Toma mi mano

Erika disfrutaba con su familia una fría tarde en la que podían sentarse junto a la chimenea a tomar chocolate y café, pasando tiempo de calidad juntos. Entre la plática aprovechando la penumbra que había afuera y el tétrico ambiente que se formó con la neblina bajando entre los árboles, Manuel su hijo menor tubo la gran idea de comenzar a relatar historias de terror. El joven con apenas 14 años, disfrutaba asustar a sus hermanas mayores, que pasaban los 16.

El chico platicaba con tal ímpetu que pareciera estar contando una historia real al decirle a sus hermanas que por las noches podía ver una sombra que entraba a sus recamaras. Tenía a todos sus oyentes interesados, callados y atentos, en ese momento… la luz se fue.

Todos saltaron de sus asientos en un segundo y las niñas gritaron con todas sus fuerzas –Calma, es el viento, siempre se va la luz- dijo el padre de la familia, mientras se levantaba para buscar lámparas y velas. Cuando el volvió, todos festejaban el suceso, reían como locos. El Padre sujetaba la lámpara mientras las jovencitas encendían velas, la habitación comenzó a iluminarse dejándoles ver que tenían un acompañante mas, detrás del niño, como si fuese un guardián, una sombra inmóvil estaba parada.

No se veía desde cualquier lugar, así que los padres no pudieron darse cuenta, una de las hermanas le dice a Manuel –Toma mi mano hermano, porque tengo miedo- pretendiendo que el niño se alejara de aquel ente extraño sin hacer demasiado escándalo.

Pero el plan no funciono, en el momento en que el niño intento dar paso para acercarse a la chica, la sombra se convirtió en decenas de brazos, rodeándolo por completo, cubriendo hasta su rostro, el niño gritaba pero solo se escuchaban quejidos, todos se acercaron con prisa, – Toma mi mano- le gritaban, pero entre mas lo hacían, parecía que el joven desaparecía entre aquel mar de brazos.

El Padre desesperado, metió la mano entre las sombras, sintiendo dentro de ellas al chico, pero inmediatamente estas se extendieron hacia él tornando su piel en negra como una mancha de tinta en el papel, y así fueron uno a uno intentando salvar a los demás, sin éxito.

Los demás familiares reportaron la desaparición de la familia completa, y al correr las investigaciones dentro de su casa, las personas aseguraban que al apagar las luces, por un instante podían ver 5 sombras que vagaban en el interior de la construcción, moviéndose con naturalidad.

Fuente: cuentosdeterror.mx

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