El Pitufo

El Puente Negro
El Puente Negro

Un fin de semana mi hermana me pidió que fuera a ayudarle a limpiar un poco la casa donde vivimos de niños porque mi madre al morir se la dejó como herencia y se había mudado desde un par de días atrás, mientras estaba con mi sobrino de 11 años revisando cajas empolvadas, encontramos un pitufo , de peluche, rápidamente vinieron a mi bellos recuerdos de mi infancia, como dormía abrazado de el todas las noches hasta aquella terrible historia que decía que un pitufo había matado a una niña, mi madre histérica como muchas otras, me lo quiso quitar para llevarlo a la quema masiva que había en el barrio y yo lo escondí para protegerlo.

Cuando mi sobrino me preguntó que era, de inmediato le respondí –Algo que asusta mucho a tu mama- el sonrió incrédulo, pues parecía algo muy insignificante, así que decidí probarle el punto, lo sacudimos un poco, y lo pusimos en la gaveta de la cocina donde guardaba el café, sabiendo que estaba atardeciendo y ella ya pensaba en prepararlo. Nos sentamos a observar, en cuanto ella abrió la gaveta saltó como si le estuvieran quemando los pies y gritando como loca. De inmediato soltamos las risas.

Me pidió que lo sacara de ahí, mi sobrino fingió tirarlo a la basura, pero en realidad lo conservo para poder asustar a su maestra, que era más a o menos de nuestra edad.

Mi hermana y yo nos quedamos recordando hasta tarde, hasta que escuchamos venir desde la habitación de mi sobrino el sonido de la puerta al cerrarse fuertemente, corrimos con prisa al escuchar sus gritos, pero la puerta estaba atorada, por más que empujé no pude abrirla, así que salí de la casa para entrar por la ventana, fue entonces que lo vi, ¡el pitufo! , se movía muy rápido persiguiendo a mi sobrino, intentaba agarrarlo por los pies, yo no podía creer lo que estaba viendo, rompí la ventana, y cuando entre ya no pude ver al muñeco, mi sobrino me dijo que estaba debajo de la cama, así que agarré una lámpara, y fui a buscarlo, pero no estaba ahí, aprovechando que yo estaba agachado se subió en mi espalda y me dijo –¿Ya no somos amigos?, acuérdate que tú me protegiste cuando tu mama me quería matar, yo solo quiero jugar?-.

Después de pronunciadas esas palabras me dio un golpe con no se qué cosa, y caí al suelo, vi la sangre correr y mojarme la nariz, de forma extraña no podía moverme, con un piquete que me dio en el cuello, y me quedé ahí tirado, viendo… sacó un pequeño cuchillo de su bolsa, le rompió los tendones a mi sobrino, no pudo caminar mas, se arrastraba por todo el cuarto intentando huir, dejando un rastro de sangre que el pitufo usaba como pista de patinaje, parecía estar muy divertido, de pronto simplemente le saltó encima, con el mismo cuchillito le hizo cortes finos alrededor de la cabeza y de un solo jalón le arrancó todo el cuero cabelludo, mi sobrino gritaba y lloraba mientras yo seguía inmóvil sin poder hacer nada.

Cuando mi sobrino se volteo, simplemente le cortó el cuello, la sangre salió con mucha presión hasta caer en mi boca, y el pitufo se revolcaba en la sangre hasta que se puso rojo , y entonces se sentó sobre el estomago de mi sobrino, le abrió la piel alrededor del ombligo, metió la manita y le sacó las tripas, hizo un lazo, y se fue de la habitación, unos minutos más tarde por fin pude reaccionar, me arrastre hasta mi sobrino pero ya había muerto, y cuando llegué a la sala, mi hermana estaba colgada, con las tripas de su hijo.

El pitufo sentado en el sillón se bebía una copa de vino, y fumaba un cigarro, estaba esperándome para decirme que siempre seremos amigos.

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