La verdadera historia de Jack y las habichuelas mágicas

El Puente Negro
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Jack y las habichuelas mágicas (Jack and the Beanstalk) es un antiguo cuentos de hadas inglés. Su primera aparición en las imprentas se produjo en 1807, a través de una versión abúlica y moralizante a cargo de Benjamin Tabart, aunque algunos especialistas sostienen que ya en 1734 circulaba una versión titulada “La historia de Jack Spriggins y el frijol encantado” (The Story of Jack Spriggins and the Enchanted Bean).

La verdadera historia de Jack y las habichuelas mágicas esconde algunos secretos realmente interesantes.

Primero repasemos superficialmente el relato.

Jack es un muchacho que vive con su madre viuda y una vaca lechera que resulta ser su única fuente de ingresos. Cierto día, la vaca deja de dar leche, y Jack es obligado por su madre a llevarla al mercado para vender su carne. En el camino aparece un hombre muy extraño, quien realiza un ofrecimiento tentador a cambio de la vaca: un puñado de habichuelas mágicas (magic beans).

Jack, que en definifiva es un muchacho, acepta el trato. Al regresar a su casa sin el dinero de la venta debe enfrentarse a la ira de su madre, quien en un arrebato de furia arroja las habichuelas por la ventana y castiga a su hijo enviándolo a la cama. De las habichuelas mágicas crece una planta ciclópea que eleva a Jack así las tierras ocultas en el cielo. Allí hay un castillo, habitado por un hambriento gigante, cuyo nombre permanece en el anonimato, aunque en versiones posteriores se lo conoció como Blunderbore.

Jack se esconde gracias a la ayuda de la esposa del gigante, mientras éste se dedica a “contar dinero”. Cuando el gigante finalmente se duerme, Jack se roba una bolsa con monedas de oro y luego desciende por las ramas gruesas hasta regresar a su casa.

En la versión original, Jack regresa dos veces más al castillo, siempre asistido por la esposa del gigante. Durante la segunda expedición el muchacho roba un ganso o una gallina que pone huevos de oro, y en la tercera sustrae una valiosa arpa ricamente trabajada. Finalmente el gigante advierte la presencia de Jack y lo sigue hasta su casa cantando:

“¡Fee! ¡Fie! ¡Foe! ¡Fum! ¡Huelo la sangre de un inglés!” (Fee! Fie! Foe! Fum! I smell the blood of an Englishman)

El grito de guerra del gigante, curiosamente, aparece en el acto 3, escena 4, de El rey Lear, de William Shakespeare, bajo una forma ligeramente distinta:

“Fie, Foh y Fum, yo huelo la sangre de un hombre inglés”. (Fie, foh, and fum, I smell the blood of a British man)

Frente a la amenaza, la madre del muchacho consigue alcanzarle un hacha, con la que Jack decapita al gigante y vive feliz y rico para siempre.

Ahora sí, pasemos al análisis del cuento.

Jack y los frijoles mágicos pertenece a la categoría 328 de Aarne-Thompson, que clasifica los cuentos de hadas según su tópico central; en este caso “Tesoros del gigante” (The Treasures of the Giant).

Jack y las habichuelas mágicas posee algunas características únicas dentro del cuento de hadas. Por ejemplo, el héroe del relato, Jack, aunque engrandecido por su aventura, no contrae matrimonio tras matar al gigante; sino todo lo contrario, retorna al mismo lugar del que ha salido: la casa de su madre. La descomunal planta del cuento acaso sea una reminiscencia del mito nórdico de Yggdrasil, el árbol del universo, cuyas ramas atraviesan los Nueve Mundos y sus raíces se hunden en los abismos insondables del cosmos.

Una mirada desapegada del cuento de Jack y los frijoles mágicos no parecen ofrecer nada realmente escandaloso. Sin embargo, se trata de la historia de alguien que se gana la “simpatía” de la esposa de otro hombre, que se oculta en su casa, que roba sus bienes y finalmente lo mata cuando este intenta recuperarlos.

Esta es la verdadera historia de Jack y las habichuelas mágicas. Naturalmente, la versión fue alterada con el tiempo. Ya en la primera edición de Benjamin Tabart se modificaron los términos explicando que el gigante, en realidad, había asesinado al padre de Jack, convirtiendo su hurto y posterior crimen en una especie de castigo.

El mismo camino fue transitado por Andrew Lang en “El libro rojo de las hadas” (The Red Fairy Book), publicado en 1890.

Paradójicamente, la historia original de Jack y los frijoles mágicos (o habichuelas, o judías, según la traducción) carece del arquetipo del Villano. En todo caso, el verdadero villano es el intruso Jack, cuyos actos no solo se limitan al hurto de bienes, sino a la seducción de la esposa del gigante y a sus repetidas “incursiones” cuando el monstruo se encuentra convenientemente lejos del castillo.

— Via Creepypastas

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