Creepypastas

Los hermanos Hill

Allá afuera

Este relato me lo contó una amiga a quien le tengo mucha confianza, se trata de que por alguna parte de México un joven perdió a su madre y por lo tanto quedaron él y su padre. El padre se enamoró de una mujer llamada Camila, le habían dicho que esa mujer tenía muy mala reputación, pero no le hizo caso a la gente y al poco tiempo se casaron.

Camila se llevó a vivir a su hermana Sara a casa de su esposo; al poco tiempo, Felipe, el hijo del señor, se empezó a enamorar de Sara, la hermana de Camila. Camila se enamoró de Felipe. Felipe le pidió a su padre permiso para casarse con Sara y su padre le dijo que no, que por que no podía casarse con su cuñada, entonces el joven tuvo que resignarse. Después de algunos días su familia iba a salir de viaje y el joven dijo que después los alcanzaba, que tenía cosas que hacer.

Empezó a llover y prefirió quedarse en un hotel de paso, ya era de noche y el joven les dijo a los camareros que si podían alistar su cama para dormir, los camareros dijeron que ellos se iban a ir ya, porque de noche no se la pasaban en el hotel por las cosas raras que sucedían, que se iban a una granja cerca del hotel, y si quería se fuera con ellos por su bien. El joven les dijo que pasaría la noche en el hotel.

Los camareros le dijeron que hace ya tiempo unos hermanos se habían suicidado, los hermanos Hill, y que se vengaban de los demás porque su vida fue una basura, le insistieron que se fuera a la granja, pero no aceptó y se quedó en el hotel. Los camareros le dejaron dos velas y un libro para que no durmiera y estuviese atento.

Eran las doce de la noche cuando estaba leyendo y escuchó la voz de Camila que le llamaba.

Felipe, ven estamos afuera.

Salió y ahí estaba Camila. Como sabía que a Felipe le gustaba su hermana, le dijo: “Te tengo una sorpresa, mi hermana está lista en el cuarto, está dispuesta a todo”. A Felipe se le hizo extraño porque Sara siempre había sido reservada.

Abrió un poco la puerta para ver a Sara, no parecía la misma, estaba como ansiosa porque Felipe llegara, entonces fue cuando salió Camila: “Sí, ya estamos listas”, y se metieron al cuarto. Empezó la orgía.

A la mañana Felipe estaba entre dormido cuando vio que a su lado no estaba Camila ni Sara, sino los cuerpos ahorcados de los hermanos Hill, entonces salió corriendo despavorido y saltó por la ventana, sintió un enorme alivio al saber que ya había salido de ese cuarto.

Cuando voltea y ve que lo están siguiendo, corrió hasta que no pudo mas y uno de ellos le agarró el pie y el otro se le puso en frente. Lo empezaron a torturar, un hermano le desgarró toda la piel del pie y empezó a estirar sus nervios, el otro hermano le sacó un ojo con su lengua. El joven estaba desesperado y no soportaba el dolor, pegó un grito enorme. Los que estaban en la granja lo escucharon y fueron en su ayuda, cuando lo vieron tirado sin piel en el pie y sin un ojo lo ayudaron y le dijeron que mejor se quedara en la iglesia. Así fue.

Después de unas horas, amaneció y el joven estaba gravemente herido, así que tuvo que quedarse descansando en la iglesia.

Llegó la noche y volvieron a ser las doce en punto, sonaron las campanadas. Se preguntó cómo es que la otra noche cuando él estaba en el hotel no se habían escuchado. Él estaba rezando cuando se escuchan golpes en la puerta, preguntó quien era y le contestan:

Somos tus mujercitas, ábrenos que tenemos mucho frío.
Ustedes no son mis mujercitas, son los malditos hermanos que quieren torturarme otra vez.

De repente, esa tierna voz se transformó en una seca y fría voz tétrica: “Abre la maldita puerta enfréntate como un hombre, te la das de muy hombre, ¿no?”. Felipe estaba dispuesto a salir, pero algo le impedía que abriera la puerta.