Heterocromia

Extracto del Diario de Marcell Deux
Extracto del Diario de Marcell Deux

Es una mañana nublada, pero cálida, pareciera que va a llover. Era justo el tipo de día que le gustaban a Ita. Cuando escucha la voz de una mujer en la casa.

—¡Vamos! Llegaras tarde a la escuela, cielo.

—¡Sí mamá! ¡Ya voy! —Contesta una joven de cabello negro, mientras baja las escaleras con un buzo gris de cuello alto y cierre hasta el pecho, con un pantalón negro, y unas botas militares. —Ya estoy lista, me voy. Suerte en el trabajo, ¡Te amo! —Dice mientras besa la mejilla de su madre y se despide, al cruzar la puerta se encuentra con su mejor amigo. —¡Reed!

—Hola Ita. —Dice el chico de pelo negro con una campera blanca de mangas negras y capucha. —¿Cómo estás?

—Bien, tengo sueño aún… —Y así, ambos se encaminaron a la escuela. Ita vivía sola con su madre, nunca conoció a su padre y no tenía hermanos. El resto de su familia no le agradaba, así que evitaba el contacto con ellos. Siempre fue una chica enérgica, y trataba de ayudar en lo más posible.Su madre era lo más importante en su vida. La única persona que siempre estuvo, y la única persona para la que estuvo en todo momento. Su madre y ella eran una. Inseparables. El amor por ella era más grande de lo que creía. Su madre al ser soltera hizo el papel de padre y madre a la vez. Consiguiendo trabajo y trabajando para que su hija pudiera ser feliz.

Ambas se contaban todo, y vivían la una para la otra.

Ita era feliz en la escuela. Solo con sus pocos amigos. No necesitaba llevarse bien con todos. Pero todos le trataban bien, ya que ella hacia lo mismo.

Nunca sintió que estaba sola y nunca necesito que alguien le consolara, no había penas en su alma que deseara que consolaran.

Solía estar sola, excepto por Reed. No hablaba mucho y le gustaba escuchar.

—Reed, ¿Crees que está bien?

—¿Qué cosa?

—Ser distante…

—No creo que este mal.

Reed, su mejor amigo. Sumiso y tranquilo, la única persona que pasaba tanto tiempo con ella, parecían hermanos. A pesar de que en un principio no se llevaban bien, en poco tiempo llegaron a ser los mejores amigos. Hace mucho tiempo que se conocen. El día pasó rápido, como todos. Siempre era divertido para ellos, así que el tiempo pasaba rápido. Al regresar a casa, ambos chicos veían algo extraño. Y se veía cada vez peor a medida que se acercaban al lugar. Vieron como los policías sacaban algo grande en una bolsa negra, ella lo reconoció al instante, esa era la bolsa para los cadáveres.

Comenzó a correr hacia donde estaba la bolsa, esquivando a las personas que intentaban detenerla, y en cuanto llego, abrió el cierre de la bolsa sin dudarlo. Un frio le recorrió el cuerpo al ver el rostro de su madre sin vida. Acerco una mano a su mejilla y sintió el frío de su piel.

—¿Mamá? —Le hablo al cadáver —No te ves bien… ¿Te sientes bien? -Observó al forense que estaba congelado por la pregunta de la chica —¿Por qué se la llevan? —El hombre bajo la mirada y el rostro, se apenaba de intentar decirle lo que obviamente había sucedido —¿Está enferma, verdad? Mamá, te pondrás mejor ¡Ya verás! —Dijo con una sonrisa, dejo un beso muy tierno en la frente y mejilla de su madre, y entro a la casa, ante la mirada atónita de todos los presentes.

La sangre en varios lugares de la cocina y sala, fotografías salpicadas de su sangre, rastros de rasguños, como si alguien se hubiera aferrado a las paredes. Nada era extraño a los ojos de la chica, realmente lo que sucedía le tenía sin cuidado. La realidad era demasiado cruda en ese mismo momento, no pudo digerirlo. El pensar que su madre estaba enferma era una mejor opción antes de creer que ese montón de carne mutilada era su madre. Su miraba de clavo en el suelo y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, no comprendía porque lloraba, después de todo nada malo había sucedido, ¿verdad?

—Ita, ¿estás bien? —Preguntó su amigo mientras ponía una mano en su hombro —No te ves bien.

—No ¿verdad? Haha… —Una sonrisa se dibujó en su rostro y miro a Reed mientras reía divertida por alguna razón. Se levantó y se encamino hacia su cuarto, cerrando la puerta tras de sí. Miro arriba de su cama y vio su peluche, Edward, un perro de color blanco, con una pañoleta roja en el cuello. —Buenas noches… —Le dijo, y se recostó en la cama, abrazándolo contra su pecho. Podía sentir la angustia de estar sola, sabía que no volvería, sabía que nunca sentiría el calor de su madre, ni un beso en su mejilla, ni hablarían durante la cena —Mamá nunca me faltara… —Pronunció en voz baja al muñeco entre sus brazos y quedo levemente dormida.

La noche llego rápidamente, el cielo estrellado brillaba, ella despertó y lo vio. Sus ojos se vieron tristes, el día siguiente iba a ser frio. El amanecer llego acompañado del frio del rocío y ella se levantó. Observo la sala y la cocina, los policías habían limpiado todo antes de irse, al parecer no tenían un sospechoso de nada. Ella sonreía como todas las mañanas, preparo el desayuno y comió como todas las mañanas. Miraba a la silla vacía del otro lado de la mesa, como si su madre estuviera ahí con ella, como todas las mañanas, sonriendo. Termino de desayunar y fue a la puerta, debía ir a la escuela. Tomó el pomo de la puerta y se detuvo un momento.

—Ya estoy lista ¡me voy! Adiós mamá, Te amo!… —El silencio se escuchaba pero ella podía oír la dulce voz de su madre despedirla en su mente, bajó la mirada y abrió la puerta para comprobar que Reed estaba donde siempre, esperándola para ir a la escuela —Buenos días!–Dijo mientras corría hacia el como siempre, con una sonrisa.

—Te ves… Bien. ¿Cómo estas? —La sorpresa se notaba en su voz.

—Bien, con algo de frio. —Le respondió mientras comenzaban a caminar a la escuela. El día parecía como todos los otros, no había algo que molestara, todos estaban normales, Ita estaba normal, y las clases eran como siempre, casi parecía que nada había sucedido. Las clases terminaron y ambos regresaban como siempre, riendo y hablando sobre el día. Esa vez cuando llegaron a la puerta de la casa de Ita, había un hombre en la puerta, esperando.

—Hola, disculpa. ¿Tú eres Juliette Laurent? Necesito hacerte algunas preguntas sobre el asesinato de tu madre.

—¿Qué? —La mirada de la chica comenzaba a perderse, mientras observaba al hombre y caminaba hacia el sin darse cuenta. —¿Asesinato? —Preguntó la chica, mientras se detenía frente al hombre.

—Disculpe. —La voz de Reed sonó de repente, haciendo que ambos lo miren —Tal vez usted no se ha percatado de la situación. Yo responderé lo que necesite. —Dijo poniéndose a un lado de Ita. El hombre acepto al ver la mirada perdida de la chica y los tres entraron a la casa.

Reed se sentó en la mesa, justo frente al hombre y lo observo con algo de rabia por su comentario tan directo de hacía unos minutos. —Y bien, dígame, ¿Quién es usted?

—Mi nombre es Caffrey Faraize, soy el agente asignado a este caso. Y necesito algunas respuestas de la señorita Laurent.

—Cómo le dije antes, usted no se ha percatado de la situación. Juliette no está en posición de responder sus preguntas señor Faraize.

—¿Por qué no? –El agente realmente no daba mucha importancia al estado de Ita, después de todo, ese no era su problema y tarde o temprano ella debería aceptar la realidad.

—¿Usted no estaba cuando ella vio el cuerpo de su madre?

—Por supuesto que estaba, lo vi todo. Pero debo decirte que no es mi problema si acepta o no la realidad, mi trabajo consiste en encontrar al culpable de esto, no en ayudarla a escapar de la realidad.

—Usted no suele tratar con otras personas ¿verdad?

—No es de mi agrado. Y si me disculpas, no hablare contigo, vine a hablar con ella.

—Pues, temo que subió a su cuarto, dudo que salga hasta mañana. Le recomiendo que se vaya señor. —Faraize bajo levemente la mirada y evaluó la situación. Tal vez ser directo, no sería lo mejor esta vez.

—Regresare mañana a primera hora. —Dijo mientras se aproximaba a la puerta.

—Señor Faraize…-Se escucho detrás de él mientras este abría la puerta. —¿Mi madre murió? —El hombre se giró y observo a la escalera, ahí estaba Ita. Cerró la puerta y se acercó a ella con cuidado.

—Si, lo siento. —Bajó la mirada y en su rostro parecía apenado de dar la noticia a la chica. Parecía tener algo de empatía por la chica.

Ita bajo por completo las escaleras y se dirigió directamente hacia la sala, donde había un piano.

—Sabes… —Dijo la chica —Mamá tocaba el piano, pero yo solo aprendí una canción… Se llama, “I saw daddy today”…—Dirigió su mano derecha a unas teclas y comenzó a tocar las primeras notas, tomando con ambas manos la melodía luego de un momento, mientras tarareaba la melodía que tocaba. Luego se giró al agente y le dijo con un frio tono en su voz… —¿Encontraron al culpable?

El agente sintió un frio recorrerle la espalda y dudo un poco en su respuesta. —No, pero estamos trabajando en eso…

—Dudo que sea de ese modo… —Se giró de nuevo hacia el piano y comenzó a tocar la canción —Si fuera así, usted no estaría aquí. Estaría analizando con otros policías la cocina, o el pasillo hacia la salida, o estaría viendo alguna prueba… Sin embargo, usted está aquí. ¿Con qué propósito? No puede devolverme a mi madre, ni ayudarme a continuar mi vida, y aunque puede, seguramente no lo hará. ¿Cuál es la razón de que usted este aquí?

Faraize se quedó callado por la respuesta de la chica, se acercó a ella y puso una mano en su hombro.- Porque tenemos razones para pensar que tú la asesinaste.-El silencio se hizo notar luego de un estruendoso sonido que hizo Ita al golpear sus manos contra el piano. La tensión se sentía en el aire, Ita se giró lentamente hacia el agente y lo observo con odio y lágrimas en los ojos.

—¿Cómo pueden creer eso? Si ni siquiera he estado en la casa ese día… ¿Qué les hace pensar que yo podría haber asesinado a la persona más importante en mi vida? —El dolor se veía en sus ojos. Se levantó de su asiento para ver de frente al agente. —Por favor… Váyase de mi casa… —Murmuro viendo a los ojos del agente. Este bajo la mirada y se alejó luego de despedirse.

—Ita… ¿Qué harás ahora? –Pregunto Reed, quien había presenciado todo lo que había sucedido.

—Continuar mi vida, ¿Qué más puedo hacer? –Dijo con una sonrisa en su rostro. Reed le devolvió la sonrisa, una sonrisa algo retorcida. La mirada de Ita se volvió algo confusa. —¿Qué es tan divertido?

—Nada, tu eres divertida… —Dijo mientras se acercaba a ella —¿Sabes? Siempre quise ser algo más que tu amigo… Pero no podía si tu no querías, y menos podía hacerte mía si tu madre estaba de por medio—A medida que se acercaba, Ita retrocedía volviéndose pálida por la situación en la que se encontraba ahora— Ahora estas indefensa, ¿verdad? No hay nadie que te proteja, y debes aceptar la ayuda de alguien… ¿Por qué no te vuelves mi esposa? —Reed tomo del mentón a Ita y le dio un beso brusco. Ella lo empujo e intento abrir la puerta para salir de la casa, pero Reed la detuvo tomándola del brazo, Ita intento gritar que le tapó la boca con la mano y la tiro al suelo. Comenzó a golpearla y cuando ella ya no lucho más, se dispuso a tomar su cuerpo. Mientras el la violaba, Ita pensaba en todo lo que estaba sucediendo, de un momento para otro su vida había cambiado abruptamente. Su madre ya no estaba para protegerla, y ella nunca se había protegido a sí misma. Entonces lo pensó ¿Qué sucedería luego de que Reed terminara de abusar de ella? Y si no atrapaban al asesino de su madre, ¿Solo debería seguir con su vida como si nada? Seguramente no le harían nada a Reed, después de todo, su familia era muy adinerada, podían comprar cualquier jurado, ella perdería el caso si o sí.

Ella solo dejo que las cosas pasaran, después de todo, no podía evitar nada en ese momento. El tiempo pasó y Reed se fue a su casa luego de terminar con ella. Ita solo permaneció sentada en el piano de su madre durante toda la noche. Al día siguiente debía ir a la escuela. Salió más temprano, y fue directamente al club de herrería. Allí paso muchas horas, nadie le dijo nada porque nunca usaban ese club. Ella pertenecía a ese club, por lo que sabía exactamente qué hacer y cómo hacer lo que deseaba. En no mucho tiempo, creo un hacha, con un solo detalle diferente. Un gran pico sobresalía de uno de los extremos de la hoja.

—Ita… ¿Qué haces aquí? —La voz de una chica se filtró en el silencio del club, haciendo que Ita se gire algo sobresaltada.

—H-Ho… Nada, solo… Quería hacer una manualidad. ¿Tú qué haces aquí? —Devolvió la pregunta.

—Te estaba buscando. No fuiste a clases y Reed dice que no estabas en tu casa cuando paso por ti… ¿Estas bien? ¿Qué son esos moretones?

—Reed… Yo me alejaría de él si fuera tu… —Le dijo a la chica mientras observaba su creación con algo de cariño.

—¿Por qué? ¿Qué te hizo? ¡Voy a matarlo! —Los ojos de su amiga se llenaron de odio y rabia, conocía a Ita más de lo que otra persona podía conocerla. No era necesario que ella le diga lo que había pasado, pues lo veía en los ojos de Ita.

—Grey, no tengo tiempo en este momento para charlar. Debo irme a casa. Planeo hacer un viaje, y necesito llegar rápido. —Ita se dirigió hacia un bolso grande, y puso dentro el hacha mientras su amiga la observaba curiosa —Te quiero mucho. Adiós. —Beso su mejilla, y se fue a su casa antes de que Reed pudiera verla.

Salió corriendo en cuanto se percató de que la campana de la escuela estaba sonando. Las clases habían acabado. Se apresuró a llegar a su casa, pues sabía que Reed iría a buscarla y también sabía que el agente iría de nuevo.

Se puso la ropa que tenía puesta cuando Reed la violó, y se aseguró de que sus golpes parecieran recientes.
Y tal como esperaba, alguien golpeaba la puerta. Ita se apresuró a ver quién era, y una sonrisa retorcida se formó en su rostro mientras abría la puerta.

—Hola Reed… ¿Qué sucede? —Murmuro mientras él empujaba la puerta para entrar. Ella cayó al piso, haciéndose otro moretón. Reed cerró la puerta tras de sí, y se acercó a Ita mientras ella se levantaba del suelo.

—No has ido a la escuela.

—Lo sé ¿Cuál es el problema?

—Todos se preocuparon por ti, y te preguntaran que te sucedió. Más vale que no les digas nada, o me encargare de que caigas en prisión por el asesinato de tu madre. Pero… Puedes comprometerte conmigo, y todos tus problemas se irían, deja que te ayude…—Le murmuro. Ella solo sonrió y corrió hacia la sala. —¡Eh, ¿A dónde vas? Regresa aquí! —Reed corrió hacia donde ella había ido, y se detuvo al sentir un punzante dolor en el estómago. Cuando bajo la mirada, pudo ver un hacha que lo atravesaba con un pico, y al mirar quien la sostenía, vio a Ita sonriendo. —T-Tú…

—No necesito la ayuda de nadie… Pero creo que tú eres el que necesita ayuda. —Dejo de sonreír, sacó el hacha del interior de Reed y comenzó a atacarlo con ella. —Eres un imbécil… No tuviste mejor idea que violarme, ¿verdad? ¡Cavaste tu propia tumba! —La sangre salpicaba la sala y los gritos del chico se ahogaban en su propia sangre. Ella solo podía seguir tomando impulso y acabar con la vida de Reed.

Se apresuró a tomar el cuerpo y lo llevo hasta su jardín, lo enterró entre los árboles y cubrió la tumba con los mismos arbustos de su jardín. Regresó a la casa y limpio la sangre de las paredes y suelo. Una vez terminó, se sentó a esperar pacientemente la llegada del agente. Luego de una hora, el timbre de la entrada sonó, y ella abrazo sus piernas y comenzó a llorar. No paso mucho tiempo hasta que el agente entrara por la fuerza y la encontrara.

—¿Juliette? —Pregunto el hombre al verla —¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? —Cuando intento acercarse, ella comenzó a gritar y alejarse de él. Faraize la observo mejor, y noto los moretones que tenía. Intento calmarla, y cuando ella dejo de alejarse la observo con más cuidado. Había sido golpeada, y su ropa estaba rota —¿Quién te hizo esto? –Entre los sollozos y murmuros de la chica, el agente pudo distinguir el nombre del chico. No muchas horas después, Ita estaba en un hospital y la policía buscando a Reed.

Un mes ha pasado desde todo lo ocurrido. Se hizo público el hecho de que Reed me violara. El señor Faraize se ha hecho cargo de mí durante todo este tiempo. Se sorprendió cuando me vio sin mi lente de contacto.

Debido a que tengo heterocromia, he usado un solo lente de contacto marrón para que no se notara que mi ojo derecho es azul.

El señor Faraize me trata muy bien. Hemos llegado a ser casi una familia.

Nadie ha descubierto el cuerpo de Reed, y seguramente no lo harán. Grey sabe que yo lo asesine, pero no ha dicho nada para mi propia suerte. El asesino de mamá aun no aparece, y el señor Faraize encontró mi hacha. Él comienza a sospechar de mí en cuanto a la desaparición de Reed.

Deberé encargarme de él si no quiero que me descubran. Después de todo, todos tenemos crimenes.

Para mi, el asesinato de mi amada madre, por ejemplo.

Pero mi única pregunta es, ¿Cómo pagara por su crimen, Señor Faraize?.

“El cuerpo de un hombre ha sido encontrado mutilado en su casa. El cuerpo ha sido identificado como Caffrey Faraize, agente de policía. Se ha identificado a Juliette Laurent como única sospechosa del asesinato.

También se sospecha que Faraize podría ser el asesino de Lourette Lourent, mujer asesinada hace dos meses, quien sería la madre de la sospechosa.

El arma del crimen no ha sido encontrada, pero se lo identifica como un objeto punzante.

El jefe del departamento de policía local recomienda que no salgan de sus hogares, mantener sus puertas y ventanas cerradas, ya que, varios asesinatos han sido reportados por los alrededores. El jefe declaro el dia de hoy en una conferencia, “Todas las personas muestran haber sido asesinadas bajo el mismo patrón. Son atacados con un arma cortante y hallados con huecos en sus cuerpos, seguramente causados por algún pico. En todas las escenas, encontramos lo mismo, con un mensaje escrito con la sangre de las víctimas: “Pay your crime”. El asesino es identificado como un sujeto femenino, de cabello largo y con ojos de diferente color.”

— Via Creepypastas

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