El Colectivero

Una noche en Rosario, en frente del cementerio “El Salvador”, un colectivo de la línea “35/9” iba conduciendo de noche medio dormido, de pronto, ve impotente como una chica se le cruza velozmente frente al ómnibus y este la arrolla.
El colectivero, asustado por lo sucedido y lo tétrico del lugar, decide retroceder, esquivar el cadáver de la chica y escapar.
Según los vecinos que vivían en los alrededores de su hogar, habían afirmado que esta persona, se la pasaba caminando en la parte delante de su hogar en la madrugada, aproximadamente 2 horas y luego entró a su hogar.
Sus compañeros están algo preocupados; porque afirmaban que se la pasaba fumando demasiado y cada que le querían hablar, sudaba demasiado y se retiraba sin decir ni “mu”.
Luego de un par de días, el chófer, luego de que cumpliera su trabajo, decidió darle el lujo de recorrer ciertas zonas. Luego de unos minutos, completamente histérico ve por el espejo retrovisor y ve a la chica que había arrollado hace unos días antes está sentada en el último asiento mirándolo fijo y llorando.
El mismo colectivero pensaba que estaba alucinando, pues debió ser por las cervezas que bebió antes de cumplir su horario de trabajo. Asustado, decide acelerar el vehículo que manejaba. No sirve de nada acelerar el vehículo; eso hizo que su presión aumentará por las nubes…
Todavía podía escuchar el llanto de la chica, cada minuto era más fuerte el llanto. Al no poder soportar tal tormento, al instante sufrió un infarto cardiorrespiratorio. ¿Y qué pasó con el vehículo? Al parecer se estrelló con un banco. Lo curioso de todo es que el colectivo está casi intacto, pues solo se veía un par de raspones en la misma.
Luego de unos meses, repararon el vehículo y estaba habilitado para utilizarlo.
Algunos de los empleados de la empresa afirman que aquel colectivo se admira en los asientos traseros al chófer que murió por causa del infarto y al lado, la chica que fue arrollada por el mismo vehículo… Y todos dicen lo mismo:
“Se contemplan la imagen de una chica y de un compañero nuestro que acaba de fallecer hace tiempo…”
“Cada minuto se oye más fuerte el llanto de una chica…”
¿Y qué hay de aquel colectivero…?
“Se le admira que está sudando bastante y tocándose la cabeza…”
Vaya… Lo que uno escucha en la calle, a veces, es interesante, ¿no es así?
— Via Creepypastas