Explícamelo como si tuviera cinco
“Intentad entenderlo, hijos. No quería hacerle eso a vuestra madre, de verdad. Pero ella iba a contar las cosas que había hecho papá. Si lo hubiera hecho, papá nunca os volvería a ver de nuevo. ¿Verdad que no queréis que pase eso?”
…
“No, no voy a haceros daños. Papi nunca os haría daño. Os quiero mucho.”
…
“No, no, eso no significa que ella no os quisiera también. Es solo que… bueno, es una situación diferente. Cosas de papás y mamás. Ella no quería darle la medicina de papi. Siento que fuera de esta manera…”
…
“Shhh… no llores. Las cosas se van a arreglar. Confía en mí. Ahora hay algunos hombres malos que quieren atraparme. Necesito que vosotros dos seáis los pequeños ayudantes de papá. ¿Podéis hacer eso por papi? Agarren esto. Sí, sé que son pesadas, pero podéis llevarlas porque sois fuerte. ¿A que sí? ¡Así se hace, campeón! Tú también lo estás haciendo muy bien, cielito.”
…
“¡No, no, no, no! No tires de la anilla, no todavía. Los hombres malos quieren llevarse a papi muy lejos, así que necesito que vosotros dos… Cielo… deja de llorar un momento. ¡Joder, para de llorar ya! Esto… lo siento, cielito. No quería enfadarme así. Solo necesito que me escuchéis un momento. Ahora vendrán los hombres malos, quiero que corráis hacia ellos y les abracéis con todas vuestras fuerzas. ¿Vale? Y luego tenéis que tirar de la anilla de lo que os ha dado papi. Después de abrazarles, no antes. ¿Entendido? Todo va a ir bien, os lo prometo. Ahora papá tiene que irse de casa. Recordad: cuando los hombres malos lleguen, papi quiere que los abracéis y luego tiréis de la anilla. Bien, lo vais a hacer muy bien. Os quiero, hijos. Volveré pronto. Os lo prometo.”
— Via Creepypastas