El Mechudo y la perla del demonio
Un día poco productivo en la pesca de perlas, los buzos quieren obtener una última perla para presentarle a la imagen de la virgen de Loreto su santa patrona pero, un buzo Yaqui conocido como “el mechudo” por su larga cabellera quiere una perla para motivos propios, sin embargo impera un mal tiempo, no es el mejor momento de continuar la pesca de las otras, otro buzo ya ha logrado obtener la perla de la virgen pero el mechudo se ha obstinado con su perla, el capitán discute con el mechudo “ ya tenemos la perla, no es necesario arriesgarse con este mal tiempo” a lo que el buzo contesta “no me importa la perla de la virgen yo voy por la perla del demonio” el atrevido Yaqui se lanza a las bravas aguas, decidió ir a lo mas profundo y llevarse la gloria de haber encontrado la perla mas grande y valiosa del día, en las aguas profundas adheridas a los corales de abanicos se encuentran las ostras “Concha Nácar” el mechudo encontró una ostra capaz de darle la perla deseada, por lo pronto la espera continua y el buzo Yaqui no sale tras angustiosos minutos, sus compañeros deciden irse ante el mal tiempo, las embarcaciones y buzos se retiran hasta que el clima mejora. Pasan varios días hasta su regreso al placer de perlas ¡a la pesca la fortuna o la muerte nos esperan! La pesca se inicia como de costumbre, pero minutos después un buzo sube sin su captura su cara en un rictus de terror y comienza a gritar ¡ahí esta el mechudo! Imposible le contestan porque nadie puede estar tanto tiempo bajo el agua ni siquiera el mechudo, y en su tumba acuosa el mechudo esperaba, su larga melena quedo atrapada en el coral de abanico y el demonio obtuvo tanto una perla, como un alma.
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