Nunca quise lastimarte

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Y el amor de mi vida se encontraba frente a mí, viéndome fijamente mientras yo lloraba sin parar del otro lado de la mesa, sus ojos azules me veían con indiferencia, no con lástima ni con compasión, ya no le importaba porque llorara, no tengo idea de cuando todo nuestro amor se convirtió en simple indiferencia… y por más que odiase ese momento no podía evitar seguir admirando su enorme belleza y la perfección por las que entre otras cosas lo habia amado.

Desde que lo conocí supe que era demasiado para mí, aunque él nunca lo noto, lo amé desde el primer momento en que lo vi, de ojos azules, pelo rubio dorado y piel enormemente pálida, él era el ser mas hermoso que habia visto.

Después de varios intentos y con todo mi valor logré cruzar palabra con aquel hombre que me habia enamorado, desde el principio siempre fue amable conmigo, nos hicimos amigos rápidamente, notamos todas las cosas en común que teníamos, y él poco a poco también se fue enamorando de mi.

Pasábamos día y noche juntos, y pronto nos volvimos inseparables, y él, él me amaba lo sé, aunque tal vez nunca tanto como yo a él.

Yo siempre he sido extraña, diferente, no tuve una buena infancia, ni tampoco adolescencia, mis padres siempre demasiado ocupados para hacerme caso, y en su falta de atención pase por cosas terribles que dejaron dañada mi autoestima y mi forma de ver las cosas para siempre.

Siempre fui una chica silenciosa, no me gustaba llamar la atención, aunque a veces lo deseaba con todas mis ganas, no era la más inteligente, ni la más bonita, pero si, era inteligente y bonita, de complexión delgada, con rasgos finos, cabello negro y ojos verdes.

Llevaba malas calificaciones, tenía muy pocos amigos, para no decir casi ninguno, y era el modelo perfecto de la que siempre estaba fuera de los parámetros mediocres y comunes de la sociedad.

La primera vez que lo vi me enamore de él, él era perfecto, en todos los ámbitos, bueno en los deportes y en el colegio, amable con todos, con muchos amigos y la más hermosa sonrisa, él representaba todo lo que yo no era, y creo que eso fue lo que me hizo amarlo de esa manera.

Pensaba siempre en él, y aunque él no sabia de mi existencia lo único que quería era estar a su lado, se convirtió en la razón por la que me levantaba cada mañana, y por la que dejé de llorar todos los días.

Después de mucho tiempo y casi por accidente logré intercambiar palabra con él, se portó amable, normal, como siempre era.

Lo saludaba todos los días y hacia todo lo que podía para desprender una tímida risa de sus perfectos y delgados labios.

Supongo que pronto se dio cuenta de mi amor por él, y me invitaba a salir a menudo, éramos amigos, pero lentamente empezó a crecer algo más, le empecé a interesar en todas las formas posibles y quería saber todo sobre mí, no sé que vio dentro de mi soledad y mi inquietante forma de ver las cosas, pero mi sueño se cumplió, se enamoro de mí.

Lo veía todos los días y nunca fui tan feliz como cuando tuve la oportunidad de verlo a los ojos de cerca, de sentir que cada pedazo de él era mío.

Algunas veces, me daba miedo amarlo como lo hacia, y aunque quería confiar en él en realidad no podía, después de que yo habia sido testigo de que tan retorcida puede ser la gente, incluso tu familia, aquellas personas en las que la confianza es innata y casi irremovible.

Mis ataques de celos eran constantes, y las formas en las que lo podía hacer sentir mal era cada vez más atinadas, más profundas y más frecuentes, de alguna forma yo pensaba que si lo trataba de esa forma iba a dejar de amarlo, pero no fue así, al contrario, cada vez que una mueca de dolor se asomaba por su rostro sentía una estaca dentro de mi corazón.

Sé que me amaba con todas sus ganas, pero cada vez que lo lastimaba intentaba pasar menos tiempo conmigo, no lo culpo, uno de aquellos dolorosos comentarios lo hizo llorar, sabia que le dolía, sabia bien con que lastimarlo y aunque intentaba cambiar para dejar de hacerlo sentirse mal ya se habia convertido en un impulso para mí.

Hasta que un día lo hice explotar, me dijo que ya no podía estar conmigo, que era mucho dolor, pero lo convencí de que iba a cambiar, que lo amaba y que lo único que quería era estar a su lado. Regreso conmigo, pero me pidió que dejara a un lado mis celos, mi inseguridad y mis formas de lastimarlo.

Poco a poco él dejó de amarme, hasta que tuvo las fuerzas suficientes para decírmelo.

-Sabes que te amé, y lo hice con todas mis ganas pero tú sola lograste apartarme de ti, yo solo quería estar contigo pero me lastimaste hasta que me alejaste completamente, ya no te amo, ni quiero amarte porque no hiciste mas que cortar en pedazos nuestra relación.

Comencé a llorar y a derrumbarme frente a él, ni siquiera un destello de compasión apareció en sus ojos.

Mientras seguía llorando me levanté de la mesa y le di la espalda.

Toda clase de pensamientos aparecieron uno tras otro en mi cabeza.

¿Cómo podría vivir sin su pálida piel a mi lado?

¿Quién iba a ser la próxima con la suerte de perderse en sus labios?

No. Él iba a estar siempre a mi lado. No. Yo iba a ser la única en su corazón.

Para siempre.

Él miraba a la nada esperando a que dejara de llorar para poder salir de mi casa, dejarme atrás, cerrar la puerta de nuestro amor, comenzar otro capitulo, cuando de pronto un enorme cuchillo del otro lado de la cocina pareció llamarme por mi nombre.

Lo tome entre mis manos y me acerque al amor de mi vida.

Bese su cuello, mientras él cerraba sus ojos sintiendo mis labios por última vez.

Enterré el brillante cuchillo en la mitad de su espalda mientras observaba en mi locura como su sangre se derramaba por todo el lugar, y su rostro, nunca lo voy a olvidar, me miraba con tristeza, sorprendido, decepcionado.

Ahora estoy en un hospital psiquiátrico, ellos no me creen, pero no estoy loca, nunca lo estuve, lo extraño, quisiera recordar cuando sus ojos azules tenían vida y me miraban con amor, pero a veces lo veo, a veces está a mi lado, ahora es su turno de lastimarme, y vaya que sabe hacerlo…

— Via Creepypastas

Total
0
Shares
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Related Posts
Asesinos del Zodiaco

Escuché eso

La pequeña niña se encontraba jugando con sus muñecas, cuando al instante escucha la cálida y amorosa voz…
Read More
Asesinos del Zodiaco

Mi peluche

Hace mucho, cuando era pequeño, me gustaban los peluches; resultaba muy divertido jugar con ellos, pero mi preferido…
Read More
Asesinos del Zodiaco

El Horno

Parece mentira que las cosas se dañen cuando uno no tiene dinero para reponerlas. Esto fue lo que…
Read More
Asesinos del Zodiaco

Persuadido

_ Ya han pasado dos semanas desde que todo esto empezó. _ Todo comenzó con un accidente petrolero.…
Read More
Allá afuera

El Cartero

Howard era nuestro cartero. Él ha estado entregando nuestro correo por 4 años. Pero un día, desapareció y…
Read More
Asesinos del Zodiaco

Debajo de la cama

Fernando me contó una historia sobre sus hermanas cuando eran jóvenes. Yo pensaba que Fernando era hijo único,…
Read More
Asesinos del Zodiaco

Mi sombra

El extraño relato lo encontré cuando me mudé a la nueva casa. La casa parecía normal, era de…
Read More