El comegente

Cuentan las crónicas dominicanas que, a finales del siglo XVIII, existió un sanguinario asesino a quien, por la índole de sus crímenes, sospecharon antropófago y sobrenombraron el Comegente.
Se describe a este hombre como un “negro, que parece indio, el pelo como los demás negros pero muy largo, de estatura menor que lo regular, bien proporcionado en todos sus miembros, y tiene de particular los pies demasiado pequeños”.
Durante mucho tiempo, las atrocidades que cometía el Comegente aterrorizaron a la población, y se urdieron en torno a él las más oscuras especulaciones. Se dijo que había ido a Haití, donde aprendió la hechicería, que podía estar en muchas partes a la vez, que recorría largos caminos en una sola noche valiéndose de medios sobrenaturales. La gente aseguraba que mataba a sus víctimas con una especie de garrocha, y afirmaba que no se podía atrapar, pues cuando sus pies tocaban un río o arroyuelo, él desaparecía en el aire dejando un olor nauseabundo tras de sí.
Lo cierto fue -de acuerdo a las crónicas- que el aborrecible asesino, tras muchas noches de búsqueda por las comarcas, finalmente fue atrapado. Atribuyen la hazaña a un campesino conocido como “seno Antonio”, quien el día de San Antonio, haciendo uso de un “bejuco de brujas”, ató al Comegente y lo trajo a la capital donde se le condenó a muerte y se le ejecutó sin que quedaran registrados históricamente los detalles criminológicos del proceso.
En nuestros días, el Comegente es un ser legendario. Se afirma todavía que deambula por los caminos con su garrocha…
— Via Creepypastas