El lado oscuro de Gabriel

Allá afuera
Allá afuera

Cursando su último año de preparatoria Gabriel se preparaba para los exámenes finales, y el ingreso a la universidad, con tanta tensión dejó pasar por alto ciertos detalles que estaban ocurriendo en su vida diaria, intensos dolores de cabeza lo atacaban de pronto hasta el punto de dejarlo tirado en medio de la habitación. Atribuyó esto el estrés y no tomó demasiada importancia.

También para no asustar a su madre no le dijo que venía sintiendo una molestia en el lado derecho de su cuerpo , este de pronto se entumecía, no respondía, y un frio cosquilleo le invadía. En medio de la noche se despertaba un poco asustado, su lado derecho le molestaba, la ropa le incomodaba, y tenía una sensación de desagrado por aquella mitad de su cuerpo.

Después de unos días la molestia era tal, que sentía que esa parte de su cuerpo no le pertenecía, que no era él, se rascaba el pecho justo en la mitad, con tal fuerza como si quisiera desgarrarse la piel. Era por naturaleza zurdo, pero notó que a veces hacia cosas con la mano derecha que no había hecho antes, escribir, tomar el balón, etc. Incluso su lado derecho del cuerpo empezó a lucir diferente, sus músculos eran más marcados, una leve cojera se le desarrolló pues sus extremidades eran más grandes en ese lado.

En su habitación también hubo cambios, cosas que no le pertenecían aparecían por la habitación cada mañana, ropa, zapatos, teléfono, video juegos… era como si alguien invadiera su cuarto mientras dormía para vivir en el.

Uno de esos días, despertó por la madrugada, en medio de la nada, sus manos ensangrentadas desmembraban a un desconocido, no pudo hacer nada, observaba como si estuviera detrás de una lejana ventana atrapado dentro de sí mismo, su cuerpo no respondía, y pudo ver con detalle el momento en que su mano derecha , cortó la garganta a otro desconocido, un chorro de sangre manchó su cara, el cuerpo sin vida del desconocido cayó al suelo donde Gabriel se abalanzó sobre él, sacó sus ojos observándolos con cuidado, cortó las orejas y las comparó con las del otro cuerpo, abrió al tipo por la mitad, exponiendo sus órganos, revolvía entre ellos como si buscara algo, después de terminar con los dos cuerpos desmembrados, tal como si se tratara de un pollo en presas, escogió entre todo aquello un pie y un riñón izquierdo.

Al volver a casa los guardó en un congelador de la cochera, en el cual su padre conservaba todo aquello que cazaba con sus hermanos en una reunión mensual. El terror de Gabriel era demasiado, cuando recuperó el control de su cuerpo frente al espejo su cara lucia diferente, no había una línea que marcara una división, pero el cambio era notorio, en su lado derecho se podía observar un rostro más marcado, con facciones mas rudas, oreja y ojo más grande que el lado izquierdo, incluso lucia más gordo, si lo vieras de perfil por cada uno de los lados pensarías que se trataba de diferentes personas.

Consiente ya, en completo control de su cuerpo, pero con esa sensación de desaprobación hacia su l ado derecho , como si este fuera un lastre, fue hacia la cochera, a buscar en el refrigerador lo que tanto temía estuviese ahí y comprobar que no había sido una pesadilla. Efectivamente, revolviendo un poco, las partes estaban ahí, pero no solo un pie y un riñón, sacó y sacó, acomodando las partes como si se tratara de un rompecabezas, solo para darse cuenta de que eran suficientes para formar el lado izquierdo de un cuerpo…

Aterrado corrió a la cocina, tomo un cuchillo, para clavárselo entre el hombro y el cuello, tratando de arrancarse así mismo toda la parte derecha del cuerpo, que en su lógica, era la culpable de todo aquello que pasaba, por eso sentía que no era mas parte de él, y podría actuar el cualquier momento para deshacerse de él, pues tenía ya lista una nueva mitad izquierda a la cual unirse.

El intento de Gabriel no llegó muy lejos, pues cayó desmayado por el dolor y el sangrado antes de lograr si quiera arrancarse cualquier pedazo.

Los doctores llegaron a la conclusión de que se trataba de una enfermedad “ Desorden de identidad de la integridad corporal” en la cual el sujeto siente que una parte del cuerpo no le pertenece y quiere a fuerza deshacerse de ella. Gabriel permanecía amarrado, pues en cada oportunidad que tenía intentaba hacerse daño… deshacerse de ese lado oscuro

Por más que dijeran los doctores, solo la madre sabía la verdad, esperaba gemelos, cuando uno de ellos empezó a consumir al otro, al nacer Gabriel todo pareció normal, pero en realidad su hermano siempre estuvo ahí, convirtiéndose en el lado oscuro de Gabriel , a quien irónicamente su madre había llamado Ángel, buscaba su propio destino, su propio cuerpo…

Fuente: cuentosdeterror.mx

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