El pasadizo de mi cuarto
Vivo en una habitación alquilada, no es muy grande pero es suficiente para mí. Una noche en la que no podía conciliar el sueño, mientras pensaba en qué haría al día siguiente, oí lo que parecían ser rasguños en el pasillo. No habrá durado más de tres minutos, pero me parecieron interminables. Cubrí mi rostro con las sábanas y traté de obligarme a dormir.
En la mañana le comenté lo sucedido a la dueña del cuarto, y me dijo que no fui el único en oír esos ruidos. Contó que en ese mismo pasillo había muerto su hijo por culpa de la diabetes, y que por alguna razón aún vagaba por ese pasillo. Han pasado tres meses y ya me acostumbré, es más, acaba de empezar a rasguñar las paredes otra vez.
— Via Creepypastas