La leyenda de las brujas chupa niños

-Ya se encontraron algunos niños, desafortunadamente están muertos -dijo el Policía del pueblo Beerburg al norte de Alemania, una villa, que se estaba quedando sin personas, esto debido al contaste robo de infantes en la región y la ineficacia de las autoridades por resolver el problema.
El detective que encontró los cadáveres notó que todos y cada uno de ellos parecían estar sin sangre o como si los hubieran vaciado o succionado el vital líquido, y de un color pálido o blanco característico, como cuando se está anémico. Algo que ya antes había pasado, pero en esta ocasión habían dejado un rastro y todo hacía pensar que se trataba de las brujas, que se decía habitaban a las orillas de la villa.
Sin querer divulgar lo que había encontrado, se enfiló ya tarde a la comunidad en donde se encontraban a las que les decían brujas, pero antes de llegar dejó su automóvil en la maleza, y siguió el camino a pie, solo, sin refuerzos. Era lo mas estúpido que había hecho, pero no quería una cacería de brujas sin confirmar los hechos por sus propios ojos.
Fue así que, llegando, escuchó unos gritos de niños, se acercó y vio cómo a tres infantes les chupaban la sangre entre al menos 10 brujas, y los niños, ya casi desmayando, solo podían gritar y llorar.
Lo que hizo el detective fue solo empezar a matar con su arma a las brujas que alcanzaba, pero todo había sido una trampa. Los niños, al ver al detective, se empezaron a carcajear.
-¿Qué pasa? -se preguntó el policía.
Los que parecían niños se convirtieron en brujas y lo único que hizo fue correr hacia su carro.
Pero nunca pudo escapar de tantos entes que lo seguían. La desaparición del detective fue un misterio, quien junto con la matanza de los niños nunca se esclareció.
La leyenda de las brujas chupa niños sigue vigente.
— Via Creepypastas