajes, hasta que recibí un mensaje muy similar a los demás, solo que este tenía una dirección y un número de habitación debajo del mensaje. Me dije a mí mismo que era otro mensaje basura, pero mi curiosidad era muy grande, anoté la dirección, salí de mi casa y me llevó hasta un edificio. Cuando entré, empecé a buscar la habitación 203, subí las escaleras.

Había hallado la puerta, me paré en frente y comencé a golpearla, para mi sorpresa no contestaba nadie, así que tomé la perilla para comprobar si estaba cerrada, cuando toqué el picaporte, un escalofrío recorrió mi espalda. Sentía el ambiente negativo, pesado, que sofocaba. Di vuelta a la perilla fácilmente, lo que había detrás de la puerta era un departamento desordenado y sucio, era difícil caminar por la sala, había muchas cosas tiradas en el piso, además de un putrefacto olor a animal muerto que venía detrás de una puerta. La abrí lentamente, no podía creer lo que veía; el cadáver desnudo de una persona, me horroricé demasiado, me acerqué para ver quién era.

Era Rui.

Tenía una nota pegada en su pecho.

“Sé que cometí errores, nunca debí comportarme de esa manera. Estoy tan arrepentido que mi única salvación es acabar conmigo… Ya no hay otra salida.”

Miré su rostro una vez más, lloré sin consuelo como pocas veces en mi vida, estaba a punto de irme. Pero el olor era más fuerte, provenía del baño. Cuando abrí la puerta, vi dos cadáveres desnudos de dos jovencitas, sumergidas en una tina de sangre, estaban desmembradas. Salí pálido de la habitación, cuando volví a toparme con más cuerpos. Estaba sofocado, como si algo me impidiera salir de ahí, traté de correr, pero era difícil. Cuando llegué a la salida, salí corriendo, para mi suerte no había nadie en el edificio, bajé las escaleras rápidamente, pero aún tenía en mi mente esos cuerpos. Empecé a escuchar risas que me alteraban más y más hasta que…

Desperté.

Estaba en el hospital, el doctor estaba en la habitación.

— ¿Qué pasó?— Le pregunté.

—Un inquilino del departamento lo trajo porque lo halló en las escaleras desangrándose. Pronto te pasaremos a la sala de cuidados intensivos para monitorear tu avance. Debes descansar.

Cerró la puerta, en ese momento apareció una silueta bastante familiar; Rui.

— ¿Cómo te encuentras?— Me preguntó.

—Estoy bien, por suerte. ¿Cómo estás tú?

—Aún no me acostumbro a estar muerto.

—Ya te acostumbrarás…

No pasó más de un mes. Me dieron el alta, y desde aquí en adelante… Nunca más estuve solo.

— Via Creepypastas

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