Sombras del pasado
-Hola, ¿usted es la joven Diana?
-Sí, yo soy Diana, ¿qué pasa?
-
Señora, su hijo fue encontrado en un parque de diversiones abandonado.
-
No, no puede ser mi hijo, mi pequeño hijo Alfredo… muerto.
Esa fue la reacción de la madre de aquel niño que aquella tarde de abril decidió ir con sus amigos a la feria de las sombras.
*
-Hola, ¿usted es la joven Cecilia?
-Sí, oficial. ¿Qué desea?
-¿Conoció a la pequeña Mary y al joven Alfredo?
-Sí, son mi hermana y mi novio, oficial. ¿Qué pasó.
-Su novio y su hermana están muertos. Los encontramos en una feria abandonada.
-¿Mi novio y mi hermana muertos? ¡No! ¡No puede ser! Si apenas ayer salieron a dar la vuelta… Cómo es posible, ¡no! Esto debe ser una broma.
-Jovencita, le aseguramos que esta no es una broma. Si desea, acompáñenos a la morgue para identificar a su hermana.
Hay recuerdos que no se olvidan con facilidad y estos mismos pueden ser una tortura fatal.
-Señora, jovencita, encontramos esta nota en la mano de su hijo.
La nota, salpicada de sangre reseca, que les mostraron la había escrito Alfredo minutos antes de enfrentar a la muerte.
-Mami papi sepan que su hijo los amo con todo el alma y tu querida Cecilia te amo y por favor no dejes de sonreír.
*
Esa misma noche las sombras de un tortuoso y trágico pasado atormentarían a Cecilia y a Diana.
–Mami, despierta. Mami, por favor despierta. Soy yo Alfredo.
-¿Quién está allí?
–Mami mamita por que me mataste por que lo hiciste si no me hubieras dejado ir a ese lugar seguiría vivo.
*
- Cecilia, hermanita ven a jugar conmigo.
–¿Pero qué es eso?
*
Día y noche se repetía este tormento. Las sombras del pasado contra Cecilia y a diana.
El padre de Alfredo tomó una decisión: encerró a su esposa en un manicomio. Pero Cecilia no pudo con esto y decidió terminar con su vida.
-Hermanita, ven a jugar.
-¡Cállate pútrida voz de mierda! ¡Ya no podrás atormentarme más!
Cecilia tomó un cuchillo y se arrancó el corazón. Con las pocas fuerzas que tenía escribió: “Las almas de los atormentados no son más que sombras del pasado en el mas allá… No me podrán atormentar.”
— Via Creepypastas
