Hilario y el Diablo

El Puente Negro
El Puente Negro

Cuenta la historia que en un pueblo argentino llamado Angastaco vivía don Hilario y su familia: su mujer y sus siete hijos en su humilde pero acogedora casa. Llevaba una vida tranquila y dentro de todo feliz. Tenía algunas hectáreas y trabajaba la tierra para alimentar a su familia. Pero éstas tierras hacía mucho tiempo no le daban la cosecha suficiente debido a que estaban secas y eran difíciles de sembrar, por lo tanto la siembra no era la que se esperaba y sólo vivía de eso él y su numerosa familia. En el norte existen algunas creencias poco habituales para la gente de la Ciudad que tienen que ver con el Diablo, espíritus y apariciones, las cuales el mismo Hilario conocía porque era un hombre de campo. Cansado de trabajar sus tierras sin el resultado esperado se dirigió al monte, se sentó en una gran piedra y comenzó a llamar a Lucifer (se dice que si haces ésto el mismo Diablo se hace presente ante tu llamado), y así fue.

Tanto insistió llamándolo que al cabo de un rato Lucifer se hizo presente ante sus ojos y le dijo:

-¿Qué deseas? – Deseo que mis tierras empiecen a darme las cosechas que hace tiempo no me dan por la sequía, que las cosas comiencen a irme mejor a mi y a mi familia que vivimos de esto, contestó Hilario… es por eso que he acudido a tí sabiendo que puedes ayudarme en lo que necesito. – Puedo hacerte un hombre rico por el resto de tu vida, puedo hacer que de la noche a la mañana todo cambie para tí y tu familia, puedo darte fortuna y poder pero no me pidas que solo arregle tus tierras, no hago las cosas a medias ni de a poco, o eres rico o eres pobre, tu eliges. Pero tendrás que sacrificar algo a cambio.

Hilario agachó su mirada pensativo y el diablo como lo vio dudar le dijo:

  • Cuando lo decidas llámame de nuevo y vendré a complacerte. – Espera! Se adelantó el pobre campesino, – está bien, quiero ser rico,¿qué quieres a cambio?. – Quiero que me entregues el alma de tu hijo primogénito. – Desde luego que no, toma la mía no puedo darte a mis hijos. – Lo siento pero ese es el trato o nada.

Hilario se sintió por primera vez entre la espada y la pared y luego de un rato de discutir con el diablo aceptó el pacto.

  • De acuerdo, dijo Lucifer…a partir de mañana tu vida cambiará para siempre.

Dicho ésto desapareció y el hombre quedó solo en el monte con su angustia por haber entregado a su hijo a cambio de fortuna. Al cabo de unas horas regresó a su casa con su familia sin hacer un comentario para ver que pasaba con el siniestro trato que había hecho nada más y nada menos que con Lucifer.

A la mañana siguiente Hilario sale al monte de cacería llevando a su hijo con él sabiendo que debería cumplir su parte del trato y que el pequeño ya no regresaría a su casa, luego de unas horas regresa sin él a y su señora le pregunta que pasó con su hijo a lo cual contesta que lo perdió y no lo encontró más, que seguramente pudo haberse ido barranca abajo por el río, la señora desesperada llama al resto de sus hijos y les pide que se dirijan todos al monte a buscar a su hermano, todos salen a buscarlo durante horas pero nunca aparece por lo que ya no insisten pensando que una desgracia ocurrió con él.

A su vez las tierras comienzan a dar sus frutos y la fortuna cambia la vida de toda la familia a pesar del dolor por la desaparición de su hijo.

Viendo ésto Hilario comienza a comprar ganados y a trabajar también con sus animales para ganar más dinero. Los estancieros de la zona se dan cuenta de ésto y quieren comprar las tierras de la familia pero Hilario se niega sabiendo que por primera vez comienza a disfrutar de su fortuna.

Cierto día trabajando como de costumbre en su campo se le aparece nuevamente el diablo, él se asusta y le pregunta que quiere a lo que el diablo le contesta:

  • Veo que estas disfrutando de lo que te dí, vine a pedir mi otra parte del trato. – ¿Que otra parte?, ya cumplí con lo que me pediste cuando cerramos nuestro pacto. – ¿Crees que un alma es suficiente para tanta fortuna? eres rico por el resto de tu vida y aún puedo darte más pero necesito otro de tus hijos y me voy conforme. – Ni lo sueñes, ya hicimos el pacto y ésto no era parte del acuerdo. – Si no quieres tendré que quitarte todo lo que te he dado, sería una pena que tu familia vuelva a la pobreza y a la miseria por tu culpa. – Ya no voy a entregarte el alma de nadie, de nada me sirve la fortuna si no tengo a mi familia completa, aún me pesa la muerte de mi hijo, vete de aquí y ya no regreses.

Lucifer se retira con un gesto malévolo sabiendo cual sería el destino de Hilario por no acceder a su pedido.

Pasaron los días y la tierra comienza a secarse nuevamente, la cosecha ya no sirve, los animales comienzan a morir de a uno y se pierde todo lo que le había llegado de golpe.

Hilario comienza a enloquecer, siente en su mente la risa macabra del diablo que disfruta de su fracaso y de su vida miserable, y en un acto de locura comienza a matar uno a uno a sus hijos y a su mujer y termina suicidándose…

— Via Creepypastas

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