Todavía no es tu turno

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Era un problema que me había ganado, nadie se imaginaría que esta parte del mundo existiese, siempre fui muy escéptico hacia cosas como estas pero ahora que estoy aquí en persona diría que es igual a como lo describen las personas religiosas que creen haber ganado un paso al cielo y decir que los demás quedarán en el infierno, describen este lugar como el lugar donde castigan los pecados de las personas, demonios con látigos sacan todo mal de los cuerpos humanos, la verdad eso es el paraíso comparado con lo que en verdad es estar aquí, nunca creí que iba a morir y aparecer en un lugar donde todo se trata de hacerte sufrir, llevó días sin dormir pero no siento agotamiento físico, pero si siento el dolor de miles de cuchillas afiladas atravesar mi cuerpo, veo una gran cantidad de demonios esperar su turno para ser su juguete de macabros juegos, me dí cuenta que cada vez que hacen cambios o se turnan usan nuevas formas de torturas.

Estando aquí en lo único que pienso, es que hice yo para estar en este lugar, que es tan nocivo para una persona que al tan solo respirar no se hace bien por el repugnante olor a pilas de muertos quemándose, literalmente ese es el olor de este lugar, aquí se escuchan las súplicas de otras personas, eso me hace pensar que ellos puedan escuchar mis súplicas de igual manera, pero lo más importante es que no e podido saber por qué estoy aquí, mientras recubo sufrimientos y torturas por parte de esos demonios, enumeró mis probables llaves del porqué estoy aquí:

°Mentira, Codicia, Envidia, Fumar, No ir a la iglesias, Malgenio, Groserías, Etc…

Sin mentirles conté 80.000 mil cosas por las cuales podría yo estar en ese lugar, por primera vez uno de los demonios intercambia palabras conmigo.

—¿Sabes por qué estás aquí?

—Por favor, no me hagas daño.

—Todavía te falta castigo, pensé que en estos 30 años que llevas aquí ya había arrepentimiento.

—¿De qué diablos habla?

—No, el diablo está ocupado, jajaja.

—¿Ah?

En ese momento quedé asombrado a descubrir que llevaba 30 años sin dormir, solamente sufrimiento, pero lo que me dejó perplejo fue cuando me dijo que no había arrepentimiento de parte mía, me reinicié como un computador al volver a contar todas las cosas por la cual debería arrepentirme, esta vez había una novedad mi lista aumento, doblando el número de mi primera lista.

Por fin me dan descanso de un sufrimiento que no le encontraba fin, no sabía por qué dejarían de torturarme, pensé en que no tenían más métodos de torturas, en que los demonios comen en una temporada exacta, o que el diablo los convoco a una reunión, muchas teorías llenaban mi mente.

Nada de eso, un helado frío llena mi ser dejando todo mis pensamientos en olvidos que tardaría mucho en ser recordados, era un demonio que generaba más temor que los que antes vi, me mira con un completo odio, me di cuenta que no debería estar en un lugar con algo como eso, fue aumentando su tamaño hasta alcanzar el tamaño de una casa traté de huir de ese lugar, todo era en vano, mi cuerpo no respondía correctamente, pude dar 11 pasos contados, hasta caer al suelo ese demonio dio un salto que terminó cayendo encima de mí, destrozado mi cuerpo, alma, esperanza, continuó dando saltos encima mío por lo que llamaría una hora, pero en esa dimensión no sé qué tiempo llevo, recogió mi cuerpo del suelo solamente para seguir la tortura, esta vez se encogió hasta el tamaño original, en incontables métodos de torturas realizó sin copiar ninguno de los que realizaron los primeros demonios.

Mi única duda era el por qué yo, ese demonio interrumpió su dolorosa sección de torturas, para preguntarme.

—Si descubrí el por qué de mi estancia en aquel lugar.

—No, no ¿Qué quieres decir con eso?

—La verdad nosotros no sabemos el por qué de la estancia de huéspedes aquí.

—¿Cómo así? entonces, ¿De qué se trata esto?

—Es algo complicado aún para mi, jajaja.

—¿Qué te causa risa, no ves que soy inocente?

—jajaja, todos dicen eso, pero para eso estamos nosotros en este lugar, para hacerlos confesar.

—Ustedes no saben por qué se nos atormenta con infinitas torturas, sólo para hacernos confesar, ¿Qué diablos está pasando?

—Él está muy ocupado para poder atenderle.

Después de esa extraña conversación, todo fue diferente, ya no podía escuchar los lamentos vecinos, para mí eso era extraño, ya que saber que estaba acompañado me llenaba de satisfacción, le pregunté al demonio que cuanto llevaba yo ahí, el abrió su mano derecha y como por arte de magia salió una pantalla como si fuera una computadora, la cerró y me respondió que tenía 70 años.

Un gran calor abrazó mi cuerpo, que se desvaneció al helado frío que sentía al ver que estaba en una fila de miles de cabezas delante de mí, a mi alrededor vigilaban demonios muy diferentes a los que había visto, estos eran muy perfectos eran a semejanza a un humano, pero muy bien fornidos y con alas, a decir verdad no sabría si son Demonios o Ángeles, o Ángeles demoníacos.

Pensé en salir de esa fila, pero al ver a otro anticipando mi idea, decidí mejor aguantar, ya que todo aquel que trate de huir, esas criaturas sobrenaturales no dejan escapar nada, no tienen piedad después de cazar a que trate de huir lo devoran ahí mismo, atemorizando a los que estamos aún en esta fila, que no le veo un final.

Tome como pasatiempo contar las personas que trataban de huir, pero todos terminaba igual, devorados por aquellas criaturas, me iba hacer cando a lo que me parece una gran puerta de oro sólido, mi pregunta fue que se hicieron los que ya había entrado a aquella mansión de puerta de oro o que se encuentra allí, mientras más cerca estaba a esa puerta que abre y cierra, para dejar pasar de a uno por uno, en mi conteo de personas que trataban de huir de aquella fila ya llevaba 567 personas diferentes, 167 mujeres, 400 hombre, y faltando sólo 10 personas para mi turno de entrar a esa mansión de puerta de oro, la demora de esa fila fue muy larga pero por poco ya terminaré la fila esa.

Se salieron 4 personas que se encontraba delante de mí no los culpo tengo ganas de salir igualmente pero es el resultado, sólo faltando a 6 personas para entrar por esa puerta de oro, se me heló mis manos a sentirlas congeladas del miedo, imagínese que les lancen un balde de agua helada en un momento de distracción, y su reacción perduré infinitamente, tengo un sentimiento que no conozco, por fin llegó mi turnó sólo veo más personas ser devoradas por esas criaturas, mi cuenta ahora es de 865 personas, perdí la cuenta de géneros, por la angustiada espera de mi turno por entrar, mi cuerpo tiembla por el helado frio que siento en ese caluroso entorno donde me encuentro.

Frente a mí, la gran puerta de oro se abrió, dándome paso a ella mis movimientos eran muy coordinados por el temor que tenía, no pensé que la mansión más hermosa del mundo la vería en ese momento, todo era de oro, diamantes y esmeraldas, es tan brillante que me cegaba tanto brillo, el piso era dorado el color natural del oro puro, las paredes eran verdes de esmeraldas, y el techo de diamantes, el dueño de esa mansión tenía un gusto por esos minerales que todo lo que estaba dentro de esa mansión contenía esos minerales, sillas de oro adornadas con diamantes, una mesa de oro adornadas con esmeraldas, y muchas cosas que se encuentran en una mansión o casa, mi sorpresa fue el televisor que se encontraba en aquel lugar, era muy parecido al LCD de la tierra, era de diamantes y esmeraldas era tan hermoso que de tan sólo verlo nacía una necesidad de prenderlo, me interrumpió un demonio muy diferente a todos los de antes, desde los primeros que eran deformidades de pesadillas, diferente al que me salto encima, y diferente a los Ángeles demoníacos de la larga fila, este era un humanoide, con cabeza de toro, su cuerpo estaba cubierto de un pelaje rojo, tenía un collar de oró con un símbolo de Satán, un frío lleno toda mi existencia cuando él me pregunta si su televisor era hermoso.

—Muy hermoso, jajaja.

—¿Quien eres tú?

—El dueño de esta mansión, dimensión y universo, jajaja.

—¿De qué diablos hablas?

—Jajaja soy el mismo, soy el Diablo, el rey de esta dimensión, el dueño de la oscuridad en tu dimensión y la piedra en los zapatos de Dios.

Quede en shock, al saber que estaba frente al mismísimo Diablo, Satanás, el Ángel rebelde y muchas más referencias hacia el que se me viene a la mente, mi miedo fue aumentando mientras hablaba con el de cosas que se me hacía difícil de entender para mí, después de mucho tiempo el me interrumpió para preguntarme lo que no se de mí.

—¿Descubriste por qué estás aquí?

—¿De qué se trata esa pregunta? Ya 3 de tus demonios me lo han preguntado.

—Simplemente tienes que decirme que hiciste para merecer estar en mi reinó.

—No lo sé, pero diré todo lo que hice en mi vida.

—Está bien, jajaja no hay problema.

Me dijo que lo siguiera a su escritorio de oro adornado con figuras de diamantes y esmeraldas, pude identificar algunas figuras como el símbolo illuminati, el número del diablo 666, y el símbolo del Anticristo, y la que no pude comprender fue la nazi pero por alguna razón se encontraba en el escritorio de Satán, apareció una clase de computadora de diamante, era como un espejo azul marino.

—Empieza a confesar.

—Está bien, engañe, estafe, fui muy codicioso…

Mientras que confesaba el Diablo escribía en su computadora, como apuntando todo lo que decía, después de horas, confesé más de 20.000 mil actos de baja moralidad.

—¿Estás seguro que esas son la razones por lo cual estás aquí?

—Si, eso es lo que se me viene a la mente, ¿O hay algo más?

—Jajaja, no sé, dime tu.

—¿Ah?

—Jajaja, nada de lo que has dicho es tan fuerte como para estar aquí.

—Que confundido estoy, ahora…

La computadora desapareció del escritorio y el Diablo me explica porque no tengo ni idea el por qué estoy en el infierno, estas fueron sus palabras.

—Jajaja ¿Sabes sobre la muerte artificial?

—No que es eso, explicarme.

—Pues, que mueres por algunos minutos, horas, días, semanas… pero luego vuelves a la vida.

—¿De qué diablos hablas?

—Pues, que en algún momento tienes que irte.

—¿Y cuando es eso?

—Jajaja tu llevas 100 años aquí, según casos pasados como tú no duraras mucho.

Por primera vez sentí un sueño en aquel mundo, después de años sin dormir por primera vez tenía unas ganas de acostarme, vi como el Diablo me miraba con burla, murmulló…

“Te estaré esperando.”

Dormí por fin, siento una gran migraña, como si me hubieran golpeado con un martillo en la cabeza, abro mis ojos, note que no estaba en el infierno era lo contrario aquí podía respirar muy tranquilamente, en ese momento pensé que me habían trasladado al paraíso, di un grito de alegría.

—¡Ah!

Notó que lleno de una venda que cubría mis brazos hasta las manos, y estaba lleno de tubos que conectaban con máquinas, en ese momento me di cuenta que me encontraba en un hospital, las enfermeras me atendían sorprendidas y doctores llegaban a auxiliar, después de asegurarse de que me encontraba estable de salud, me explicaron que tuve 5 minutos muerto, que fui un caso de muerte temporal, me llene de mucho temor al saber que mi estancia en aquel mundo diabólico, no fue un acto de mi imaginación, quedé más angustiado cuando me explicaron que había arrollado a una niña mientras que conducía en estado de embriaguez, todo esa información fue como un baldazo de agua helada encima, quedé abrumado al recordar lo último que el Diablo me dijo.

— Via Creepypastas

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