Katie King

Asesinos del Zodiaco
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Katie King es el nombre que los espiritistas de la década de 1870 pensaron para uno de los fantasmas más prolíficos de la era victoriana. La discusión sobre si se trató de un espíritu materializado real o de un prolijo fraude causó enormes controversias en su tiempo. La chica aparecía más o menos bajo las mismas condiciones, aunque se retiraba siempre de la misma forma, enseñando seis dedos a la audiencia, cifra que cobró un significado macabro cuando concluyeron sus apariciones.

, en Londres; apariciones que continuaron hasta 1874. Luego, en 1875, el fantasma de Katie King cambió sus coordenadas y comenzó a ser vista en Nueva York, también en sesiones espiritistas, pero esta vez a cargo de Jennie Holmes y su esposo, Nelson, ambos especialistas en esta clase de tertulias.

La bibliografía sobre los comentarios recogidos en estas sesiones apuntan a que Katie King fue hija de un tal John King, prolífico fantasma de la década de 1850, muy conocido por su inclinación a los prodigios sobrenaturales. Se dice que John King fue uno de los espíritus más poderosos y déspotas del siglo, ya que podía convocar a la fuerza a otros espiritus y obligarlos a comunicarse con médiums. Para otros, John King es el apodo que un oscuro demonio o entidad paranormal adoptó para si acaso para confundir a los fervientes adeptos al espiritismo.

La médium Florence Cook era apenas una adolescente cuando anunció sus habilidades. Fue “entrenada” por dos especialistas, Frank Herne y Charles Williams. Herne solía mantener un contacto fluido con John King, y Florence, acaso por su edad, entabló un vínculo rápido con el espíritu de Katie King, supuesta hija de aquel. Ahora bien, se descubrió que las sesiones de Frank Herne eran en realidad un fraude; escándalo que no alcanzó a salpicar a Katie King ya que ésta, dicen, era capaz de realizar prodigios nunca antes vistos.

El 9 de diciembre de 1873 el reconocido abogado William Volckman asistió a una sesión organizada por Florence Cook, y anotó haber visto materializarse a Katie King completamente vestida, e incluso tocar a los comensales. El leguleyo, que advirtió una sospechosa similitud en los rostros de Katie King y Florence Cook, se aferró a la mano del espíritu para comprobar un posible fraude. El forcejeo, poco claro a causa de la oscuridad típica en estas reuniones, terminó abruptamente cuando Florence Cook levantó ambas manos sobre la mesa, probando que no eran de ella las que el abogado aferraba con testimonial vehemencia.

Entre 1871 y 1874 el famoso químico e investigador Sir William Crookes investigó el fenónemo paranormal de Katie King. Escéptico y firme, Crookes afirmó que solo era capaz de creer en tales prodigios si estos podían reproducirse en su propia casa y bajo sus condiciones. En marzo de 1874 se realizó una sesión en casa de William Crookes, bajo las condiciones impuestas por el anfitrión, y el resultado fue tan notable como inquietante.

Katie King no solo apareció en el amplio comedor de los Crookes, sino que habló, caminó e incluso sostuvo en brazos al bebé de la familia. Más aún, Katie King acarició el vientre de una de las sirvientas de la mansión, llamada Mary Page, y le anunció que estaba embarazada. Aterrorizados por esta audacia, los médiums quisieron forzar la retirada de Katie King hacia el mundo espiritual. Lo que sucedió, en cambio, fue la aparición de un segundo espíritu, una mujer flaca y atontada que declaró ser Florence Maple, y anunció que Katie King no aparecía bajo el sino de los médiums, sino que era capaz de materializarse por sí misma cuando y donde quisiera.

En abril de 1874 Katie King abandonó definitivamente a Florence Cook. Durante el trance de la médium la joven fantasma anunció que ya no respondería a sus llamados, pues había conseguido la fuerza suficiente para materializarse donde deseara. Poco a poco comenzaron a llegar reportes de apariciones de Katie King en los Estados Unidos, más precisamente en la ciudad de Nueva York, donde la pareja de médiums Jannie y Nelson Holmes denunciaron sus visitas, por cierto, bastante espeluznantes.

Un artículo publicado en Atlantic Monthly afirmaba que en las cinco casas donde se habían realizado sesiones para convocar el espíritu de Katie King se habían producido extrañas muertes. Desde ultramar, Sir William Crook, aún escéptico, envió una carta al periódico jurando que nadie había muerto en su mansión durante las sesiones realizadas allí. Cuando el comentario se publicó, Mary Page, aquella sirvienta embarazada, dio a luz un niño muerto,;y Katie King jamás volvió a verse en el mundo de los vivos.

— Via Creepypastas

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