Soy un buen padre

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Tengo dos.

Son hermosos. Uno es un chico intrépido de cuatro años y muy respetuoso para su edad. La otra es una afectuosa y bonita de seis meses. Juntos son la pieza culminante de amor entre mi esposa y yo. Queremos enseñarles a nuestros niños a ser lo mejor que puedan en el mundo. Somos esos educadores que usan la curiosidad y la inteligencia.

Algunos padres se niegan a explicar cosas a sus hijos. Imponen su criterio y esperan que los niños acaten las normas sin dar ninguna explicación consistente.

“Porque yo lo digo”.

Algunos no quieren entrar en detalles de lo que ocurre en su entorno.

“Es así y punto, deja de preguntar, no te preocupes tanto”.

Creo que esos padres simplemente no quieren pensar demasiado, están condenando a su progenie a ser tan ignorantes acerca de la realidad como ellos mismos. Pero no, no nosotros. Todos los niños deberían de entender el mundo que lo rodea. Queremos que lo cuestione, que lo investigue, que se esfuerce y que así lleguen a sus propias conclusiones.

La mayoría de los adultos subestiman mucho la capacidad que los niños tienen para comprender. Nosotros lo sabemos bien, y somos mejores. Tenemos dos, y los vamos a convertir en personas magnificas. En el caso de que el mayor pregunte:

“Mamá, papá, ¿porque tiran la lasaña que hicieron el otro día?”

Nosotros no respondemos:

“Porque se puso mala”.

Que aprenderían de eso. Por supuesto confían en sus padres y puede aceptar eso como una respuesta valida pero, ¿queremos que nos siga ciegamente para siempre? En absoluto, claro que no. Él y su hermana serán los pilares que nos mantengan cuando nosotros seamos mayores, y probablemente perdamos la capacidad de buen criterio. Los viejos pueden ser muy testarudos.

Así que en lugar de eso, iniciamos una clara observación de una caja de plástico transparente para dejar la lasaña en lugar de tirarla. Y después de unos días la lasaña empieza a descomponerse y los restos quedan ahí para que el mismo lo investigue.

“Así que esa es la razón por la que estabas tirando la lasaña, porque se estaba poniendo mala”. Dijo.

“Exactamente, eres muy listo”.

Estamos haciendo un trabajo magnifico como padres. Tenemos dos y van a ser perfectos. Como la mayoría de los padres saben, los niños son criaturas muy curiosas. No hay suficientes horas para realizar un experimento por cada pregunta que nuestro pequeño tiene, así que en vez de eso normalmente lo guiamos a través de un camino de pensamiento critico.

Cuando pregunta, le planteamos:

“¿Por que crees que es así?”.

El mismo va sacando algunas conclusiones, normalmente necesita un poco de ayuda hacia la dirección correcta. Una noche nos llamó desde su cama mientras yo arropaba a su hermanita.

“Mamá, papá, escuché un ruido en el armario, ¿que fue eso?”

Mi mujer se sonríe mientras vamos a su cuarto.

“Bueno pequeño, ¿que crees que fue?”.

“Creo que fue un monstruo o un fantasma que viene por mi”.

“¿Donde has visto uno antes?”. Le pregunte.

“¿Has escuchado de ellos en las noticias?”

Él me miró y me dijo:

“No, solo son historias que cuentan otros niños, pero nunca los he visto”.

Nuestro pequeño considero otras posibilidades.

“Quizá fue un animal”.

Eso era mucho mas probable que un ser sobrenatural. Va por el camino correcto. Lo animé a que investigara. Le dije:

“Cariño, estamos en un lugar seguro ¿verdad?”

El pequeño detective asintió. Yo continué.

“¿Por que no comprobamos si miramos que era eso?”.

Nervioso se deslizó de su cama y se acercó a la puerta del armario. Era una puerta corredera y dentro guardábamos su ropa, y en el suelo había una pequeña mesa con pinturas y cosas para hacer manualidades. Había un vaso de plástico con lapices de colores, que seguramente estaba en el borde de la mesa y se había caído.

Los lapices estaban por el suelo y como era de esperar nuestro pequeño hombre llegó a esta conclusión sin ninguna ayuda. Yo creo que pavimentará unos buenos cimientos para su hermana pequeña.

Tenemos dos, y ya son esencialmente brillantes.

En otra ocasión preguntó:

“¿Por que tengo estos granitos en la piel aveces?”.

Lo enviamos a que deduje a acorde a lo que había sucedido. El contesto:

“Bueno pasa cuando estoy sentado, y tengo frió pero ¿por que hace eso mi cuerpo?”

Como no le pudimos responder, nos pusimos a investigar. Todavía no podía hacer una búsqueda compleja en google, así que nosotros le ayudamos a buscar. Descubrimos que cuando hace frió nuestro cuerpo causa la piel de gallina para aislarnos de la baja temperatura, haciendo que nos calentemos un poco. Contento por la respuesta se marchó. Que buen niño.

Tenemos dos, y están de camino a hacer grandiosos.

Otras veces interrogatorios tan extensos no son una opción viable. En un día soleado, mi mujer y yo caminábamos al lado de nuestros hijos en el parque que estaba cerca de casa. Mi mujer estaba cunando a la pequeña, cuando nuestro chico se nos acercó a nosotros agitando nerviosamente los dedos y dijo:

“Hay una mujer mirándome mucho y no se porque”.

Nosotros miramos alrededor pero no vimos a ninguna mujer mirando a nuestro hijo. Quizá fuese un padre que no confía en los niños de otros y por tanto vigilaba que nuestro hijo no se acercase a los suyos. Hacia un día esplendido, pero era obvio que nuestro chico estaba inquieto. Le preguntamos si era lo suficientemente seguro para investigar, pero dijo que no.

Orgulloso de su decisión, le hicimos saber que estábamos muy contentos de que pudiese reconocer cuando se sentía incomodo y que viniera a nosotros a buscar ayuda. Nos fuimos del parque, explicándole que a veces no se puede investigar si no es seguro pero también le contamos nuestras deducciones sobre lo ocurrido para tranquilizarlo. No estaba contento con la respuesta, así que le contamos el caso de algunos científicos.

No siempre tienen toda la información que necesitan, así que no pueden terminar su investigación. De vez en cuando uno tiene que seguir adelante sin una respuesta satisfactoria.

Tenemos dos y van a ser revolucionarios.

Mi hija tenía fiebre la otra noche. Yo la estaba acunando mientras la pobrecilla sudaba. Mi hijo preguntó porque su querida hermana no se encontraba bien. Le dije que no estaba seguro pero que el doctor dijo que se le pasaría pronto. El pequeño estaba visiblemente molesto, como hermano mayor le dolía ver a su hermana en cualquier tipo de incomodidad, o sufrimiento.

La dejé en la cuna con un ventilador encendido y lo dejé a los dos juntos para que su hermano la tranquilizara. Mientras me alejaba lo escuchaba decir:

“Solo quiero saber porque te duele la cabeza hermanita, y quiero ayudarte”.

Tenemos dos y son encantadores.

Traté de distraerme viendo la televisión ya que mi esposa estaba de viaje de negocios. Sin darme cuenta me quedé dormido y más tarde me desperté y abandoné la habitación para ver que tal estaba mi hija y comprobar que estaba haciendo el chico. En el camino me percate de que la caja de herramientas estaba en el suelo, abierta. Mi mujer no suele utilizar las herramientas, y las veces que uso alguna siempre las dejaba en la caja.

Era extraña que estuviese así, y que faltasen un par de cosas. Me enfade con mi mujer porque sabia que yo no había dejado eso así. Así que fui a la habitación de la pequeña y allí su hermano había investigado la razón por la que su hermana tenia fiebre. Estaba en la cuna con ella, tenía destornilladores… Era un desastre.

Él es la razón por la que solo tengo uno.

“Papa estoy intentando saber porque le duele la cabeza a mi hermanita, aun no he encontrado nada”.

Esta bien. Soy un buen padre. Remediare la situación.

PORQUE SABEN QUE, AHORA NO TENGO NINGUNO!!


Creepypasta original: I Am A Good Parent

— Via Creepypastas

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