Goli Otok

El Puente Negro
El Puente Negro

Goli Otok, Croacia, 1955:

El cielo estaba furioso, lanzaba aquellas gotas cristalinas con tanta violencia que parecían traspasar todo aquel que se interpusiese en su camino, destrozando lo que tenían suerte de tocar. La lluvia golpeaba las ventanas y los rayos iluminaban la pequeña habitación donde dos guardias se encontraban, con ojeras y los ojos inyectados en sangre.

一Tienes que aguantar, Bob 一Mark estaba ya muy mayor, sólo le faltaban unos pocos días para poder jubilarse y largarse de ese maldito lugar.

Se levantó de la cutre silla y caminó cojeando, moviendo la prominente barriga de un lado a otro. El café era lo único que tenían ahora, no podían dormirse y descuidar su sector. Eso les costaría la vida. Le pasó la cacerola al joven, de no más de veinte años, con aquel líquido negro y amargo, era un buen muchacho, pero se condenó al estar en un lugar como ese.

一No queremos que venga un superior y nos deje sin comida y agua por una semana 一no, ellos no querían eso.

Y mientras Bob tomaba de aquel asqueroso líquido, ambos se dedicaron a observar por el ventanal carente de vidrio alguno. Un movimiento en falso y tu cuerpo se confundiría con el pavimento, todo tan sencillo como caer de un décimo piso.

一Hoy escuché a unos guardias hablar. Mencionaban algo sobre el área prohibida 一Bob se sentó como siempre en el bordillo, con las piernas estiradas sobre éste y su mano sosteniendo la inútil barandilla de treinta centímetros.

一¿Qué quisieron decir con eso? 一No le interesaba en lo más mínimo, pero necesitaba un tema de conversación. El viejo Mark sabía muchas historias, historias que tal vez inventaba, pero que servían para mantener su cordura.

一Te dije que no te sentaras allí, te puedes caer 一Lo regañó inútilmente, pues sabía que lo volvería a hacer一. Y no. Nadie sabe en realidad qué hay en esa área abandonada, las cerraduras que permiten la entrada están soldadas y tenemos prohibido el acceso…

El tema se hizo extenso, tanto así que Bob se perdió a la mitad y comenzó a divagar en sus pensamientos.

一El primer día que comencé a trabajar aquí escuché sobre eso, y así siguió luego de seis meses, fue tanta mi curiosidad que me animé a preguntarle a uno de lo más veteranos, quien en ese momento era mi compañero de vigilancia.

De un momento a otro dejó en hablar y asomó la cabeza por el armazón de donde se suponía que debía estar la puerta. Una vez que se aseguró que no había nadie cerca prosiguió.

一Esto fue hace mucho tiempo, niño. Y todos los que lo sabían ya están muertos, se supone que el único con vida que lo sabe soy yo. Te lo contaré, pero procura guardarlo para ti y no difamarlo, de lo contrario no dudarán en matarnos 一Una vez dicho eso, se sentó en su silla, sus piernas no aguantaban ya su peso.

Por su parte Bob estaba dudando, no valía la pena arriesgarse a que alguien escuche la conversación y terminen con su vida. Por otro lado, la curiosidad siempre había sido su defecto.

一Me llevaré el secreto a la tumba.

Y no mentía. De su boca no iba salir nada y las personas más cercanas estaban en un rango de quinientos metros. No había forma de que alguien se enterase.

Mark sólo suspiró y rogó porque este no fuera su último día de vida. El joven le hacía recordar como era él a su edad; curioso, lleno de vitalidad y ganas de trabajar. Y nuevamente se lamentó lo estúpido que fue en esa época, ahora sólo esperaba largarse de esta pocilga.

一Fue hace unos cuarenta años atrás, tenía tu misma edad. Lo recuerdo como si hubiese sido ayer. Era una noche fría y estaba por romper a llover, mis ojos amenazaban con cerrarse en cualquier momento y Matt, mi compañero, luchaba para que no lo haga. Estaba en la misma situación en la que estoy yo ahora 一 rió 一 Era un hombre ya mayor y fornido, uno de los más viejos de la prisión.

Se decidió por contarme una historia, o más bien yo insistí. Recuerdo que él nunca estaba con los demás guardias, tomaba otro rumbo y se desviaba por las escaleras, todos y cada uno de los días, se iba después que amanecía y regresaba cuando el sol estaba a punto de ocultarse, no importaba cuanto le costaba subir los escalones. Nunca había entendido por qué, así que esa noche aproveché a preguntar.

一¿Donde vas todas las mañanas? 一mi pregunta fue desubicada, y sonó tal cual.

一Ya estoy viejo para estas cosas. Me haces acordar a mi hijo, siempre tan insolente 一 El único y preciado hijo del viejo Matt había muerto en combate, un ataque enemigo y una bala en la cabeza le habían costado la vida. Y él estaba aquí, no tenía permitido salir de la maldita isla y mucho menos de la prisión.

Y así fue como procedió a contarme lo que había sucedido diez años atrás.

«Fue en la tarde cuando todo se desarrolló, todos estaban en horas de trabajo y era imposible que alguien se enterara de algo, los únicos que estaban desocupados eran los cuatro de vigilancia. Y fueron ellos mismos quienes ayudaron. Era un cajón inmenso, de más de tres metros y de madera, lo que tuvieron que cargar y subir hasta el último piso. Dos superiores los acompañaron y amenazaron que si se llegaba a caer, ellos serían los responsables. No se necesitó más para saber que estaban todos muertos si llegaba a suceder.

En esos tiempos la puerta que llevaba al área no tenía cerradura, por lo que sólo tenían que dejarlo y marcharse. Lo que no se esperaban era que llamaran al mayor antes de marcharse.

Y ese fue Matt.

Nadie sabe de que hablaron, pero estuvieron allí por horas, cuando salió no emitió palabra. Y ni bien se perdió tras las escaleras, llamaron a los demás.»

一 Durante todo momento lo noté receloso a contarme algunas cosas. 一 paró un momento y dió un sorbo a su café. 一 Pero sí recuerdo sus propias palabras al describir qué había dentro de aquella caja一 Y las citó tal cual como había escuchado.

«Era un hombre, o pretendía estar en el cuerpo de uno. Era mi trabajo examinarlo, después de todo era médico. Aquella cosa era enorme, los tres metros de largo del cajón eran ocupados por su cuerpo. Era perfecto de todos lados, de no ser porque su cuerpo estaba lleno de signos y dibujos terroríficos. Estaba desnudo, su aparato reproductor era… extraño, un material negro viscoso. Tuve que inspeccionar su rostro, de su cabeza corría sangre y fue necesario que corriera sus cabellos, los cuales presentaban un inusual tono blanco. Y abrió los ojos, todo fue tan de pronto, mi cuerpo inmóvil tapaba la vista de los superiores y estaban ajenos a lo que sucedía. Me miró directamente y sonrió, dejando a la vista unos colmillos que relucían en la oscuridad del lugar. Cerró sus párpados cuando me alejé y dí la información a los oficiales. Hice como si nada hubiera pasado.»

一Matt fue encontrado muerto doce años después, un paro cardíaco cuando estaba a un paso de ir a aquel lugar. Luego de aquel suceso nadie volvió a cruzar siguiera cerca de aquella puerta, fue soldada y clausurada el área donde estaba. 一 guardó un minuto de silencio. 一 Yo solo llevaba aquí dos años. Pero en el poco tiempo que estuve averigüé por mi cuenta. Ya nadie quería estar cerca de Matt, o él no quería estar cerca de nadie. Conversamos esa misma tarde que fue encontrado muerto. Nuestra conversación sigue latente en mi cabeza.

一Se llama Black.

一¿Por qué?

No era secreto que el viejo Matt perdía el hilo de la conversación y hablaba cosas sin sentido. Era mejor seguirle el juego al pobre hombre.

一Sus ojos son negros, parecen que no tienen pupila y la esclerótica no hace aparición allí —cada palabra que producían sus cuerdas vocales emanaban una admiración indescriptible, como si estuviese cautivado por algo que no sabía ni siquiera explicar.

一¿Enserio?

一Me dijo que los ojos son las ventanas al alma, y mientras más claros sean, más pureza representan —conectó la mirada con Mark, mirándolo directamente a los ojos, como si estuviese entusiasmado—. ¡Y caí en cuenta de algo! La falta de melanina en su cuerpo y cabello es por eso. Una forma de engañar a las personas e incitarlas a pecar. Simplemente sorprendente.. —y mientras modulaba palabra tras palabra, ignoraba a su acompañante, o realmente no se daba cuenta de su presencia.

—Y aunque esa conversación no tuvo sentido, me perturbó por noches. Y lo sigue haciendo.

一Wow… 一 y a pesar de que no le había creído una sola palabra, no lo quería hacerlo sentir mal. Después de todo, estaba haciendo un esfuerzo para que ambos no se vuelvan locos.


Pensilvania, actualidad

一¿Y qué tiene que ver esta historia con lo qué te estaba contando, abuelo?

一Que esta sí es cierta. El viejo Mark fue encontrado desmembrado un día después de que me contara aquello, junto a aquella puerta donde habían encontrado a Matt. Sólo que esta vez las soldaduras no estaban.

La prisión fue cerrada un año después y antes de tomar aquel viejo avión que nos estaba esperando, observé hacia los ventanales del último sector. 一 Las máquinas donde Bob estaba conectado estaban perfectas, el doctor le había dicho que aún le faltaban años de vida. 一 Algo me estaba observando.

Bob murió esa noche, dicen que fue una muerte súbita.


Dos años después:

一¡Hola! ¿Tim? ¡Soy yo, Jack! Sólo quería contarle esto a alguien, es sobre una historia que me contó el abuelo antes de morir.

— Via Creepypastas

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