Feliz Cumpleaños Michael

Era mi cumpleaños número 14, mi nombre es Michael, todos mis amigos y amigas del colegio estaban allí, en una cabaña en medio del bosque, creímos que sería una buena idea hacerlo allí, pero ahora pienso que fue la tontería mas grande que cometí en toda mi vida.

Éramos 12 chicos allí, mis padres se habían marchado a buscar a mis abuelos que se encontraban solosen un médico. Nosotros decidimos hacer una pijamada para festejar que acababan las clases y comenzaban las vacaciones de verano. A algunos niños, les costó pedirles a sus padres dejarles ir a aquella cabaña en medio de un bosque, que por cierto, lo repito, fue el error mas grande de mi vida. creímos que iba a ser divertido. Pasaron varias horas y mis padres ni mis abuelos regresaban, yo estaba muy preocupado por eso. todos estaban desvelados jugando, hablando o con la computadora, menos yo, que estaba pensativo y deduciendo qué podría haberles pasado, el médico quedaba mas o menos lejos; pero tampoco era para que se tardaran mas de 6 horas.

Luego, no mucho tiempo después, comenzó a sonar mi celular, solo se oían golpes raros y voz de gente desconocida, parecía la televisión de aquél lugar. Yo colgué rápidamente un poco asustado. pero aún no tenía miedo, y pensaba que era una de esas llamadas de broma que suelen hacer los niños.

No sé si habrán pasado 10 segundos y el celular de una chica comenzó a sonar, ella se encontraba al lado mio, pero esta vez, se oían gritos de pequeños bebés y un grito de un hombre que decía ¡Cállense o les quemó los pies como la otra vez pedazos de escoria! Mi amiga, muy asustada colgó, y se fijó el número de celular de aquella persona, pero decía… Número privado.

Luego se sintió sonar otro celular, mi amigo atendió, esta vez nos quedamos oyendo varios minutos.

se sentían golpes, llantos, mujeres gritando y una risa diabólica… luego se sintió que se acercaban al celular y nos dijeron: ‘Ahora vamos por ustedes asquerosos pendejos’. Una compañera tomó el celular del chico y lo estampó contra la pared de color verde pasto. Decidimos entre un grupo de seis chicos ir a buscar a mis padres a la ciudad, aún muy nerviosos.

Cogimos una linterna por si se oscurecía, (eran las seis de la tarde, teníamos dos horas) solo fuimos seis, tres chicos y tres chicas, todos los demás se quedaron, ahora me arrepiento de haberlos dejados abandonados allí.

Nos pusimos en marcha, y como a las 8 p.m. volvimos sin resultados de la búsqueda.

Coloqué una mano en el picaporte, pero una fuerza extraña me detuvo la mano allí, sin hacer un solo ruido, sin mover un solo músculo, sin hacer nada. Se oían tremendos estruendos y un llanto seco, se oían ‘hachazos’ dentro de la cabaña; Yo temblaba de miedo, al igual que mis compañeros; las lágrimas que fluían de mis ojos, recorrían mis mejillas, y llegaban hasta el borde de mi rostro, cayendo al suelo una tras otra. Una vez que paró el ruido,los estruendos, el sonido de caídas de muebles, globos siendo explotados y gotas cayendo al piso de la cabaña, decidí asomarme por debajo de la puerta para ver qué estaba pasando adentro, no alcancé a hacer eso y un líquido de color rojo intenso comenzó a salir por debajo de aquella puerta de madera; Lo toqué con mi zapato y noté que estaba caliente, viscosa y oscura.

Mis compañeros, que se ubicaban detrás mío llorando desconsolados abrazados, con muchísima valentía abrí la puerta suavemente y observé aquella habitación, que pasó de ser verde pasto a rojo intenso, las paredes estaban salpicadas con aquel líquido rojo, el piso estaba lleno de pedazos de carne mezcladas con sangre bordó y los cadáveres de mis compañeros estaban por todos lados desparramados con partes del cuerpo triturados, con las caras desfiguradas, era verdaderamente un asco.

Pisar aquel suelo viscoso y rojizo era peor que caminar sobre arañas. Y no solo era sangre, y carne, también órganos, tripas, corazones, riñones etc.

Tres de mis compañeras que me acompañaban se desmayaron, yo las observé, pero tomé la decisión de volver a mirar hacia el interior de la cabaña; con esto en frente de mis ojos, era más que obvio que mis padres había muerto junto mis abuelos.

Entré a la cabaña y logré ver a un hombre que me susurraba: Feliz cumpleaños, este es mi regalo, te lo dije pendejo. Salió por la ventana y no volvió a verse, mucha sangre chorreaba del techo, empapandome de ese líquido, eso era lo de menos, pero algún problema iba a levantar eso.

Cada uno de los chicos cargó a una de las chicas desmayadas, las cargamos hasta el final de bosque hacia la ciudad, pero al darme vuelta dos de ellos habían desaparecido, por lo tanto las otras chicas también. Yo me quedé solo junto a mi amiga que cargaba, me dirigí al hospital, mi compañera ya se estaba despertando, lloraba algo dormida.

Entramos al hospital, fuimos atendidos y sospecharon mucho de nosotros, pero eso no me importó. Nos sentamos y a los dos minutos se cortó la luz en todo el hospital, haciendo que todo el hospital se quedará en completa oscuridad, yo y ella llorabamos, y en eso, se oyó una voz de un hombre que decía: Ahora te toca, partir.

En eso, me desperté de golpe. Resultaba ser un sueño, una pesadilla. La peor de todas. Mi padre me despertó para ir al colegio… mañana sería mi cumpleaños, ya estaban preparando la cabaña, pero yo, negaba con la cabeza, diciéndole que no quería que mi cumpleaños fuera allí. Abracé a mi padre y él a mí.

— Via Creepypastas