La leyenda de la escuela Pagaza
Dícese entre rumores que hace mucho, mucho tiempo, en el pueblo de Valle Bravo, un circo instaló su carpa y sus actos en donde hoy encontramos la escuela de Joaquín Arcadio Pagaza. En una de sus funciones, incluían la presentación de un payaso que se balanceaba en su monocíclo mientras hacía malabares con antorchas llameantes, era el show favorito de los niños. El payaso era un profesional, nunca fallaba…
Sin embargo, aquel día de la primera presentación, todo salió mal; un supuesto “mal cálculo” de parte del alegre personaje ocasionó que la carpa se incendiara, matando a cientos de espectadores y miembros de la función. Los pocos sobrevivientes alegaron algo macabro, más horrendo que el accidente mismo: el payaso, consumido por una oscura misión fue por quiénes no habían sido alcanzados por las llamas. Claro que nunca se le pudo interrogar al respecto, murió momentos después por su propia catástrofe. Cuando el fuego, un grupo de personas se acercó hacia lo único que quedó en una pieza: un globo hecho con el guante inflado del culpable. Dicen que al acercarse a éste, reventó en sangre ante los ojos de los testigos.
Poco después ya no quedaba quién contase la historia de primera fuente… Los heridos fueron instalados cerca del lugar bajo la custodia de tres enfermeras, quienes murieron de maneras rarísimas. Si bien la mayoría fueron declarados suicidios, algunos afirmaban que era el mismísimo fantasma del payaso el que los asesinaba. La mayor parte de los heridos murieron de la misma forma, el más tétrico de todos fue un niño de 14 años que metió un destornillador dentro de su oído, fue el último en morir. Los cuerpos de todos fueron enterrados en el único terreno libre de ese entonces: el mismo en donde había ocurrido el incendio.
Años más tarde, a pesar de los restos de las astas del circo que nunca pudieron retirarse, en el lugar se levantó el Patio de la Pagaza y posteriormente la escuela. Según los estudiantes y algunos curiosos, durante las noches el aire se invade de la melodía alegre que tocaba aquel payaso en el piano, claro que luego de los sucesos se le oía mucho más macabra. Incluso se dice que es posible ver el fantasma asesino rondando por los pasillos, o ensartado en aquellas astas, pero la mayoría de quienes ven cosas así dejan el colegio, no sé que será de ellos…
— Via Creepypastas
