Gabriela, El Ángel de Negro

Asesinos del Zodiaco
Asesinos del Zodiaco

Si escribo esto es porque no puedo soportarlo más, maldigo el día en que llegaste, no, más bien, el día en el que te llamé, he sido una tonta al hacerlo y ahora debo pagar el precio, mi nombre es Marta y a continuación te contaré porque escribo esto.

Todo comenzó hace un año, exactamente un año; yo era la burla de todos en mi salón, todos me odiaban cuando ni siquiera tenían un motivo real para hacerlo. Yo tenía sobrepeso, era bajita y usaba lentes; y por no ser el típico estereotipo de mujer delgada, alta y rubia, en resumidas cuentas la mujer perfecta, ellos se creían con el derecho de hacer mi vida miserable. Sobre todo Ana, ella y su banda, eran mi peor pesadilla, solían ponerme en ridículo delante de todo mi salón y ponerme apodos como “Albóndiga, Vaca, Cuatro Ojos, Bonsái, etc, romper mis libros, robar mis tareas, ponerme la zancadilla en un sinfín de ocasiones.

Un día no pude soportarlo más, corrí al baño hecha un mar de lagrimas, me encerré en el primer cubículo que encontré, golpeé y grité hasta que me ardió la garganta y chorreo sangre de mi puño, entonces sentí que no estaba sola, abrí la puerta y encontré una caja y encima de ella una nota.

“Querida Marta:

Me he dado cuenta de que sufres mucho con tu vida, no te culpo, no es tu culpa, escucha con atención lo que voy a decirte dentro de la caja hay dos listones uno morado y uno rojo, atarlos a tu ventana y deja una rendija abierta luego vete a dormir, no puedo decirte más por el momento solo te pido que me creas y hagas lo que te pido es por tu bien, a una cosa más no pidas más de un deseo, solo uno luego pasa los listones a alguien que los necesite por favor créeme y no creas que es una broma no podría jugar con algo así, suerte.

Atentamente Anónimo.”

No podía creerlo después de todo no les había bastado ahora querían jugarme una broma más, pensé en romper la nota y tirar los listones pero algo dentro de mi mente me dijo que no lo hiciera, estaba tan desesperada que decidí probar si era cierto lo de la nota.

Esa noche abrí mi ventana y amarré los listones luego me fui a dormir en espera de que algo pasará, de pronto estaba en un parque, mi parque favorito, era de noche pero el parque estaba bien iluminado y olía a fresco pasto y hojas de árbol, caminé por un sendero hasta mi árbol favorito y ahí la vi, era una joven que aparentaba tener alrededor de 15 años. Su cabello era castaño, recogido en una cola de caballo; alta y amarrado con un listón morado, sus profundos ojos eran castaños también y vestía con una abrigo, un vestido y zapatos planos de color negro además de que portaba un antifaz de color plateado.

-Hola Marta.

Su voz era dulce como la de una mejor amiga, la cual nunca había tenido, sin embargo no pude evitar preguntarle.

-¿Cómo sabes mi nombre?

-Eso no importa, sólo se de tu dolor y de quiénes lo causan, ahora pide y te será concedido.

Ella me miro a través de su antifaz y me sonrió con dulzura, levante la vista con los ojos cubiertos de lagrimas y exclamé con todas mis fuerzas.

-Quiero que me acepten, quiero ser bonita, alta, güera de ojos azules y sin lentes, quiero que todos me quieran.

Ella me miró para luego decir.

-Tu deseo se cumplirá, ahora descansa.

En ese momento todo se volvió negro.

Desperté a la mañana siguiente y pensé que todo había sido un sueño, mi opinión cambio al mirar mi reflejo, ¡era tal y como había pedido! Solté un grito, mi madre vino a mi habitación

-Cariño, ¿qué sucede?

-¡Mamá! ¡Mi apariencia! ¡Soy totalmente diferente!- Exclamé casi gritando.

-No me asustes así, por Dios, Marta, tú siempre has sido así ahora vístete o se te hará tarde para la escuela.

Mi madre se fue dejándome con la boca abierta, entonces lo comprendí, fuera quien fuera ella tenía un enorme poder, me vestí a toda prisa, cuando llegué a la escuela todos tuvieron la misma reacción que mi madre incluso Ana me habló como a uno de sus amigos, por fin sentí que mi vida era buena.

Esa noche volví a llamarla, quería verla para darle las gracias, pasó lo mismo que la noche anterior, esta vez le pregunté quién era.

-Yo soy Gabriela El Ángel de Negro.

Después dijo una frase que me desconcertó.

-Doll House La Locura Está En El Ojo De Quien La Mira

A mi cabeza vino otra cosa que siempre había querido tener.

-Oye quiero pedirte otro deseo.

Desde ese día todas las noches llamaba a Gabriela, gracias a ella tenía todo lo que quería, cada noche le pedía un deseo nuevo y cada noche me lo concedía y me daba un poco de información sobre su pasado, lo que nunca noté es que cada vez su cara se volvía más fría y sombría al igual que el parque.

No tardé en volverme frívola y egoísta, tanto que comencé a molestar a Elena, una compañera de clase que era gordita, pronto me convertí en lo que más odiaba.

Comencé a sufrir de terribles pesadillas, eran tan espantosas que en cuestión de días casi no dormía, soñaba con distintos personajes,cada uno distinto y capaz de cosas realmente escalofriantes. Mi vida empeoraba cada vez más y no sabía qué hacer.

Una noche llamé a Gabriela, ahora todo era distinto, el parque estaba ahora iluminado por una tenue y tétrica luz roja, las ramas de los árboles parecían manos a punto de atraparme y se escuchaba un silencio tan absoluto que me heló la piel.

Gabriela estaba allí de pie bajo el árbol y me miraba con enojo y odio, solo dijo unas pocas palabras pero nunca olvidaré lo que significaron.

-Abusaste de mi poder y te convertiste en un ser despreciable, como castigo por desafiar al Ángel de Negro sufrirás.

Todo se volvió negro, la llamé a la noche siguiente pero no volvió. Ahora las pesadillas eran insoportables y lo peor de todo, todos los personajes de mis pesadillas comenzaron a seguirme. Podía verlos espiándome, incluso vi a Gabriela por mi ventana algunas veces, era como si me esperara, con una enorme espada de fuego al igual que sus alas.

Ahora ella está afuera y sus amigos también, ahora entiendo lo que quiso decir con la frase Doll House después de que un disco con la canción Doll House de Melanie Martínez apareciera en mi cuarto, se refiere a su familia, ¡ellos son su familia! Ellos, los que me persiguen en pesadillas y en la vida real, cada uno tiene una historia, cada una distinta pero todas conectadas por el dolor, su pasado los unió y su futuro los mantiene juntos, me despido no soporto más esto, ahora querida Elena espero que puedas perdonarme y usar bien el poder que yo no supe usar.

Adiós.

Carta de un víctima de suicidio, la presente carta fue encontrada por la policía al lado del cuerpo sin vida de la joven Marta Hellsking, por el contenido, de la carta se determinó que padecía de una esquizofrenia grave pero tal y como fue su voluntad los listones de color rojo y morado fueron entregados a Elena Miller.

Elena miró los listones con gran curiosidad, estaba dispuesta a comprobar si el Ángel de Negro existía o no.

Ahora que sabes esto… ¿Te atreves a desafiarme?

Doll House La Locura Está En El Ojo De Quien La Mira

— Via Creepypastas

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