Homicidal Liu VS Janís The Killer

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Era una noche fría y silenciosa, pero el silencio se rompió con un grito, en una casa a las afueras de la ciudad, un producto del mayor asesino serial que haya existido, vagaba por las profundas y oscuras habitaciones, se decía que ese producto nunca había existido, que era una mentira, pero los asesinatos a sangre fría y la frase que quedaba marcada en las paredes, decían lo contrario. Sweet Dreams. Esa frase, producto del dolor de aquella persona, su dolor, su desesperación, su ira, en su interior esa frase, había sido el comienzo de su locura, como asesina serial. Su nombre era, Janís The Killer, esa era su identidad ahora, su verdadero nombre había sido eliminado, su verdadera identidad se había destruido junto con su cara, Jeff The Killer se había encargado de eso, desde el principio. Janís, solo sentía el deseo de la muerte, pero al contrario de Jeff, ella no sonreía a menudo, sus ojos sin parpados estaban secos, sus mejillas cortadas en una sonrisa, su piel de un blanco puro, todo lo que ella era antes de los diecisiete, se había esfumado, destruido, modificado, para darle paso a lo que era ahora, y solo el único recuerdo que ella tenía de su pasado, eran sus ojos verdes, ahora, casi sin vida.

En aquella casa a las afueras de la ciudad, Janís había asesinado a una joven pareja de adolescentes, ella los había encontrado haciendo algo que por la sociedad estaba prohibido, una pareja de adolescentes teniendo relaciones sexuales, Janís ya no sabía lo que era amar, ese sentimiento y muchos otros se habían esfumado para siempre.

Matar… Asesinar… Matar… Ese era el único pensamiento que ahora tenía ella, la joven pareja, ellos, se habían quedado atónitos, cuando ella había entrado a la habitación con su cuchillo colgando de su mano, el primero en morir fue el joven hombre, y la segunda la joven mujer, pero a ella no le importaba lo que estuvieran haciendo, solo deseaba matar, lo único que necesitaba para saciarse, era matar. No tenía un objetivo en común, solo mataba por deseo y necesidad, aquella vocecita que le pedía a gritos desde su interior: ¡Hazlo, hazlo!… ¡HAZLO! Ella era como una esclava de lo que ahora habitaba en su interior, de su propia locura. Janís como siempre dejaba su frase: Sweet Dreams. En la pared donde ocurría el asesinato, y se iba, caminando por las calles en silencio, en busca de otra víctima, para hacer a lo que ella llamaba: jugar.

Esa noche, había pasado por una pequeña fiesta de adolescentes, ella contó entre veinte jóvenes, y por desgracia, aquella voz volvió y la descontroló, todos los que estaban en la fiesta murieron y como resultado la frase fue escrita nuevamente en la pared y ella se fue. Ella había hecho un pacto de sangre con Jeff, ya que al parecer él la consideraba como su única amiga, se habían visto muchas veces, platicaban sobre cualquier cosa, a veces se lo encontraba en un bar y bebían juntos, hasta habían asesinado juntos, se la llevaban genial. Y era por eso que ella siempre regresaba a la casa de Jeff, donde la mayoría del tiempo, se lo encontraba sentado en el sofá, para ella, Jeff, se había convertido en una persona importante en su vida, su único amigo, ese era el gran lazo que ella y él tenían en común, además del deseo de matar. Era una vida curiosa, los dos escapando de las autoridades y al mismo tiempo asesinando a algunos obstáculos, la policía.

Esa noche, después de que asesinara a los presentes de la fiesta, la policía había llegado, pero por desgracia, todos los oficiales habían muerto. Después de eso ella se había ido a pasear por el centro de la ciudad, mientras se protegía la cara con su capucha y una bufanda, Janís era una chica muy cuidadosa y meticulosa, siempre lavaba sus ropas con cloro y blanqueador, antes de salir a lugares en donde se expondría con facilidad, el dinero que ella obtenía de las personas a las que asesinaba, le bastaba para vivir bien, siempre pedía para llevar, y debes en cuando una doble ración para compartir con Jeff, cuando se disponía a regresar a la casa de él.

Ahora, Janís se encontraba de regreso a la casa de Jeff, caminando lentamente, concentrada en lo que ocurría a su alrededor, como un depredador nocturno, que espera no ser visto mientras caza. Ella entró a la casa de Jeff con una llave que él le había dado, abrió la puerta y la cerró tras de sí, luego se dirigió a la sala, pero no encontró a Jeff.

  • ¿A dónde has ido esta vez, mi amigo? – susurró Janís y se sentó en el sofá a solas en la casa, Janís pudo ver que el reloj de pared, que mantenían funcionando con baterías, marcaba que eran las seis de la mañana, Janís se levantó del sofá y se fue al cuarto que ahora le pertenecía, ese cuarto anteriormente, había sido del hermano de Jeff, de Liu Woods, que ahora se apodaba Homicidal Liu. Janís se había encargado de limpiarlo y dejarlo listo para que ella lo pudiera habitar cómodamente, las cosas de Liu habían desaparecido, al parecer alguien se las había llevado, pero a ella, le importaba poco quien hubiera sido, prefería no pensar en eso, Jeff había sido el primero en descubrirlo, y se lo había dicho dejándole un escrito sobre la mesa. Después, ella se fue a las afueras de la ciudad, muy lejos de la casa de Jeff, y se hospedó en una casa abandonada, producto de un asesinato cruel, pero el autor no había sido Jeff, alguien más lo había hecho. Aunque, desde ese día, ella no había vuelto a ver a Jeff, por eso se había sorprendido a su regreso, no lo encontró en casa.

Janís entró al cuarto de Liu y cerró la puerta con seguro, si Jeff volvía tocaría la puerta como habían acordado. Janís se acostó desperezándose, en la cama bien tendida, con sueño, y después de unos minutos, ella se quedó dormida.

Janís era pequeña, tenía doce años de edad, estaba en la calle, y la escena que se presentaba ante sus ojos era la pelea de Jeff con la pandilla de Randy, vio a Liu diciéndole a su hermano que se detuviera, pero Jeff no obedecía, Jane, su vecina estaba a la izquierda viendo horrorizada la escena. Janís, vio que la pandilla estaba muerta, había charcos de sangre alrededor de los tres cuerpos, entonces, Jeff volteó a verla sonriendo y Janís pudo ver que él estaba empapado con alcohol y lejía, entonces, el cuerpo de Jeff se prendió en llamas y él comenzó a gritar, la luz del fuego se intensificó y le segó, entonces cerró los ojos, pero cuando los abrió, el panorama había cambiado, se había vuelto de noche, ella vio a Jane, esta, traía una máscara blanca con ojos oscuros y los labios negros hacían una ligera sonrisa, ella traía puesto un vestido negro, Jane la observaba en silencio, luego, Janís vio a Jeff, ahora convertido en lo que era hoy en día, su cara blanca, sus mejillas cortadas, sus ojos sin párpados. Liu continuaba en el suelo, observando con horror en lo que se había convertido su hermano pequeño, pero también el rostro de Liu, había cambiado, él, tenía hilos en sus mejillas, cosidos, formando una sonrisa y la expresión de él era de venganza. El panorama, cambió nuevamente, la calle se volvió más oscura, y Jane, Jeff y Liu, había desaparecido, pero en su lugar, estaba un gran espejo de cuerpo completo. Janís se acercó y pudo ver su reflejo, ella era una joven hermosa de pelo castaño, piel blanca y suave, ojos verdes y tenía una ligera sonrisa asomándose de sus labios, luego sintió unas manos sobre sus hombros. Janís pudo ver a través del espejo que Jeff estaba detrás de ella, asomándose por sus hombros, Jane estaba a lo lejos a su derecha y Liu a su izquierda, los tres sonreían. Janís miró su reflejo no había cambiado, pero cuando parpadeo y volvió a ver su reflejo, ella se había transformado, se había vuelto igual a Jeff. Liu y Jane se pusieron serios, pero Jeff estaba riéndose a carcajadas, luego, Janís, vio a su propio reflejo reírse también. El espejo desapareció y todo se volvió oscuridad, luego escuchó su voz, diciendo una única frase: Sweet Dreams. El sueño terminó.

Janís volvió al presente, y observó a su alrededor, ella estaba aún en el cuarto de Liu, se levantó de la cama y la tendió nuevamente. Mientras lo hacía, miró el reloj de mesa de Liu, eran las ocho quince de la tarde, en realidad, de la noche. Janís salió de la habitación y se fue al baño, ella se bañó, entre otras cosas y se volvió a ponerse su ropa. Cuando salió, fue a la sala, pero no encontró a nadie, luego, fue al cuarto de Jeff para ver si había regresado, pero la habitación estaba desolada, y la cama aún tendida, Jeff no había llegado a dormir a casa. Esto le preocupó a Janís.

  • ¿Que ha tenido que suceder para que no hayas vuelto aún, Jeff? – dijo enojada Janís y cerró la habitación de Jeff, ella se dirigió a la sala, el sol se estaba comenzando a ocultar, Janís miraba ansiosa la puesta de sol, ella sacó su cuchillo y pasó su dedo sobre él, se hizo una ligera cortada en el dedo y una gota de sangre salió, después, se formó una pequeña línea de sangre en su dedo.

  • Le falta filo – dijo Janís desconcertada, y se dispuso a afilar su cuchillo con un afilador, una hora más tarde, el sol se había ocultado por completo, y Janís levantó su cuchillo en lo alto, satisfecha por su trabajo, luego lo guardó en su sudadera y salió de la casa poniéndole seguro, dirigiéndose hacia la fría calle.

En la misma calle, unas casas más abajo, en dirección opuesta por la que se había ido Janís, un joven hombre caminaba en silencio hacia la casa de Jeff, el venía vestido con una chaqueta marrón, pantalones agujereados, zapatos negros y una bufanda rayada en su cuello, su pelo era castaño, sus ojos eran verdes, y en sus mejillas, tenía hilos cosidos que formaban una sonrisa, pero en realidad, ese hombre estaba serio. Su nombre era Homicidal Liu, hermano del asesino serial mas peligroso que se haya conocido. Liu llegó a la casa de Jeff y fijó su mirada hacia la persona que iba caminando lejos más adelante, él la había visto salir de su antigua casa, vestía como su hermano, pero por la figura, Liu se dio cuenta de que era una mujer, él miró su casa y después a la chica que doblaba la esquina a la izquierda, poniéndose la capucha y ocultándose de la vista de Liu.

  • ¿Quién eres? – susurró y decidió seguirla, Liu comenzó a guardar distancias mientras la perseguía, varías veces la chica había volteado a ver hacia su dirección y él se ocultaba en las sombras, se preguntó si sabía que la estaba persiguiendo o solamente volteaba por seguridad. Liu la persiguió hasta que de repente, la chica se detuvo en una casa en una colonia rica, un poco lejos de la casa de Jeff, Liu vio a la chica mirar hacia la casa de reojo, luego se dirigió hacia ella y desapareció por una esquina de la casa. Liu se acercó curioso y en silencio, agachándose y atento, cuando llegó a la esquina, se asomó y se sorprendió al ver que la chica no estaba ahí, ya que el lugar terminaba en un callejón, Liu se acercó y pudo observar una ventana de cristal abierta, y a través de ella vio una sala, él se decidió por entrar, pero cuando entró, todo estaba en silencio, no escuchó pasos, ruidos o algo que delatara a la chica, después de un minuto, Liu se decidió por salir, pero cuando iba a hacerlo, escuchó un gritó ahogado y pasos rápidos en la segunda planta, luego escuchó pasos en las escaleras y vio a una mujer corriendo por ellas, la mujer lo miró y corrió hacia él, implorando con su mirada ayuda, Liu sacó su navaja, pero cuando la mujer estaba a punto de llegar a él, esta cayó al piso estrepitosamente, entonces, Liu logró ver a la chica que estaba persiguiendo, ella estaba empapada de sangre, la chica caminó hacia la mujer, ignorando la presencia de Liu, él pudo ver que la mujer tenía un cuchillo clavado en la espalda, Liu insinuó que el cuchillo había atravesado por la espalda hasta tocar el corazón, la mujer apenas si se movía, la chica llegó hasta la mujer a punto de morir y le sacó el cuchillo lleno de sangre, de la herida de la mujer ahora muerta, empezó a brotar sangre y alrededor del cuerpo, se comenzó a formar un lago de color rojo-oscuro. La joven chica, estaba mirando a Liu seriamente, en ese momento, él pudo ver el rostro de la chica, era como si viera el rostro de su hermano menor, Jeff, pero nada más en mujer. Piel de un blanco puro, pelo negro y sin vida, ojos negros sin parpados, labios oscuros y a la vez rojos y en las mejillas, una gran sonrisa, unas mejillas cortadas, la única diferencia que Liu notó eran los ojos verdes, ya que los ojos de su hermano eran azules. Liu, sintió deseo de venganza, miró el cadáver de la mujer muerta y una ira se apoderó de él.

  • Tú… – comenzó a decir Liu – Tú, matar, está mal, si las personas siguen aquí, es por una razón, y tú, les has quitado esa razón a estas personas, dime, ¿quién eres?, ¿qué pretendes con estas muertes?, ¿quién te hizo eso en la cara?

La chica sonrió levemente y se puso su cuchillo entre sus dientes, manchándose la boca de sangre.

  • Liu Woods – dijo ella, ignorando las palabras de Liu.

  • ¿Como sabes mi nombre? – dijo Liu enojado y apretó más su navaja en su puño.

  • Jeff me lo dijo – respondió ella aún sonriendo levemente – Yo me hago llamar, Janís The Killer.

  • Adivinaré – dijo Liu – Jeff te hizo esto ¿no?

  • Acertaste Liu, puedes considerarme como una amiga de él – contestó Janís y se quitó su cuchillo de su boca – ¿Y por si acaso, has visto a Jeff?

Liu sonrió y comenzó a reírse, Janís dejó de sonreír y se puso seria.

  • ¿Que es tan gracioso? – preguntó Janís indiferentemente.

  • ¡Lo gracioso, es que Jeff está muerto, lo maté! – gritó triunfante Liu – Es por eso que regresé a casa, pero te vi salir de ella, así que me pregunté, ¿quién eras?… Pero veo que solo eres una asesina más como él.

Janís sonrió y sus mejillas formaron una gran sonrisa enseñando sus dientes, luego una risa siniestra comenzó a salir de lo profundo de ella, la locura, el dolor. ¡Hazlo, hazlo…!

  • Así que lo has matado, y me consideras una simple matona – dijo Janís – Pero, no me conoces realmente, yo no soy cualquiera, yo soy ¡Janís The Killer!, y lo sabrás cuando te entierre en la garganta mi cuchillo y te vea suplicar por tu vida. Atreverte a hacerle daño a tu propio hermano, a Jeff, a mi amigo, es algo que no puedo perdonar. Homicidal Liu, sweet dreams.

Liu sonrió y la apuntó con su navaja.

  • Entonces ven por mí, ¡que comience esta lucha!, intenta matarme, Janís The Killer.

Los dos asesinos permanecieron callados y en silencio, sin moverse, mirándose con odio. Janís era muy lista, al igual que Liu, calculadores, esperando el momento adecuado, certeros, dos asesinos letales. ¡HAZLO! Janís actuó primero abalanzándose contra Liu, él tomo una postura defensiva, con su navaja retraída a un costado, lista para dar un golpe certero, Janís al estar dirigiéndose hacia Liu se dejó caer, las piernas, atacaría primero los puntos principales, Janís se derrapó y con el mismo impulso de velocidad pasó a un lado de Liu haciéndole una cortada con su cuchillo en la pantorrilla, Liu se sorprendió, y se alejó volteándola a mirar, su pantorrilla estaba sangrando. Janís se levantó observando a Liu, satisfecha por lo que había hecho y sonrió.

  • ¿Quieres que te cuente un secreto Janís? – preguntó Liu sonriendo, Janís no respondió – Desde que vi tus ojos, te reconocí, esa noche, yo fui el que te quitó tu oportunidad de tener hijos. Lamentablemente, el rostro que tenías antes era demasiado atractivo, y me recordó a alguien que amé, así que decidí no matarte y simplemente te dejé en esa mesa, lástima que ese rostro se haya destruido con lo que eres ahora.

Janís no sabía que decir, estaba paralizada, recordando ese día, en el que un hombre había aparecido de un callejón oscuro, y la había dejado inconsciente, le habían quitado esa parte preciada.

  • Tú… – comenzó a decir Janís a punto de llorar – ¡Tú!… ¡Maldito idiota!

El rencor despertó en Janís, el sufrimiento, ella corrió hacia Liu, con el objetivo de asesinarlo, Liu comenzó a esquivar los golpes de Janís y al mismo tiempo contra atacando, satisfecho por la reacción que había causado en ella, al revelarle la verdad. Los cortes en los cuerpos de los dos asesinos se incrementaron, y la sangre comenzó a emanar de las heridas con lentitud, ellos, eran dos seres hundidos en la locura y en el dolor, con el único deseo de matar, una batalla que cambiaría sus vidas definitivamente, dos demonios en la lucha. El cuchillo de Janís dio por fin en el blanco, su cuchillo se hundió en el estomago de Liu y como respuesta, la navaja de Liu se le encajó en su pierna, Janís tenía muchos cortes en su cuerpo, sangraba lentamente, y Liu estaba de la misma forma, Janís sacó su cuchillo del estomago de Liu y lo agarró del cuello de la ropa, acercándolo. Liu gritó por el dolor que le iba invadiendo cada parte de su ser.

  • ¡ Tú, maldito bastardo, eres un cabrón de mierda! – le gritó enojada Janís en la cara a Liu, entre jadeos – ¡No te perdonaré, definitivamente, no te perdonaré, antes muerta!…

Liu sonrió y la miró directo a los ojos.

  • ¿Sabes? Te recuerdo, tú eres la hermana de Billy Lasdrim ¿no? Eres Janís Lasdrim – interrumpió entrecerrando los ojos satisfecho, Janís se paralizó confundida – Así que así acabaste – continuó – Pequeña zorra, no aprendiste nada con la muerte de tu familia y la de tus parientes.

  • Cabrón – musitó Janís fuera de sí.

Janís furiosa, aventó a Liu contra una pared con todas sus fuerzas y en el momento en que lo hizo la navaja salió de su pierna, esto ocasionó un intenso dolor dentro de Janís, ella gritó por el dolor pero se contuvo, manteniéndose firme. Liu comenzó a reírse ligeramente, hasta que las risas inundaron la sala.

  • Eres muy divertida, Janís, ahora entiendo porque Jeff te quiso como su amiga, realmente darías la vida por él ¿no? Eres única, brillante, maravillosa – Liu comenzó a pararse recargándose en la pared – Entonces, ¡ben Janís, continuemos con este juego de niños!

Liu corrió hacia las escaleras y Janís fue tras él, persiguiéndolo, Liu entró de golpe a un cuarto y vio a una pequeña niña con lágrimas en los ojos, ella había estado llorando a su hermana muerta en la cama, ¿a caso Janís la había dejado vivir a propósito? Liu se abalanzó hacia ella tomándola, en ese momento, Janís entró por la puerta de la habitación caminando lentamente y volteó a mirar a la niña, ella sonrió.

  • Así que aquí estabas cariño, lamento que sea él quien te haya encontrado primero, no tuve el lujo de ser yo – le dijo Janís a la niña, quien estaba llorando y moqueando entre los brazos de Liu.

  • Déjame hacerte un favor, Janís – dijo Liu y su navaja se enterró en el estomago de la niña, esta vomitó sangre y cayó al suelo agonizando – No tengo tiempo para divertirme torturándola y arrancarle los ojos.

Janís sonrió y corrió hacia Liu tratando de apuñalarlo, la navaja de Liu se clavó en el estomago de Janís y los dos cayeron al suelo, Janís, quien estaba arriba de Liu, intentó cortarle el cuello, pero Liu le agarró la mano, evitando que el cuchillo le tocara el cuello, su otra mano estaba debajo del cuerpo de Janís, agarrada a la navaja, y siendo casi imposible sacarla, la mano que sobraba de Janís también estaba puesta en la navaja de Liu, evitando así que esta se moviera y la lastimara más, Janís enojada, le escupió a Liu en la cara, la sangre que tenía en la boca.

  • Que linda eres – dijo Liu burlándose de Janís por lo que había hecho.

  • Muérete de una vez maldito bastardo – susurró ella y presionó más y más.

En ese momento se empezaron a escuchar las sirenas de la policía, Liu y Janís miraron hacia abajo en dirección hacia la niña muerta, ella se había encargado de llamar a la policía.

  • Creo que esto ha terminado – dijo Liu, y empujó a Janís hacia atrás, ella cayó junto a la niña, al hacerlo la navaja salió del estomago de ella, haciéndole toser sangre, Liu se paró y salió corriendo hacía puerta de la habitación, pasando por un lado de Janís, quien trató de acuchillarlo. Cuando Liu llegó a la puerta, se volteó a ver a Janís y le sonrió.

  • Nos vemos luego, Janís The Killer – dijo, y se dio media vuelta corriendo hacia las escaleras.

Janís aún enojada, se levantó, tapándose la herida con la mano y salió corriendo tras Liu. La policía llegó y se estacionó enfrente de la casa, luego, los oficiales salieron de sus vehículos y se dirigieron a la puerta principal, tocando y después golpeando la puerta.

  • ¡Abran la puerta! ¡Abran la puerta! – gritaba un oficial.

Liu salió por la ventana de cristal en silencio, Janís lo siguió sin pensarlo, y entonces, la policía entró a la casa abriendo la puerta bruscamente, Liu corrió del callejón de la casa a la calle y Janís fue tras él. Después de unos minutos de persecución, Liu logró perder a Janís, esta mientras tanto, se dirigió decepcionada hacia un pequeño hospital cerca de ahí, para curar sus heridas, ella se cubrió la cara con la bufanda y entró al hospital, las enfermeras al verla se apresuraron a llevarla a una camilla, y cuando vieron su rostro, ella dijo inocentemente tapándose la cara, y engañando a los presentes:

  • Me quemé hace mucho, y lo demás, es producto de otra persona. No fue mi culpa, solo ayúdenme por favor.

Un doctor se encargó de curarla y después de dos días, Janís se fue del hospital, con sus ropas limpias y arregladas. Ella se dirigió a la casa de Jeff, y como pudo comprobar, Jeff no estaba.

  • La próxima vez que te vea Homicidal Liu, desearás no haber nacido – anunció ella desde la sala de la casa, mientras veía la puesta de sol, la cual daría bienvenida a la oscura noche.

La siguiente vez que Janís vio de nuevo a Jeff, fue después de un año, ella lo encontró durmiendo en su cama, en su cuarto. Ese día, Janís se quedó durmiendo al pie de la cama de Jeff con lágrimas en los ojos, y su único pensamiento fue:

  • Bienvenido a casa, Jeffrey Woods, mi querido amigo.

— Via Creepypastas

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