El monstruo del dibujo

El Puente Negro
El Puente Negro

Mi hijo era un niño bastante común, jugaba como cualquier otro niño, pero mi hijo tenía un extraño gusto por dibujar. Así que cuando me di cuenta de que esto le apasionaba, decidí comprarle los mejores materiales para ello, pues quería motivarlo a que siguiera con ésto el resto de su vida, si era lo que le gustaba. Le compré una caja de 40 colores de madera, una caja de 24 crayolas y un cuaderno para dibujo.

Mi hijo, encantado con sus nuevos materiales, me dijo cuánto me quería y comenzó a trabajar en sus próximas obras. Me encantaba verlo concentrado. Pronto me comenzó a enseñar sus dibujos, que a mi parecer, eran bastante detallados para un niño de 8 años.

Mi esposa también estaba maravillada con el hobbie de nuestro pequeño y a cada momento le decía que iba a ser un gran artista.

Los días pasaron y mi hijo no podía dejar de dibujar, siempre estaba sentado en la mesa de la cocina con todos sus colores regados alrededor de su cuaderno.

Un día, mi hijo me dijo que se le había acabado su cuaderno y que si le podía comprar uno nuevo. Gustoso le dije que sí. Lo llevé a la papelería más cercana y le compré un nuevo cuaderno de dibujo.

Llegamos a la casa y puso manos a la obra. Lo dejé en la cocina y fui a mi habitación. Mi esposa estaba sentada en el borde de la cama, con el cuaderno antiguo de nuestro hijo en las manos. Tenía una expresión preocupada. Cuando me escuchó entrar, rápidamente se me acercó y me dijo:

—Estoy preocupada por nuestro hijo.

—¿Por qué? ¿Hizo algo malo en la escuela?

—No, sino por lo que está dibujando.

—No entiendo, si él hace dibujos increíbles.

—Pues mira los últimos dibujos que hizo.

Me puso el antiguo cuaderno de dibujo en las manos y observé la página en la que estaba. Había un dibujo de un niño, el cual supuse que debía de ser mi hijo, junto a una sombra oscura en medio de lo que parecía una masacre de animales. Confundido, pasé la página y ahora estaba mi hijo, delante de la sombra oscura, con un cuchillo en las manos, masacrando un pequeño conejo.

Los otros dibujos eran casi del mismo estilo, masacres sangrientas de animales con mi hijo en medio de todo eso. Pero lo que más me preocupó, fue que en todos los dibujos aparecía esa sombra, una sombra que, a comparación con mi hijo, era enorme.

Asustado, fui hacía la cocina, con mi esposa siguiéndome, llegué a la mesa, mi hijo seguía entretenido, dibujando en su nuevo cuaderno. Me fijé y vi que el dibujo en el que estaba trabajando, era él, con la boca ensangrentada junto a otro niño con el brazo mordido, y lo peor de todo fue ver que la misteriosa sombra estaba ahí. Le quité el cuaderno, él sobresaltado me dijo:

—¿Por qué me lo quitaste?

—¿Por qué estas dibujando eso?

—Porque él me lo dijo

—¿Quién es él?

—Él es mi amigo, cuando me quedó sin ideas, él me dice qué dibujar.

—¿Dónde está él?

—En este momento está atrás de mamá.

Se me erizaron los pelos de la nuca, sentí cómo mi esposa se aferró a mi brazo. Con miedo, volteé lentamente la cabeza para ver detrás, pero no había nada.

—Creo que ya es hora de dormir, ve a ponerte la pijama —le dije desesperado al niño, él tan sólo asintió y cabizbajo se fue a su habitación. Todos nos preparamos para dormir.

Antes de darle las buenas noches, le di una pequeña charla sobre lo que había dibujado, él entendió y me prometió que nunca más le haría caso a él. Lo arropé y me fui a dormir.

A altas horas de la noche, me levanté al escuchar que una de las sillas de la mesa de la cocina se había movido. Mi esposa también lo había escuchado. Con una mirada asustada, me pidió que fuera a ver qué pasaba.

Salí de la habitación, todo estaba cubierto por la oscuridad, entré a la cocina y vi ahí a mi hijo sentado en la misma silla de siempre. Estaba dibujando, cuando me acerqué más, me horroricé al ver el dibujo de mi hijo. Era esa extraña sombra, con ojos rojos como la sangre. Decía la siguiente frase:

“Te tengo”

Y de improviso, mi hijo se volteó y, con los ojos completamente rojos y una sonrisa espeluznante, me dijo:

—Te tengo.

— Via Creepypastas

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