Eres solo mía

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

-Vamos, acompáñeme- Mencionó Alondra

Entré y era una habitación grande y con un color blanco muy brillante, había una pequeña mesa y una pequeña silla y una cama pequeña, y ahí está Jéssica.

-Jéssica, tienes visitas, es una amiga tuya- Dijo Alondra

Jéssica volteó y no era la misma chica radiante y alegre que conocí, su rostro mostraba desesperación y miedo, su aspecto cambió bastante, su cabello rubio se apagó por completo, su sonrisa cambió por una de horror, todo había cambiado.

-Hola, Jessica- Mencioné alegre.

Jessi se volteó lentamente y me miró, su cara se le iluminó y bajó lentamente de la cama para pararse al frente de mí.

-Las dejaré- Musitó Alondra- Si pierde el control llama a seguridad.

Asentí y Alondra abandonó la habitación, miré a Jessica, se veía asustada y preocupada.

-¡Necesito que me ayudes!- Exclamó Jessica.

Me asusté un poco pero a la vez, me sentí mal al negarme así que tomé asiento.

-Te diré lo que me ocurrió el día de mi….- Hizo una pausa- De mi cumpleaños…

Asentí y Jessica tomó asiento, antes de pronunciar algo contuvo las lagrimas y respiró una par de veces para relajarse. Lo cual yo no entendía porque era tan difícil hablar de eso.

-Verás…- Musitó

Todo ocurrió el día del 14 de febrero el día del cumpleaños de Jessica, era un día muy soleado, fue una pequeña reunión en su casa, después de que todos se despidieran, Jessica y yo tomamos los regalos para abrirlos.

-Mira, abre este- Mencioné alegre

Jessica lo tomó y lo abrió lentamente, era una muñeca demasiado linda, aunque a mí me causaba algo de incomodidad para Jessica fue algo hermoso.

-¡Es hermosa!- Exclamó alegre.

Jessica la colocó en una mesa de cristal muy bonita y regresó para seguir abriendo los demás regalos, lo cual casi eran los mismos típicos regalos de adolescentes, maquillaje, ropa, accesorios para la habitación, anillos, pulseras, etc.

Llegó la noche mucho más rápido de lo que esperaba, me despedí de Jessica sin antes regalarle mi pequeño regalo sorpresa.

-Lo guardé especialmente para ti- Mencioné.

Jessica tomó el amuleto, era un pequeño ángel, le ayudé a ponérselo en su cuello, su piel encajaba perfectamente con el amuleto, era algo muy lindo.

-¿Qué tal me veo?- Preguntó

-¡Te ves genial!- Contesté.

Jessica sonrió y me abrazó fuertemente, me encantaba verla con esa gran sonrisa que alegraba a cualquiera, incluso en momentos demasiados tristes, mis padres llegaron por mí y me despedí de Jessica, pero…me preocupaba un poco, ya que esa pequeña muñeca no tenía destinatario. Solo decía: PARA JESSICA.

Espero que Jessica este bien…

-¿Acaso esa muñeca esta mal?- Pregunté.

Jessica asintió y suspiró para relatarme lo que pasó después de que me despedí de ella. Jessica entró a su habitación y colocó a su muñeca en su mesa de dormir, se arreglo para dormir, y antes de dormir miró por última vez a esa muñeca, apagó las luces y cayó rendida.

-¿Pero que pudo hacer esa muñeca?- Pregunté nerviosa.

-E-es un d-demonio…-Contestó asustada.

-¿D-demonio?- Pregunté asustada.

-Sí…las primeras semanas fueron normales pero…- Contestó nerviosamente- Pero… después inició mi pesadilla.

Un día normal como cualquiera, los padres de Jessica tuvieron que salir de la cuidad por asunto de trabajo, Jessica tenía la casa para ella, pero…no tenía ánimo para crear algo grandioso así que solo se dispuso a leer y ver un poco de televisión.

No tardó mucho en sonar el gran reloj de la casa, Jessica lo miró y era la media noche, se levanto rápidamente del sofá y apago la televisión, subió lentamente las escaleras para dirigirse a su habitación, entró y encendió la primera lámpara, pero… algo estaba mal.

Jessica miró a todos lados, pero nada estaba fuera de su lugar, ¿Qué era? Caminó lentamente y cuando se disponía a encender la otra lámpara, percibió algo húmedo debajo de sus pies, miro y era una liquido viscoso de color negro.

-¡¿Q-Qué e-esto?!- Preguntó asustada.

Jessica retrocedió lentamente con miedo, pero…algo la detuvo, chocó con algo a sus espaldas, miró y era la muñeca estaba en su peinador, mirándola fijamente. Jessica se le estremeció el cuerpo, al verla de esa forma… nunca la había visto así.

-¿Por qué estás ahí?- Preguntó Jessica.

Jessica sacudió un par de veces su cabeza, borrando esa estúpida pregunta, para ella era ilógico que le respondiera.

-Porque…quiero verte…-Contestaron.

Jessica miro a la muñeca con miedo y nerviosismo, ya que esa voz se escucho bastante real, y la muñeca estaba inmóvil, mirando hacia al frente.

-Tal vez un baño me tranquilice- Menciono Jessica- Pero antes, limpiaré esto.

Jessica limpió rápidamente el líquido viscoso, sin darle mucha importancia de dónde provino. Terminó rápidamente y se dirigió a la tina, para relajarse un poco y olvidar esa extraña voz.

-¿Acaso… la muñeca habló?-Se preguntó para sí misma- No…eso no es posible.

Ella sonrío y se sumergió en el agua para poder relajarse y olvidar eso, terminó su baño y se preparó para dormir, pero…antes volvió a colocar a la pequeña muñeca en su lugar de siempre, en la mesa de dormir.

-Buenas noches…-Musitó.

Apagó las luces y cayó rendida.

-Pero…Eso pudo haber sido cualquier voz- Dije.

-¡No, No!- Mencionó Jessica alterada- fue…esa maldita muñeca…

-Pero…sólo paso eso, ¿no?- Pregunte.

-No… todavía falta…lo más peor…-Contesto- No solo me habla, también se movía e incluso caminaba…

Me sorprendí bastante, al pensar que esa simple muñeca habla y se movía e incluso caminaba… pero será mejor seguir escuchando.

-Pasaron las semanas y constantemente me hablaba- Menciono Jessica – O varias veces se movía o movía cosas mías.

-Pero…hay no era algo de gravedad- Musito- Todo cambio… un día que llegue con mi nueva mascota, un canario.

Jessica emocionada, le mostró su hermoso canario a su madre, para su madre era también algo hermoso. Jessica se apresuro a su habitación y colocarlo en su ventana, para que así todas las mañanas cantara sus hermosas melodías.

Las semanas pasaron y el canario todas las mañanas cantaba sus hermosas melodías, eso era demasiado lindo para Jessica hasta que todo eso acabara… un día después de clases subió a su habitación con emoción ya que había comprado un hermoso listo rojo para su canario, pero…al momento que abrió la puerta se encontró con algo que le helaría la sangre a cualquiera.

Era su hermoso canario se encontraba muerto, su cuello estaba completamente roto, y su boca estaba complemente llena de sangre y en su pecho había algo escrito, Jessica se acerco con terror y miro el mensaje que decía:

ERES SOLO MÍA…

Jessica se asustó y gritó alertando a sus padres, sus padres subieron rápidamente para presenciar el horror al igual que su hija, su madre le cubrió los ojos y su padre rápidamente, tomo la jaula del canario para llevarlo a otro lado.

-¡Esa muñeca o demonio me quiere solo para él!- Exclamo Jessica- ¡Esta cubriendo su verdadero rostro en una muñeca!

-¿pero como lo averiguaste?- Pregunte un poco más nerviosa.

-Lo supe…desde que empezó a dejar mensajes- Contesto- En notas… aun las tengo…

Jessica camino hasta un pequeño cajón de su mesa de dormir y tomo una pequeña caja de madera, y camino nuevamente a la mesa para abrir la caja y mostrarme los mensajes.

-S-son…e-estos- Menciono.

Eran mensajes demasiados aterradores, que causaban escalofrió a cualquiera, mire a Jessica y se veía nerviosa y muy asustada.

-Tranquila Jessica…y-yo te ayudare…-Mencione- P-pero… ¿Dónde esta la muñeca?

-E-esta…a-aquí…- Contesto más nerviosa- Allí.

Me señalo a un cajón debajo de su cama, me asuste bastante al saber que estaba aquí.

-Jessica…yo te ayudare…- Mencione.

-¡NADIE PUEDE AYUDARME, NADIE!- Exclamo.

Jessica me tomo de la blusa, y empezó a estrangularme, me quise zafar pero era imposible.

-J-Jessica…-Musite.

Alondra entro y me zafo del agarre, junto con otros médicos y enfermeras. Yo mire con espanto a Jessica, era la primera vez que la veía así.

-¡NADIE, NADIE!- Seguía exclamando.

Salí de la habitación y espere afuera, para que Alondra me diera indicaciones, escuche los gritos de desesperación de Jessica, me cubrí los oídos ya que me causaba triste escuchar los gritos de Jessica.

Pasaron unos minutos y Alondra salió, me toco mi hombro para que la mirara.

-¿Ya se tranquilizo?- Pregunte

-Si…vamos te llevare a tu habitación…- Contesto- Podrás verla en la noche…

-E-esta bien- Dije

Las horas pasaron y rápidamente cayó la noche, me levante de mi cama, para dirigirme a la habitación de Jessica, espero y este bien…

Llegué y toqué la puerta, no se escuchaba nada, ¿acaso la cambiaron de habitación?

-Jessica… ¿estás despierta?- Pregunte temerosa

Cuando me disponía a girar la perilla…

-¡AYUDAMEE!- Exclamo Jessica

Mire por la ventanilla y mire a Jessica siendo atacada por alguien, intente abrir la puerta para ayudarla pero era imposible, mire otra vez a la ventana con nerviosismo, y Jessica no paraba de gritar y de ser atacada.

-¡JESSICA, JESSICA!- Exclame asustada

Escuche un estruendo y los gritos cesaron, y la puerta se abrió de golpee, me caí de la impresión y mire la habitación, el piso estaba cubierto del mismo liquido que Jessica encontró y estaba la muñeca y otra demasiada parecida a Jessica. Con una nota que decía:

AHORA ERES SOLO MÍA….

— Via Creepypastas

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