El séptimo piso

La historia comienza en un séptimo piso de un hospital en Monterrey (México). Una enfermera sufrió la pérdida de su esposo e hijos, dejándola sola. Con el paso del tiempo la soledad logró hacer que perdiera la cabeza. Dicen que empezó a pensar que había ocurrido por estar demasiado tiempo atendiendo a los enfermos, culpándolos de su tragedia.
Buscó venganza en cada habitación; la situación de salud de los pacientes empeoraba y morían uno tras otro. Nadie sabía que es lo que ocasionaba la muerte de los pacientes hasta que un doctor la sorprendió suministrando un medicamento dañino a un paciente. Trató de detenerla, pero ella lo empujó y se fue de allí, quizás no encontró una salida o quizás estaba más loca de lo que ella misma sabía, se refugió en el cuarto de limpieza, en el cual la encontraron con sus muñecas cortadas y sobre un enorme charco de sangre.
Pasó el tiempo y todo paciente que era atendido en el séptimo piso moría por situaciones desconocidas; En general hacían caso omiso a los rumores hasta que un paciente, hospedado en dicha planta, gritó histéricamente en cierta ocasión, siendo atendido de inmediato. Aterrorizado, dijo haber visto una enfermera con aspecto pálido acercándose maliciosamente a su camilla. Los dueños del hospital no tuvieron más remedio que clausurar el séptimo piso.
El piso sigue clausurado, por las escaleras las puertas están selladas para que nadie pase. Si vas por el elevador es inútil presionar el número 7, el ascensor hace caso omiso y a pesar de que para en la planta, un breve instante, no se abre la puerta del ascensor…
— Via Creepypastas